(Efe) El prelado, que pidió a los asistentes hacer un "examen de conciencia muy profundo" sobre la labor ministerial, preguntó cuánto tiempo se "dedica" a la preparación de la homilía, porque se trata "del primer ministerio de los pastores", y mucha gente no acude a la Iglesia "a causa de nuestra predicación".
"¿Qué escucha la gente de nosotros? ¿Una invención sobre la palabra de Dios? ¿Sentimiento? ¿O una fe fuerte, una capacidad de comunicar una fe?", se preguntó el arzobispo, quien recordó que esta es la tarea, "y no teoría", de la Nueva Evangelización, ya que el estilo de vida del creyente "provoca la imitación de la fe".
Mons. Rino Fisichella, que advirtió que creer no es adherirse a un teorema, sino "un compromiso de vida", recrodó que el eje de la Nueva Evangelización es Jesucristo y que él es "es el mismo ayer, hoy y siempre", por lo que el que piense que esta nueva propuesta se pueda realizar con una "superficial renovación de formas pasadas" adolece de una ilusión "de la que debe alejarse".
"La solución no está en la extravagancia de inventar novedades solo para satisfacer a un hombre contemporáneo siempre en movimiento, abierto a cualquier experiencia y carente del gusto de una visión crítica", subrayó Mons. Fisichella, quien llamó la atención sobre las transformaciones sociales que se han producido.
Las causas de las mismas son "complejas" y han modificado la "comprensión" del mundo, desde los "gigantescos" avances de la ciencia y la técnica, la ampliación de la posibilidad de vida y de los espacios de libertad individual, hasta los profundos cambios en el campo económico, según explicó el arzobispo.
Mons. Fisichella aseguró que está percibiendo en todos los estamentos y movimientos eclesiásticos un "increíble entusiasmo" en la Nueva Evangelización, porque son conscientes de que se trata de una "etapa muy importante en esta etapa histórica" de la Iglesia.