(ACI/InfoCatólica) En un mensaje enviado ayer a Claudio Zucchelli, presidente de “Humanismo cristiano”, con motivo de la mesa redonda organizada por esa institución sobre el tema Valores y derecho: El caso del crucifijo, el Card. Bagnasco afirma que “reconocer la legitimidad y el valor de la exposición del crucifijo significa garantizar el respeto de la libertad religiosa y de las tradiciones de los pueblos, en armonía con el principio de subsidiariedad que preside la relación entre los estados y las instituciones europeas”.
Recuerda el presidente de la Conferencia episcopal italiana que ésta ha declarado recientemente que la exposición del crucifijo “no se traduce en una imposición y no tiene valor de exclusión, sino que expresa una tradición que todos conocen y reconocen en su alto valor espiritual, y como signo de una identidad abierta al diálogo con todo hombre de buena voluntad, a favor de los necesitados y los sufrientes sin distinción de fe, etnia o nacionalidad”.
La hostilidad a la presencia de los símbolos religiosos no es laicidad sino laicismo
El Cardenal Bagnasco cita en su mensaje al Papa Benedicto XVI, quien, en su mensaje a los participantes del 56° congreso nacional de juristas católicos italianos, recordó que “la sana laicidad comporta que el Estado no considere la religión como un simple sentimiento individual, que se podría confinar solo al ámbito privado en vez de considerarlo como presencia comunitaria pública”.
El Santo Padre también afirmaba en aquella oportunidad que “no es cierta la expresión de laicidad, sino su degeneración en el laicismo, la hostilidad a toda forma de relevancia política o cultural de la religión, a la presencia en particular, de cualquier símbolo religioso en las instituciones públicas”.