(KathPress/InfoCatólica) Los obispos austriacos abogan por una prohibición estricta de la maternidad subrogada en la UE y en todo el mundo. Los últimos esfuerzos de la Comisión de la UE, que podrían anular las prohibiciones nacionales existentes sobre esta práctica, son seguidos por la Iglesia católica «con gran preocupación», declararon los obispos el viernes al término de su asamblea plenaria de primavera en Seitenstetten (Baja Austria). Lo mismo ocurre en países como Ucrania, Georgia, Grecia y América Latina, donde el negocio de los vientres de alquiler es cada vez más inescrupuloso.
Hay que poner fin a esta situación, porque «la maternidad subrogada es una explotación despiadada de las mujeres, convierte a los niños en mercancías y contradice los derechos humanos», afirman los obispos.
El llamamiento de la Conferencia Episcopal se debe, entre otras cosas, a los acontecimientos que han salido a la luz recientemente, según los cuales los proveedores de vientres de alquiler que antes operaban en Ucrania se están trasladando cada vez más a otras antiguas repúblicas soviéticas, como Georgia, a causa de la guerra.
Las mujeres que están dispuestas a gestar un hijo para otros a cambio de dinero están siendo señaladas como víctimas. Esto recuerda a «formas de trata de seres humanos de los tiempos más oscuros», dice la declaración.
Los obispos consideran «alentador» el creciente apoyo a la lucha contra la explotación reproductiva por parte de las organizaciones de defensa de los derechos de la mujer. Los obispos también acogieron con satisfacción el llamamiento firmado a principios de mes en Casablanca por 100 científicos de 75 países en favor de la abolición mundial de los vientres de alquiler.
Los expertos habían presentado una propuesta de convención internacional que castigaría a los intermediarios de la maternidad subrogada y perseguiría legalmente a quienes la encargaran más allá de las fronteras nacionales. Se debería crear un instrumento jurídico para hacer cumplir esta prohibición mundial, afirmaron.
En la gestación subrogada, una mujer acepta gestar un hijo para otra persona y entregarlo tras el nacimiento. Esta práctica está prohibida en la mayoría de los países, incluida la Ley de Medicina Reproductiva de Austria, según la cual la madre de un niño es siempre la mujer que lo ha dado a luz.
No obstante, el mercado está en auge, ya que los compradores o las agencias intermediarias se desplazan a los países que permiten o no han prohibido la maternidad subrogada. El «turismo reproductivo» resultante ha dado lugar recientemente en parte a una mayor liberalización, pero también en parte a restricciones, como en India.