Defensor ¿de qué pueblo? ¿de cuáles víctimas?
Ángel Gabilondo, Defensor del Pueblo (España)

Defensor ¿de qué pueblo? ¿de cuáles víctimas?

El arzobispo de Oviedo en El Debate: «El problema lo tiene la entera sociedad y no solo la Iglesia. Nosotros, como parte de esa sociedad que a veces se hace cínica, contradictoria e hipócrita, también hemos caído por parte de quienes menos deberían haberlo hecho en ese crimen que supone tamaño abuso de esta índole»

Sigue copando titulares de prensa y tribunas de opinión el informe que el Defensor del Pueblo ha entregado en el Parlamento tras su curiosa investigación en torno a los casos de abusos sexuales que han podido perpetrar con menores y personas vulnerables los miembros de la Iglesia Católica. Sin duda, estos casos se han dado, lamentablemente. La comunidad cristiana lo ha reconocido, ha pedido perdón y ha tomado medidas para acompañar a las víctimas, estableciendo la prevención para que no siga sucediendo, con una pedagogía adecuada y una toma de conciencia dirigida a seminaristas, sacerdotes, catequistas y agentes de pastoral, trabajadores y voluntarios de Cáritas, en un largo etcétera.

Pero hay una observación que hemos hecho los obispos: siendo esto verdad, no es, ni mucho menos, toda la verdad. Se trata de una dolorosa, minoritaria, verdad, que no por ser poca deja de doler y evita el daño tremendo que se ha infligido a los más inermes como eran los niños y las personas vulnerables.

En estos días hemos visto la catarata fugaz de unas cifras extrapoladas con trampa que han pretendido enfilarnos una vez más a los cristianos para focalizar un problema social como si fuera exclusivamente eclesial. No ha sido el fruto de una investigación seria, sino la aleatoria extrapolación de una encuesta hecha por teléfono.

El problema lo tiene la entera sociedad y no solo la Iglesia. Nosotros, como parte de esa sociedad que a veces se hace cínica, contradictoria e hipócrita, también hemos caído por parte de quienes menos deberían haberlo hecho en ese crimen que supone tamaño abuso de esta índole. Pero, hay que insistir: en el elenco de grupos de personas delincuentes de esta terrible plaga, la Iglesia está también… al final de la lista macabra. Ese también significa que hay otras realidades que han delinquido igualmente, que lo han hecho quizás antes y con mucha más numérica saña. El ámbito familiar, el escolar, el del tiempo libre, el mundo deportivo, los establecimientos de fitness, internados y centros de protección estatales o autonómicos, etc. Es decir, es una sociedad la que ha podido caer en esa amoralidad perturbada y obsesa. La Iglesia también ha tenido su cuota en esta terrible deriva, pero es justo situar también estadísticamente de qué estamos hablando.

Para nosotros no son números anónimos de una muestra demoscópica, sino personas marcadas para siempre, algunas de ellas destruidas sin remedio, como hemos comprobado al encontrarnos con las víctimas y sus familiares que abren su corazón para llorarnos su desamparo. No es una guerra de cifras lo que aquí se dirime, sino la seriedad o frivolidad con la que se afronta la lacra criminal, pensando en las víctimas y acogiendo con delicadeza su relato. El informe del Defensor del Pueblo, cuya legitimidad para intervenir en una institución como la Iglesia es impropia, pues esta importante entidad estatal está para otra cosa, ha querido mezclar sus 487 casos con una encuesta encargada de oficio, para que otros extrapolen cifras completamente indebidas, falsas y con dedicatoria.

Ha sido tan torticero el envite de la trama numérica falseada que la prensa seria y los creadores de opinión libres lo han señalado y desenmascarado. No así el intento del Gobierno y sus terminales mediáticos, escogiendo una fecha en la que distraer la atención ante otras cuestiones de honda preocupación en un clima político encrespado y tenso mientras en nombre de España se traiciona la Patria pagando un altísimo precio por un amañado plato de lentejas en un Estado de derecho que deja de serlo como si fuésemos una república bananera con agenda de ruta pervertida y perversa.

Pero hay otras intencionalidades claras a mi modo de ver: provocar en la sociedad el secuestro de la autoridad moral de la Iglesia señalándola como una institución sistémicamente insolvente, encubridora y corrupta. ¿Quién confiaría sus hijos a un centro educativo religioso, o los dejaría en unas catequesis de formación cristiana, si la Iglesia está sistémicamente corrompida? Además de la erosión social que han conseguido hacia fuera de nuestras periferias, hacia dentro quisieran obtener nuestro mutismo y nuestra invisibilidad, forzando el amedrentamiento asustado y acomplejado para callar ante la que está cayendo y para no salir del agujero de la cueva de nuestras sacristías.

Hizo bien el cardenal Omella al decir sin ambages que la extrapolación de datos desde una simple encuesta daba una cifra mentirosa y con la intención de engañar. Otros hemos tenido que salir al paso de la falsa acusación de no colaborar con la solicitud del Defensor del Pueblo, teniendo que mostrar sus cartas de acuse de recibo de todo lo que habíamos enviado, con fecha y con el agradecimiento por lo mandado. Aunque, eso sí, no les hicimos el trabajo de campo que nos pedían, ni desvelamos los datos protegidos por la ley. Una cosa es encubrir y otra respetar la presunción de inocencia sin desvelar lo que no debemos hacer más que a la fiscalía y a nuestros tribunales eclesiásticos varios.

