(Pablo J. Ginés/La Razón) Recientemente celebraba un congreso sobre “Comunión y Evangelización”, al que acudía el obispo de Vic, Romà Casanova, “para aprender de la experiencia francesa”. En Hyeres entrevistamos al obispo Rey.
–En la web de su diócesis hay listadas 27 nuevas comunidades o movimientos.
–Tenemos más, la web no está actualizada. En ella no salen, por ejemplo, los grupos de Comunión y Liberación, de Focolares y de neocatecumenales de la diócesis. Me encantaría tener a todas las comunidades del mundo, yo recojo todas las que puedo. No tengo un criterio de exclusión. Con todas intento que desarrollen un enfoque misionero y de renovar la estructura tradicional de la Iglesia, con sus parroquias, sus capellanías de colegios, hospitales, servicios...
–¿Qué aconsejaría a obispos que quieran trabajar la “nueva evangelización”?
–Los cristianos atrapamos los peces por la cabeza. Es decir, el Señor quiere empezar tocando el corazón del obispo, darle una visión nueva, una visión misionera, una gran conversión para pasar de un enfoque de “gestión y mantenimiento” a un cristianismo de engendramiento. La clave está en insistir en el kerygma, el primer anuncio cristiano. Primero va el kerygma o anuncio, luego la didaché o catequesis, después la vida sacramental y litúrgica y por fin entrar en la vida de servicio o diaconía. Ése es el orden eficaz hoy: pero primero, el kerygma. Después, las nuevas comunidades crean familias cristianas comprometidas, y eso es un signo de que están renovando la Iglesia.
–Habrá nuevas comunidades que no han funcionado bien...
–Las que no han funcionado es porque sus iniciadores no tenían el carisma de fundadores. Eso es un don que Dios da a quien quiere. Hay gente buena, equilibrada y con un buen proyecto, pero que no cuaja porque no tienen este carisma.
–Usted ha escrito un libro sobre los masones.
–Algunos ven masones por todas partes y es un error. Pero también lo es subestimar la masonería. Hay logias y obediencias distintas, y algunas dicen ser cristianas. Mi libro muestra que es incompatible ser católico y masón, como lo es ser católico y musulmán, o ser católico y racista, o creer en la reencarnación. La masonería es relativista, menosprecia los dogmas y la enseñanza de la Iglesia.
–¿Por qué un congreso de “Comunión y Evangelización” ?
–Juan Pablo II decía que la nueva evangelización requiere “nuevo ardor, nuevos métodos y un nuevo lenguaje”. La adoración eucarística alimenta la radicalidad que necesitamos, robustece la fe, alimenta el don de fe.
El obispo de Toulon llena su diócesis de comunidades evangelizadoras
"El Señor quiere empezar tocando el corazón del obispo, darle una visión nueva, una visión misionera"
Monseñor Dominique Rey, formado en la Comunidad del Emmanuel y obispo de la costera y turística Toulon desde el 2000 ha llenado su diócesis de nuevas comunidades, fraternidades y movimientos. Muchas las ha traído del extranjero, incluyendo órdenes religiosas brasileñas o colombianas con numerosos jóvenes. Otras las ha fundado él, incluyendo un movimiento de jóvenes misioneros laicos, otro para trabajar con los pobres y otro para el proceso de duelo y pérdida de parientes.
5 comentarios
"Preguntamos al obispo Dominique Rey por el polémico acercamiento del Papa a los lefebvrianos, su invitación a que vuelvan a la comunión plena con la Iglesia, que ha molestado a algunos obispos franceses. Los lefebvrianos (y otros tradicionalistas) han sido siempre duros con todo lo “nuevo” y aún más con todo lo “carismático”.
“Hemos de aceptar las particularidades y la diversidad dentro de la Iglesia”, responde Rey. “Hay que aceptar a las nuevas comunidades, y también a los tradicionalistas, y superar los malentendidos. Yo me sumo a la solicitud pastoral del Papa por la unidad de la Iglesia”.
Si buscamos por Google veremos varias fotos del obispo revestido para celebrar la misa por el Modo Extraordinario. ¡Y es el mismo que crea comunidades de jóvenes carismáticos! Dos estilos muy distintos, pero complementarios. Así debería ser siempre: tomar todo lo bueno, sin recelos entre hermanos, y ofecer la riqueza de la Iglesia.
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