(Agencias/InfoCatólica) Al recibir a los participantes de la asamblea general de la Pontificia Academia para la Vida, el Santo Padre ha señalado que los médicos deben ayudar a «muchas mujeres que creen encontrar en el aborto la solución a dificultades familiares, económicas, sociales o problemas de salud de su niño».
El Santo Padre ha asegurado que “la mujer es con frecuencia convencida, a veces por los mismos médicos, de que el aborto representa no solo una opción moralmente lícita, sino incluso un necesario acto terapéutico para evitar sufrimientos al niño y su familia”.
Sin embargo, el Pontífice ha destacado que esta tarea no corresponde solo a los médicos, sino que es necesario que “toda la sociedad se ponga a la defensa del derecho a la vida del concebido y del verdadero bien de la mujer”.
En este sentido, se ha referido al síndrome post aborto como a una “grave perturbación psíquica experimentada frecuentemente por las mujeres que se han sometido al aborto voluntario” y que es consecuencia de “la voz insuprimible de la conciencia moral y la herida gravísima”.
Por este motivo, ha recordado “a quienes quieren negar la existencia de la conciencia moral en el hombre”, que ésta “no es un valor extrínseco u opcional ni tampoco una prerrogativa de los cristianos o creyentes, sino algo común a todo ser humano”.
Benedicto XVI también se refirió al segundo tema de la asamblea, los bancos de cordones umbilicales, alentó estas iniciativas solidarias, oponiéndose a su comercialización, y resaltó la validez ética de estos trabajos, especialmente en el campo de las células estaminales para evitar la eliminación de embriones humanos.