Siempre será debida la templanza, deseable actitud por nuestra parte para dar razón de nuestros actos en verdad y transparencia, y asunto distinto es la tibieza que nos amilana hasta el silencio de mordaza o la fuga asustadiza. Debemos ser más proactivos, denunciando los desmanes tramposos en informaciones sesgadas o falsas, y diciendo humildemente lo mucho y bueno que hacemos como comunidad cristiana, reconociendo errores, pidiendo perdón y acompañando a las víctimas sean quienes sean. Es valioso el compromiso libre y veraz que desde algunos editoriales y artículos aparecidos en El Debate y otros periódicos, así como el tratamiento que se ha dado a esta noticia en la cadena Cope y en Trece han ayudado a clarificar señalando la infamia.

Como cristianos, estamos implicados desde esa templanza proactiva, y no rehenes de la tibieza muda y ausente, para salir en defensa de las víctimas, asumiendo nuestra responsabilidad en lo que nos toca, pero instando a que la entera sociedad adopte también las medidas adecuadas: desde la noble política, la cultura verdadera y la educación sin ideología. Porque si se sigue permitiendo una falsa idea de la persona humana, incluso financiando con dineros públicos y programas gubernamentales el adoctrinamiento tóxico que destruye la antropología en su natural identidad masculina y femenina, o la imagen y la causa de la mujer utilizándola en las batallas del feminismo empoderado que no solo no erradican la injusta violencia machista contra ella sino que la agudiza, o la educación escolar con una perversa manipulación pornográfica y obscena que confunde y daña a los niños y jóvenes desde la ideología de género, seguiremos entonces dilapidando la herencia de siglos en la que con todos nuestros fallos hemos ido construyendo nuestra madurez humana, nuestra convivencia plural y nuestra conciencia moral con verdaderos valores. La sociedad así envenenada y confundida será más manipulable por quienes desde su amoralidad narcisista y falaz pretenden a toda costa perpetuarse en sus poltronas de poder.

No debemos consentir que se nos identifique con ese relato falso que desfigura la verdadera labor de la Iglesia. ¿Qué institución de las aludidas más arriba ha tomado con seriedad transversal cartas en el asunto? ¿Cuáles han creado oficinas de acogida y acompañamiento, han educado preventivamente a sus miembros, y han colaborado activamente con la fiscalía? Hemos de insistir que estamos ante un problema social de muchos perfiles y matrices, en el que como comunidad cristiana representamos el 0,2 o el 0,6 de su conjunto, y no el 99,8 o 99,4 que parece que no interesa desde una focalización que no es inocente a lo exclusivamente eclesial. No es aceptable la arbitraria imputación que nos expone solo a nosotros con tan poco porcentaje delictivo a toda una serie de medidas legales, fiscales, económicas y sociales. Lo cual no significa que lo que nos afecta debamos asumirlo, prevenirlo y acompañarlo de la mejor manera posible como estamos haciendo.

+ Jesús Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo 

Publicado originalmente en El Debate.

 

12 comentarios

Aurora
Hay dos problemas que a mi pe levantan preguntas...Porque las victimas de los abusos practicados por unos pocos sacerdotes no han ido directamente a denunciarlos a las instituciones del estado que cobran para protejer al ciudadano. Porque igual que en los abusos de algunos pocos hombres, las instituciones del estado y la prensa han esperado que los casos aumenten para usarlos en contra de la iglesia? La misma pregunta para el Santo Padre o para los Santos Padres...no era predictible que la situacion daba lugar a chantajes y presiones sobre la iglesia honesta y sobre todos nosotros? Que es lo que han esperado?! I aqui no se trata de juzgar sino de advertir que la Fe es plena confianza en Dios Y si los sacerdotes abusan de nuestra confianza haciendo "vista gorda", no a nosotros nos enganan sino al amor y confianza que Dios a deramado sobre sus destinos...y a ellos mismos. Poquisimos feligrenses consguimos seguir a Dios cuerpo y alma hasta final, sin la ayuda y el ejemplo de los apostoles. No nos abandoneis en el camino. Algunos de nosotros a ignorancia del Occidente fuimos una vez abandonados a la disposicion del comunismo, sin Militancia ye historia, sin sacramentos y verdades de Fe.! Pedimos a la Virgen y a los Santos que esten con vosotros y con nosotros suplicando la misericordia de Dios, el amor de Cristo y la fortaleza del EspiritubSanto. Viva Cristo Rey!
5/11/23 2:19 PM
Para Aurora
Aurora, quizá porque esos presuntos delitos se cometieron en la época franquista cuando no había concienciación ni forma de denunciar, no hace cuatro días.
Entonces pasan varias cosas. Por una lado algunos de los abusadores estarían ya fallecidos de ancianidad. Por otro lado esos delitos están prescritos, no se pueden juzgar. Por otro es imposible aportar pruebas ya que no hay informes médicos ni hay imágenes.
¿Cómo vas a ir a una comisaría a denunciar que hace 40 años el cura de tu pueblo te daba palmaditas en el culo?

