Ante el Día de las Víctimas del Terrorismo

Ante el Día de las Víctimas del Terrorismo

Uno no puede por menos de recordar el lema de las víctimas del terrorismo: Memoria, Verdad, Dignidad y Justicia. Creo que es bueno que recordemos este lema y veamos lo que significa.

Se acerca el 11 de Marzo, aniversario del atentado de Madrid, que ha pasado a ser en Europa el Día de las Víctimas del Terrorismo. Creo que uno de los mayores insultos que podemos hacer a las Víctimas del Terrorismo es olvidarnos de ellas, ya que dieron su vida por su Patria, que es también la mía y la de muchos de mis lectores, y por nuestra Libertad, la de todos.

Un año más, ante este aniversario, y a pesar que no haya habido más asesinatos de ETA, lo cual indudablemente es una buena noticia, creo que una vez más es una fecha que hay que conmemorar con profunda tristeza, porque uno no puede por menos de pensar que no es que ETA haya sido derrotada, sino que por el contrario ha ganado. Los asesinos no nos han pedido perdón ni colaboran con la justicia ayudando al esclarecimiento de los trescientos crímenes cuya autoría sigue sin desvelarse, sino que están en las instituciones y desgraciadamente estar a bien con esa pandilla de criminales le interesa más al Gobierno de España que estar a bien con las Víctimas, puesto que Bildu le aporta el voto de cuatro diputados cuya abstención le es necesaria para sostenerse en el poder.

Ante esta situación, uno no puede por menos de recordar el lema de las víctimas del terrorismo: Memoria, Verdad, Dignidad y Justicia. Creo que es bueno que recordemos este lema y veamos lo que significa.

Memoria: Como he dicho al principio de este artículo ni podemos ni debemos olvidarnos de las víctimas del terrorismo. El silencio de los buenos, el ponerme de perfil, es lo que permite la crueldad de los malos. Cierto que hay hoy en día unos cuantos que pretenden sólo recordemos a las víctimas de un bando de la guerra civil y nada de los demás, cuando las víctimas del terrorismo son mucho más recientes, mientras que yo ya no recuerdo nada de la guerra civil y tengo más de ochenta años. Debo decir que yo sí hablaba a mis alumnos de la guerra civil, pero les decía que de ella quedan rescoldos y que nuestra tarea era echar sobre ellos agua y no gasolina, que mis simpatías están con las víctimas y no con los asesinos y que les hablaba de gente de ambos bandos que se jugaban la vida por salvar la de sus adversarios. No debí hacerlo del todo mal, porque nunca recibí la más mínima queja, lo que indica también el ansia de paz de la gente. En la cuestión del terrorismo entre quien da un tiro en la nuca y quien lo recibe, está claro quién tiene razón.

Verdad: Creo en la Ley Natural, en el Decálogo y en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Basta con creer en una sola de estas tres cosas para que mi conducta, si vivo conforme a ella, pueda ser calificada como correcta moralmente desde el punto de vista de la actuación en este problema.

Dignidad: Como seres humanos tenemos una dignidad intrínseca a nosotros mismos y que no nos da el Estado, sino que el Estado debe reconocer y actuar en consecuencia. Mis derechos son míos y no. son concesión graciosa de ninguna autoridad humana, ni siquiera el Estado.

Justicia: En el problema del terrorismo como en cualquier otro problema, la Injusticia y el Mal no pueden tener la última palabra, no pueden salir vencedores. Como nos dice Jesucristo hemos de ser sencillos como palomas, pero astutos como serpientes. Me parece evidente que el deseo de las Víctimas de que cada asesinato no signifique unos pocos meses de cárcel es algo justo y que si bien el cristiano debe no dejarse llevar por el rencor y el odio, que envenenan y destrozan a la persona que se deja seducir por ellos, también es cierto que perdonar no significa impunidad, como lo muestra el caso de san Juan Pablo II que perdonó a Alí Aghca, pero ello no significó que no tuviese que pasar unos cuantos años de cárcel.

Quiero terminar con una palabra de esperanza: creo en España, creo en la Guardia Civil, creo en las Fuerzas de Seguridad, creo en tantos compatriotas nuestros que son personas decentes y a quienes animo a dar la cara, Dios y España os lo agradecerán, mientras nuestros contrarios, aunque aparentemente estén ganando, han escogido el bando del Mal y un día u otro, no podrán evitar el enfrentamiento con su propia conciencia, ni con el Juicio de Dios. Me impactó mucho el caso de un conocido terrorista que, ante su muerte inminente no ocultaba su miedo a ella. Desgraciadamente, sus presuntos amigos, en vez de llevarle a reconciliarse con Dios, le enviaron simplemente un psicólogo. No era un problema de psicólogo, era un problema de reconciliación con Dios.

