(Aica/InfoCatólica) En un video, el obispo auxiliar de Brasilia y secretario general de la CNBB, Mons. Ricardo Hoepers, llama al Estado y al pueblo brasileño a mostrar la necesaria lucidez en el tratamiento de esta cuestión, tan grave para la sociedad.
Monseñor Hoepers, reafirmó las posiciones de la institución, expresadas en la nota de 2015. «El uso indebido de drogas interfiere gravemente con la estructura familiar y social. Es una de las causas de innumerables enfermedades, discapacidad física y mental, y alejamiento de la vida social».
El video mensaje también refuerza que «la dependencia, que afecta, especialmente, a adolescentes y jóvenes, es un factor que genera violencia social, provocando cambios en la conciencia y el comportamiento del usuario. El consumo y el tráfico de drogas se identifican como la causa de la mayoría de los ataques a la vida».
Según el secretario general de la CNBB, la no sanción de la posesión de drogas, incluso para consumo personal, con el argumento de la preservación de la libertad de la persona, podría agravar el problema de la dependencia química, esclavitud que hoy alcanza cifras alarmantes.
«La liberalización del consumo de drogas facilitará la circulación de narcóticos. Habrá más productos disponibles, legalizándose una cadena de tráfico y comercio, sin una estructura legal que la controle», destacó.
El obispo auxiliar de Brasilia recuerda la posición de la CNBB, acerca de que es necesario preservar la vida en todas sus dimensiones. «Confiados en la gracia misericordiosa de Dios y en la protección materna de la Virgen de Aparecida, llamamos al Estado y al pueblo brasileño a mostrar la necesaria lucidez y responsabilidad en el tratamiento de este problema, tan grave para la sociedad».
La experiencia de la Iglesia en la recuperación de los drogadictos
La Iglesia Católica en Brasil está comprometida con la superación de la dependencia química y la recuperación de los vínculos familiares y sociales de las personas involucradas con las drogas. Este compromiso se adquiere acogiendo, cuidando y ofreciendo oportunidades para una nueva vida a través de la espiritualidad, el trabajo y la vida comunitaria. Iniciativas como Pastoral da Sobriedade, Fazendas da Esperança y Missão Belém son ejemplos de estas acciones caritativas.
Al entender la dependencia y el involucramiento con las drogas como factores que generan violencia social, y el consumo y el tráfico como causa de la mayoría de los ataques a la vida, la Iglesia busca ofrecer, a través del anuncio del Evangelio, una nueva perspectiva de vida para quienes estaban atrapados en dependencia.
Pastoral de la Sobriedad
Aprobado por los obispos de Brasil durante la 36ª Asamblea General de la CNBB, en 1998, la Pastoral de la Sobriedad fue creada para actuar en cinco frentes: prevención, intervención, reintegración familiar y social, y acción política.
Los drogadictos y sus familias se ven involucrados en el trabajo. La metodología del Grupo de Autoayuda permite vivir los 12 pasos de la Pastoral de la Sobriedad, «fundamentada y basada en el Evangelio y la doctrina de la Iglesia».
«Somos una acción pastoral conjunta, que busca la integración entre todas las Pastorales, Movimientos, Comunidades Terapéuticas Colaboradoras, Casas de Recuperación para, a través de la pedagogía de Jesús-Libertador, rescatar y reinsertar a los excluidos, proponiendo un cambio de vida a través de la conversión», dice Pastoral da Sobriedade en su presentación.
Granja de la esperanza
Nacida en el contexto de la Obra Social Nossa Senhora da Glória, en Guaratinguetá (SP), la Fazenda da Esperança es una comunidad terapéutica creada en 1983. Sus principales actividades son la prevención del consumo de drogas, la atención a los toxicómanos y la reinserción social, fortaleciendo los lazos familiares de los acogidos.
El trabajo de acogida se basa en la espiritualidad, el trabajo y la convivencia. Y, en 2020, atendió a 8.397 personas en 102 fincas repartidas por todo el país.
Misión de Belém
Fundada en 2005, Missão Belém es una asociación de creyentes ubicada en la archidiócesis de São Paulo (SP), que nació con el objetivo de revivir el misterio de Belém: «Jesús, que nació pobre entre los pobres, en una cueva miserable, fue acogido con cariño por María y José».
Más de 80 mil personas fueron acogidas, y gran parte de ello se debe a los ex hermanos de calle restaurados que se hicieron misioneros. Hoy, la Misión alberga en sus hogares a 2.300 personas, 600 de las cuales padecen enfermedades crónicas.
Missão Belém también es responsable del Proyecto Vida Nova, inaugurado en 2018, como gesto concreto de la arquidiócesis de São Paulo en el Jubileo Extraordinario de la Misericordia. En el Edificio Nazaré, en la Praça da Sé, las personas que desean salir de la calle o de la drogadicción reciben la primera acogida, hasta ser trasladadas a una de las casas de la asociación.
En 2001, la CNBB abordó asimismo la cuestión de las drogas en la Campaña de la Fraternidad, con el tema «Fraternidad y Drogas».+