(Agencias/InfoCatólica) Monseñor Giménez arrancó su mensaje con una enérgica condena a los secuestros y otros actos terroristas, que generan pánico en la población. Dijo que esta situación probablemente haya sido el motivo que duplicó la cantidad de peregrinos a Caacupé el pasado 8 de diciembre. «Los secuestros y el tomar rehenes hace que impere el temor. Por eso el terrorismo se debe condenar de la manera más absoluta, no hay vuelta que dar, eso no puede seguir aquí en nuestro país, manifiesta un desprecio total de la vida humana sin ninguna motivación para justificarlo», refirió.
Autoridad moral
El obispo denunció la actuación sin sentido moral de los padres y autoridades, refiriéndose al escándalo de los cristianos que dicen profesar la fe católica, pero «que sus vidas privadas las tienen por otras sendas». «El cristiano debe ser luz y alumbrar con sus buenas obras. Los católicos opacos, con vidrios oscuros, no sirven para nada, porque cada creyente sabe lo que su religión le pide, pero muchos actúan sin sentido moral», señaló monseñor Giménez
«Esa autoridad moral hace falta por ejemplo para ser padres ejemplares y autoridad moral que hace falta para ser sacerdotes, obispos, diáconos, religiosas ejemplares, esa autoridad moral que hace falta para ser autoridades ejemplares. Por eso justamente se pierde la autoridad moral. Decimos una cosa y hacemos al revés. Necesitamos entonces una profunda conversión, rehacer nuestra vida», indicó.
Resaltó el obispo de Caacupé la falta de moral al indicar que «ojepukapa ñande rehe (somos objeto de burlas)». En su sermón que duró casi 45 minutos, el prelado también volvió a incluir el tema de la paternidad responsable y fue muy aplaudido por los presentes, menos por el jefe de Estado, quien en todo momento se mostró serio y cabizbajo.