   Pedro Trevijano

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8 comentarios

Hechos

D. Pedro, con todo respeto, la declaración de derechos humanos es totalmente masónica.
Hace poco que un comentarista que sabía más que yo me lo enseñó.

Pero aunque fuera válido su contenido los derechos sin deberes no valen para nada.

Son papel mojado y en muchas ocasiones conducen al libertinaje y totalitarismo.

Por el resto del artículo, enhorabuena padre. Estoy totalmente de acuerdo.
7/03/20 2:30 PM
Pedro Trevijano
Con motivo del XX aniversario de esa Declaración, San Pablo VI envió una carta al Presidente de la ONU llamando a ese Documento "precioso ideal hacia el cual todos debemos tender" y uno de sus principales redactores de ese Documento fue Jacques Maritain, filósofo Católico y gran amigo de quien acabo de citar, que por cierto tengo oído, aunque no lo puedo asegurar que le tradujo alguno de sus libros al italiano. Cordial saludo Pedro Trevijano
7/03/20 3:29 PM
Alonso Gracián
La ideología moderna de los derechos humanos tiene elementos positivos, junto a elementos muy negativos que proceden de la ilustración y la revolución francesa, y que son inaceptables para un católico, por su positivismo y su relativismo antropológico.

Por ejemplo, la libertad religiosa y de conciencia entendida como supuesto derecho a elegir la religión o ideología que a uno le venga en gana o no elegir ninguna.

Los elementos negativos de esta ideología, que por desgracia en la mente de muchos católicos ha sustituido al derecho natural, los elementos negativos, digo, siempre pugnan por salir. Por eso la ideología ilustrada y revolucionaria de los derechos humanos, con su carga ideológica, al servicio del estado liberal moderno, no puede nunca reemplazar al derecho natural tal y como la tradición occidental lo ha entendido desde griegos y romanos.

Hacer profesión de fe de los derechos humanos, junto a la ley natural, y el Decálogo, me parece disparate mayúsculo.

7/03/20 3:54 PM
M A
Muy buen artículo. Mucha gracias.
7/03/20 8:40 PM
Rafael
Ùltimo artículo de Gabriel Moris, víctima del 11-M, su hijo Juan Pablo fue asesinado en los trenes:

2020-03-02 “Los Trenes que cambiaron España”

“La promesa a mi hijo –vilmente asesinado–, mis deseos de justicia y mi amor a España me impulsan a teclear de vez en cuando, pidiendo algo tan elemental como la verdad y la justicia debidas, pero parece imposible lograrlo. Los que tienen la exclusiva de la investigación, el enjuiciamiento, la condena y la prevención de otra masacre similar deben de poseer razones sobradas para haber impuesto su verdad –la mentira–, el silencio y el olvido. Me gustaría conocer dichas razones.”

En “Libertad Digital”
8/03/20 11:02 PM
José
Sí está muy bien recordar a las víctimas todas y a las del terrorismo de manera especial. Rezar por ellas siempre y recordar el Mal. Muchas gracias. Apoyar siempre a las fuerzas policiales que ayudan tanto a defendernos del terrorismo. Me llama la atención que la discusión sea sobre si la declaración de los derechos humanos sean o no masónicos. Me recuerdan a los fariseos que cumplían la ley pero olvidaban la justicia y la compasión. Que Dios proteja a España. España siempre
8/03/20 11:18 PM
sofía
Totalmente de acuerdo con todo.
El comentarista q se queja de la libertad de conciencia la entiende de una manera distorsionada. Nadie defiende el derecho al error, sino el derecho a buscar en conciencia la verdad, sin que el poder externo te imponga a la fuerza sus propias ideas como supuesta verdad y pensamiento único.
Al parecer alguno prefiere q el estado comunista imponga comunismo y el islamista la sharia, con tal de imponer su propia visión del cristianismo, negando otras visiones católicas muy válidas q el considera cuestionables en su infinita sabiduría, desde la q se permite juzgar a los papas del siglo XX y XXI como "poco católicos" a la luz de su jerga filosófica.
9/03/20 6:09 PM
Juan Mariner
No olvidemos que España, desde hace decenios, es un país abortista, antifamilia y homosexualista; no estoy orgulloso de ser español, no soy libre, esta no es mi patria.
10/03/20 12:28 AM

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