(Telegraph/InfoCatólica) La policía alega que hizo la afirmación sobre la homosexualidad en un tono de voz lo suficientemente alto como para ser escuchado por otros ciudadanos, ante lo cual le acusaron de usar lenguaje abusivo, ofensivo y contrario a la Ley de Orden Público.
McAlpine, que fue llevado al cuartel de la policía y encerrado en una celda durante siete horas el pasado 20 de abril, asegura que el incidente está entre las peores experiencias de su vida.
"Me sentí profundamente conmovido y humillado cuando fui arrestado en mi propia ciudad, como un delincuente común enfrente de la gente que conozco", dijo.
"Me quitaron mi libertad por la denuncia de alguien a quien no le gustó lo que dije y fui acusado en virtud de una ley que no se aplica".
Una ley hecha para los hooligans violentos
Activistas cristianos han mostrado su alarma ante el hecho de que la Ley de Orden Público, puesta en marcha en 1986 para acabar con la violencia de los "hooligans" de los clubs de fútbol ingleses, se está usando para vetar la libertad de expresión religiosa.
Sam Webster, abogado-defensor del Instituto Cristiano, que apoya a McAlpine, ha asegurado que no es un crimen expresar la creencia de que la conducta homosexual es pecado: "La policía no sólo tiene el deber de mantener el orden público sino también el de defender la libertad de expresión legítima de los ciudadanos", dijo.
Webster asegura que "la jurisprudencia ha establecido que la doctrina cristiana que indica que la conducta homosexual es pecaminosa es una creencia digna de respeto en una sociedad democrática".
Los hechos
Dale McAlpine estaba repartiendo material evangelizador cuando una mujer se acercó y entabló con él un debate acerca de su fe. Durante la conversación, dijo en voz baja que la homosexualidad figura entre los pecados mencionados en 1 Corintios, junto con la blasfemia, la fornicación, el adulterio y la embriaguez.
Entonces la mujer se alejó y se acercó a un policía de proximidad, Sam Adams, quien tras charlar con ella se dirigió hacia donde estaba el predicador baptista para advertirle de que podía ser arrestado por usar lenguaje racista u homófobo.
McAlpine le respondió que no era homófobo pero que la Biblia dice que la práctica de la homosexualidad es una ofensa contra el Creador. Entonces, según el predicador, el policía Sam Adams aseguró que era homosexual y se identificó como el oficial de enlace con el Colectivo de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales de la policía del condado de Cumbria. ante lo cual McAlpine replicó: "Sigue siendo un pecado".
El predicador entonces comenzó un sermón de veinte minutos, en el que dice que mencionó la embriaguez y el adulterio, pero no la homosexualidad. Durante la prédica, tres oficiales de policía uniformados llegaron y se llevaron detenido a Dale McAlpine. Lo metieron en la parte trasera de una camioneta de la policía y se lo llevaron a comisaría. En la misma, tuvo que vaciar sus bolsillos y tanto su teléfono móvil, como el cinturón y los zapatos fueron confiscados. La policía tomó sus huellas dactilares, una impresión de la palma de la mano, un scaner de su retina y una muestra de ADN.
Más tarde se le tomó declaración y fue acusado en virtud de las secciones 5 y 6 de la Ley de Orden Público. Fue puesto en libertad bajo fianza a condición de que no predicara más en público.
El viernes pasado, Dale McAlpine se declaró inocente en una audiencia preliminar que tuvo lugar en el Juzgado de Paz de Wokingham, tras la cual está a la espera de una fecha para el juicio definitivo.
La Ley de Orden Público, que prohíbe el uso de lenguaje abusivo y ofensivo que pueda causar situaciones de violencia, ha sido ya utilizada para arrestar a la gente religiosa en una serie de casos similares.
Harry Hammond, un jubilado, fue declarado culpable en virtud del artículo 5 de la Ley en 2002 por exhibir un cartel que decía "Alto a la inmoralidad. Alto a la homosexualidad. Alto al lesbianismo. Jesús es el Señor” mientras predicacaba en Bournemouth.
Stephen Green, un activista cristiano, fue arrestado y acusado en 2006 por distribuir folletos religiosos en un festival del Orgullo Gay en Cardiff. Finalmente no se procedió judicialmente contra él.
La policía de Cumbria declinó comentar lo ocurrido en este caso.
Activista gay
Sam Adams fue el representante de la policía de Cumbria en la marcha del Orgullo Gay celebrada el pasado año en Manchester. En su perfil en facebook asegura ser homosexual y ateo.