(Bitter Winter/InfoCatólica) El 8 de junio, Stephen Li Side (1926-2019), el obispo diocesano de la diócesis de Tianjin en el norte de China, falleció después de una larga enfermedad a los 92 años. Había estado viviendo bajo arresto domiciliario desde 1992.
El funeral del obispo Li se llevó a cabo el 10 de junio y la Asociación Patriótica Católica China (APCC) estuvo totalmente a cargo de los actos y prohibió a los sacerdotes no reconocidos por el Estado participar en todos los eventos relacionados al funeral. A los creyentes que no forman parte de las congregaciones pertenecientes a la APCC no se les permitió la entrada al funeral.
Según relata el diario especializado Bitter Winter, el obispo coadjutor Melchior Shi Hongzhen, que había sido designado «con derecho de sucesión», debería, en teoría, suceder automáticamente al último obispo diocesano según el derecho canónico católico, aunque pueden existir dudas ya que tiene 92 años y había sobrepasado por mucho la edad de retiro como obispo activo (75 años) en la Iglesia Católica. De cualquier modo, las autoridades comunistas no sólo no reconocieron su condición como obispo, sino que ni siquiera le permitieron asistir al funeral del obispo Li y lo amenazaron con revocarle sus derechos episcopales si no se unía a la APCC. El obispo Li ha estado viviendo en arresto domiciliario en las montañas por muchos años.
Una semana antes de la muerte del obispo Li, el Departamento de Trabajo del Frente Unido del distrito, la División de Seguridad Nacional, el Departamento de Seguridad Pública y otros departamentos gubernamentales vigilaron las veinticuatro horas la parroquia a la que pertenece el obispo Melchior Shi Hongzhen y restringieron sus movimientos. Hasta después del entierro del obispo Li el personal del gobierno no se se retiró de la zona.
Una fuente que habló bajo la condición de permanecer en el anonimato reveló a Bitter Winter que el 15 de junio, una semana después de la muerte del obispo Li, el Departamento de Trabajo del Frente Unido de la ciudad de Tianjin exigió al obispo Shi que aceptara la carta de nombramiento proveniente de la «única Conferencia y Asociación» de la Iglesia Católica China (un término colectivo para hacer referencia a la «Conferencia de obispos de la Iglesia Católica en China» y la APCC), que apoyara el principio de una iglesia católica «independiente, autónoma y autoadministrada», y que aceptara el liderazgo del Partido Comunista.
El obispo Shi se negó a hacerlo y adujo que el principio de «independencia y autoadministración» viola las enseñanzas del catolicismo ya que, de acuerdo con la doctrina católica, la iglesia debe aceptar solamente el liderazgo del Papa; de otra manera, no puede llamarse católica.
Un sacerdote de la diócesis de Tianjin, uno de los objetores de conciencia católicos que se negaron a unirse a la APCC después del pacto provisional entre el Vaticano y China de 2018, dijo que es totalmente absurdo que un partido político ateo quiera dirigir a la Iglesia Católica. Mantuvo la postura de que la APCC es, simplemente, una escisión de la Iglesia Católica Romana. El Vaticano permite que los sacerdotes y obispos se unan a la APCC y parece considerar que esto es normal, aunque permite la «objeción de conciencia» por parte de quienes consideran que unirse a ella va en contra de su conciencia.
Ya que los detalles del pacto entre el Vaticano y China de 2018 son secretos, no queda claro si los casos como el de Tianjin se resolverán. También es probable que, considerando la edad avanzada del obispo Shi, el Vaticano y el PCCh le pidan que se «retire» y esté de acuerdo con la elección de un nuevo obispo diocesano.