¿Y por qué lo cuentan ahora? Porque el que mucha otra gente haya empezado a decirlo y se le de voz anima a que tú también cuentes lo que te pasó.
Eso pasa en todo lo que ha sido tabu y deja de serlo.
5/11/23 3:55 PM
Juan Mariner
Aurora, en España, solo se pueden denunciar delitos, y gratis si coste alguno de profesionales abogados o procuradores, ante el Juzgado de Guardia y ante las Fuerzas y Cuerpos de seguridad del Estado. Ni siquiera es válido ante la Fiscalia tan manida por los cobardes. No hay c.... de ir a denunciar falsamente ante estos órganos competentes una sarta de mentiras. Ni el obispado ni El País ni el diario Ara ni los defensores del pueblo recogen denuncias. Y lo dice la Constitucion española que tanto defiende el arzobispo de Oviedo que hizo tañer las campanas de la diócesis cuando la juraba su amada princesa de Asturias.
5/11/23 6:10 PM
Juan Mariner
"Para Aurora", o sea, que los abusos no denunciados son todos de antes de 1978... A partir de los 18 años cumplidos, puedes ir a denunciar sin reservas. Alcanzada la mayoría de edad, en los años 80, los curas y religiosos ya no pintaban nada en el espectro social, eran ridiculizados en TV, ninguneados y no se les tenia demasiado respeto. Las revistas sensacionalistas de las que sacaban tías despelotadas habrían hecho el agosto atacando a la Iglesia de a pie. Sí admito que son asuntos de gran privacidad, que exigen madurez y que provocan una tremenda vergüenza; pero ni tabú ni gaitas.
5/11/23 10:19 PM
Pedro 1
¡Qué claro y qué bien habla el arzobispo de Oviedo! Que Dios lo bendiga.
5/11/23 10:27 PM
Chimo Viñes
"Para Aurora". Controle sus arrebatos nada inteligentes contra el régimen de Franco, que fue de prosperidad, verdadera libertad y de promoción de la ley y el derecho natural. Si no se denunciaban esos "abusos" en España, -como tampoco se hacía en los países formalmente democráticos - sea probablemente porque no había tales "ilícitos penales" , o porque esas conductas estaban socialmente aceptadas tras el mayo del 68 como en la actualidad lo está el exterminio de los no nacidos y posterior tráfico de sus órganos.
6/11/23 11:08 AM
SS
Es una burla, lo pone y quita el gobierno ,
Si el lobo lo pone, cómo te va a defender del lobo.

Es un dictadura sin límites, sin control.
6/11/23 11:28 AM
maru
En un gobierno como éste, que no pueden ver a la Iglesia, era esperado que exageraran al máximo las cifras. Son trileros y, además, solo rezuman odio contra el catolicismo
6/11/23 4:33 PM
Rafaelus
Hubo una época en que la culpa del abuso infantil se imputó al menor, al que se acusaba de provocarlo intencionalmente por estar predispuesto al mal fuese como efecto de mala crianza materna, por familia disfuncional o por negligencia del padre. Fue así hasta los 1990 y, desde entonces, se busca no a los verdaderos culpables, sino una "cabeza de turco" hacia la cual dirigir la vindicta pública. Disculpado el menor víctima de abuso y reivindicada la madre, se intentó acusar a los papás, pero esa idea no se acepta en el público, entonces la parte más débil está resultando ser el clero católico para culparlo de crímenes que son cometidos por personas de muy diversas condiciones.
Si nos limitamos a considerar los abusos físicos y mentales no sexuales, recordemos que la crianza de menores fue severa en todo el mundo hasta el fin de la guerra fría, y hasta entonces fueron normales el castigo físico y los regaños hirientes y vergonzantes, en todo el mundo.
6/11/23 6:06 PM
Mariano
Los datos de abusos de la Iglesia comparados con los de los abortos de las leyes inicuas socialistas son muy insignificantes, aunque cualquier dolor o delito humano evitable debería evitarse.
7/11/23 10:06 AM
Ignacio
Estoy de acuerdo con Pedro 1. Es una gracia tener un obispo así.
8/11/23 4:16 PM
Rmontaud
Desde el momento en que era tan previsible lo que iba a pasar dudo de la inteligencia de los funcionarios, de los políticos y de los directivos de los medios de comunicación social, ya que las noticias son sustituidas por nuevas noticias y ahora la atención de la sociedad está en otras noticias. También es cierto que los acuerdos del Sinodo de la Sinodalidad de Alemania, con el actual Comité de la Sinodalidad para crear el Consejo de la Sinodalidad cuestiona también la fe en la tradición y labor de la Iglesia en el pasado.
12/11/23 7:23 AM

Dejar un comentario



Los comentarios están limitados a 1.500 caracteres. Faltan caracteres.

No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.

Los comentarios aparecerán tras una validación manual previa, lo que puede demorar su aparición.