(Katolisch/InfoCatólica) Mons. Dieser es copresidente del foro que aborda el campo temático de la sexualidad y la pareja en el sínodo alemán. Ante la pregunta de si está frustrado por el veto de Roma a la creación de un consejo sinodal permanente que participaría en el gobierno de las diócesis, el prelado responde:
«Estoy más bien preocupado. No debemos continuar con este juego público. Tengo la impresión de que en Roma no nos comprenden correctamente. Algunas cosas que se critican allí ni siquiera las estamos haciendo. Deseo una forma diferente de comunicación entre el Vaticano y la iglesia alemana. En igualdad de condiciones. Hasta ahora, Roma ha dejado en claro que su palanca de acción es más larga y que allí se determina si y cuándo se llevan a cabo conversaciones».
Cuestionado sobre cómo solucionar el conflicto, afirma:
«Espero que el diálogo planificado con Roma conduzca a un mayor entendimiento. Un intercambio de pareceres directo de este tipo habría sido necesario mucho antes. Lamentablemente, los laicos, que son copresidentes de los cuatro grupos temáticos en el Camino Sinodal, no han sido invitados. Ese no es el estilo de liderazgo que estamos tratando de establecer en Alemania».
Precisamente es la cuestión de la participación de los laicos en la toma de decisiones que deben quedar bajo la autoridad del obispo lo que Roma ha vetado. A ello responde el obispo de Aquisgrán:
«Aún no se ha pensando del todo cómo se debe configurar exactamente el Consejo Sinodal. Eso aún debe trabajarse más, a través del Comité Sinodal. El Vaticano recientemente prohibió el mero intento de pensar en un Consejo Sinodal. Los obispos rechazamos la primera propuesta para la configuración del consejo. Porque con esta propuesta habría existido el peligro de que un obispo quedara en minoría y al final aún tuviera que recurrir a un órgano de arbitraje. Pero «ser católico» es diferente: no se puede ser católico en contra del Papa o del obispo, sino solo con el Papa y con el obispo. Entonces, puede lograrse mucho».
En cuanto a Fiducia Supplicans y el permiso para bendecir parejas homosexuales de forma privada, dice:
«Creo que es el comienzo de un desarrollo de la doctrina. Sin embargo, hay que estar preparado para que este sea un proceso largo. Con la pequeña apertura, el Papa no ha cambiado la doctrina. Pero ha dejado claro que la acción no necesariamente tiene que reflejar punto por punto la doctrina. Esto indirectamente sugiere que la doctrina tiene potencial para desarrollo. Los críticos de esta decisión lo perciben, por eso también se oponen tan vehementemente».