(Agencias/InfoCatólica) La Generalitat de Cataluña ha prohibido a los grupos provida orar frente a las clínicas abortivas. Una decisión que ha adoptado la Consejería de Interior para neutralizar la nueva campaña de '40 Días por la Vida' en 24 ciudades de nuestro país, y que comenzó el pasado 14 de febrero, Miércoles de Ceniza, y concluirá el Domingo de Ramos, 24 de marzo.
La resolución, de la dirección general de Administración de Seguridad, prohíbe a los grupos provida estar a las puertas de los centros con el objetivo, según la orden, de proteger y garantizar la intimidad de las mujeres que acuden a ellos.
La resolución obliga a que estas personas –que normalmente se sitúan en grupos reducidos, relevándose por horas, durante 40 días, y que lo hacen pacíficamente, rezando en silencio o en voz baja, con carteles en los que se indica que defienden la vida de la madre y el hijo por nacer y que se ofrecen a prestar ayuda si decisión de abortar es encontrarse con dificultades socioeconómicas– se sitúen a una distancia suficientemente alejada de los centros donde se practican abortos, en un punto donde no puedan ejercer control visual sobre las mujeres que acceden a los centros sanitarios.
El departamento de Interior también obliga a que «la concentración y los elementos que la conforman -pancartas, carteles y proclamas- no sean visibles ni audibles desde los accesos de las clínicas médicas».
Según ha relatado el portavoz de 40 Días por la Vida (40DPLV) Barcelona, Rafa Cervera a JL Díaz-Mayordomo, «nosotros siempre somos muy respetuosos y nos ajustamos a lo que dice la ley. Nunca ha pasado nada y jamás hemos tenido una denuncia». De momento, los voluntarios de la Ciudad Condal se han apartado siguiendo las indicaciones de la Consejería de Interior de la Generalitat, «pero esperamos volver en cuanto podamos», dice.
El portavoz de 40DPLV Barcelona asegura que «nosotros no acosamos, que es lo que prohíbe explícitamente la reforma del Código Penal de 2022. Otra cosa es que ellos interpreten la palabra “acoso” de manera arbitraria».
«De todos modos, se trata de rezar y de ayunar por el fin del aborto –concluye Cervera–, que se ha demostrado que es la única manera de salvar vidas, cerrar estos centros y que sus profesionales se conviertan».