(SIC/InfoCatólica) Antes miles de fieles y peregrinos reunidos bajo su ventana, el Santo Padre, además de pedir la paz en Egipto, ha reflexionado sobre las palabras del Evangelio de este domingo cuando Jesús dice a sus discípulos: “Vosotros sois la sal de la tierra …Vosotros sois la luz del mundo” (Mt 13.14).
A través de estas imágenes ricas de significado, Cristo quiere transmitirles el sentido de su misión y de su testimonio. La sal en la cultura de Oriente Medio, evoca diferentes valores como la alianza, la solidaridad, la vida y la sabiduría. La luz es la primera obra de Dios Creador y es fuente de la vida; la misma Palabra de Dios es comparada a la luz, como proclama el salmista: “Lámpara para mis pasos es tu palabra, luz para mi camino”. (Salmo 119:105)
El Santo Padre ha recordado luego lo que dice el profeta Isaías en otra de las lecturas bíblicas de ayer domingo: “Si abres tu corazón a los hambrientos, si sacias al afligido de corazón, entonces brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad será como el mediodía”.
“La sabiduría resume en sí misma los efectos beneficiosos de la sal y de la luz: de hecho, los discípulos del Señor están llamados a dar un nuevo “sabor” al mundo, y a preservarlo de la corrupción, con la sabiduría de Dios, que resplandece plenamente en el rostro del Hijo, porque Él es la “luz verdadera que ilumina a todo hombre” (Jn 1,9). Unidos con él, los cristianos pueden difundir a través de las tinieblas de la indiferencia y del egoísmo, la luz del amor de Dios, verdadera sabiduría que da sentido a la vida y a la acción de los hombres”.
El Papa ha invitado a invocar la intercesión maternal de la Virgen María, para que los padres, los abuelos, los maestros, los sacerdotes, y todos los que están implicados en la educación puedan forma a las jóvenes generaciones con la sabiduría del corazón, para que alcancen la plenitud de la vida.
Jornada Mundial del Enfermo
Benedicto XVI también ha recordado que el próximo 11 de febrero, memoria de Nuestra Señora de Lourdes, celebraremos la Jornada Mundial del Enfermo. “Es una ocasión propicia para reflexionar, para orar y para aumentar la sensibilidad de la comunidad eclesial y la sociedad civil respecto a los hermanos y hermanas que están enfermos”, ha afirmado el Santo Padre. El Mensaje para esta Jornada, está inspirado en un versículo de la Primera Carta de Pedro: “Sus llagas os curaron” (2,24). El Papa nos ha invitado a todos a contemplar a Jesús, el Hijo de Dios, que sufrió, murió, pero ha resucitado:
“Dios se opone radicalmente a la prepotencia del mal. El Señor cuida del hombre en cada situación, comparte el dolor y abre el corazón a la esperanza. Exhorto, por lo tanto a todos los agentes sanitarios a reconocer en el enfermo no sólo un cuerpo marcado por la fragilidad, sino ante todo a una persona, a la cual dar toda la solidaridad y ofrecer respuestas adecuadas y competentes. En este contexto, recuerdo, también, que hoy en Italia se conmemora “la Jornada por la Vida”. Espero que todos se comprometan y esfuercen para hacer crecer la cultura de la vida, para poner en el centro, en cualquier circunstancia, el valor del ser humano. Según la fe y la razón, la dignidad de la persona es irreducible a sus facultades o a la capacidad que puede manifestar, y por lo tanto no es menor cuando la misma persona es débil, inválida y necesita de ayuda”.