(RV/InfoCatólica) Ayer domingo se celebró la fiesta de la Ascensión del Señor, y la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Benedicto XVI recordó ambas conmemoraciones durante su alocución previa al rezo mariano del Regina Caeli ante miles de peregrinos que este mediodía se han congregado en la plaza de san Pedro del Vaticano
El Papa aseguró que Cristo permanece en la historia humana, cerca de cada uno de nosotros para guiarnos, siendo compañero de los perseguidos por causa de la fe, estando en el corazón de los marginados, y haciéndose presente en quien se le niega el derecho a la vida.
El Santo Padre recordó que podemos escuchar, ver y tocar al Señor Jesús en la Iglesia especialmente mediante la palabra y los sacramentos. "A tal propósito, exhorto a los jóvenes, que en este tiempo pascual reciben el sacramento de la Confirmación, a permanecer fieles a la palabra de Dios y a su doctrina, así como a acercarse con frecuencia a la Confesión y a la Eucaristía, conscientes de haber sido elegidos para testimoniar la verdad. Renuevo asimismo mi invitación particular a los hermanos en el sacerdocio, para que `en su vida y acción sobresalgan por su fuerte testimonio evangélico´ y sepan también utilizar con sabiduría los medios de comunicación, para dar a conocer la vida de la Iglesia y ayudar a los hombres de hoy a descubrir el rostro de Cristo".
Benedicto XVI finalizó su alocución agradeciendo a la Virgen María su materna protección durante su viaje apostólico a Portugal.
El Papa, agradecido a los fieles
Tras el rezo del Regina Caeli y el responso por los fieles difuntos, el Papa se dirigió a las miles de personas que se han reunido hoy en la plaza de San Pedro del Vaticano para expresar su cercanía al Sucesor de Pedro. El Santo Padre agradeció de corazón "esta hermosa y espontánea manifestación de fe y de solidaridad", presidida por el cardenal Angelo Bagnasco, saludando también a los miles de inmigrantes, acompañados por el cardenal Agostino Vallini, conectados con la plaza de San Pedro desde la plaza de San Juan, con ocasión de la Fiesta de los Pueblos.
"Queridos amigos", dijo Benedicto XVI, "vosotros mostráis hoy el gran afecto y la profunda cercanía de la Iglesia y del pueblo italiano al Papa y a vuestros sacerdotes que cotidianamente cuidan de vosotros, para que en el compromiso de renovación espiritual y moral podamos servir siempre mejor a la Iglesia, al Pueblo de Dios, y a cuantos se dirigen a nosotros con confianza. El verdadero enemigo que hay que temer y combatir es el pecado, el mal espiritual, que a veces por desgracia, contagia también a los miembros de la Iglesia".
En este sentido, Benedicto XVI aseguró que los cristianos no tienen miedo del mundo. "En cambio –dijo– tenemos que temer al pecado, por eso tenemos que estar fuertemente enraizados en Dios, siendo solidarios en el bien, en el amor, y en el servicio a los demás". El Papa exhortó a los fieles a proseguir "juntos con confianza este camino, y que las pruebas que el Señor nos presenta, nos empujen hacia una mayor radicalidad y coherencia. Es hermoso ver hoy esta multitud en plaza de San Pedro, como también fue emocionante para mí ver en Fátima la inmensa multitud que, en la escuela de María, ha rezado por la conversión de los corazones. Renuevo hoy este llamamiento, confortado por vuestra numerosa presencia. ¡Gracias!"