(Efe/InfoCatólica) Benítez, párroco de la iglesia desde su creación, hace ahora un año y tres meses, fue el primero en percatarse del peligro.
"Al acabar la misa de once y media percibí un fuerte olor a gasolina en el templo. En compañía de algún feligrés recorrimos las instalaciones y descubrimos en el tejado, adosados a las máquinas de aire acondicionado, unos elementos extraños envueltos en cinta aislante que parecían botellas", relató entonces a Efe el sacerdote, de 33 años.
Los artefactos, explicó, eran botellas de refresco de dos litros llenas de gasolina conectadas por una mecha a los aparatos del aire acondicionado del "barracón" que hace las veces de templo.
El párroco, que ha asegurado que desconocía la intención del arzobispo de visitar hoy Santa Genoveva, decía esta semana en la web de la parroquia: "nosotros a lo nuestro. Es hora de olvidar lo sucedido y de seguir con nuestras tareas, que no se han interrumpido. La investigación seguirá y sin duda llegará a buen puerto y la justicia actuará".
"El Domingo 19 os espero en esta casa, que es la del Señor y la vuestra. En todas las misas daremos gracias a Dios y como cada día lo recibiremos y rezaremos juntos como es nuestra costumbre", añadía.