(Agencias) Nunca hasta la fecha se ha producido un encuentro entre un papa y un gran imán de Al Azhar.
La audiencia podría significar también un giro decisivo en las delicadas relaciones entre la institución sunita y el Vaticano, después de unas controvertidas declaraciones de Benedicto XVI sobre el islam en 2006.
Esas relaciones llegaron incluso a romperse en 2011, cuando la gran universidad de El Cairo reaccionó con vigor a unas nuevas afirmaciones del pontífice alemán tras un atentado contra una iglesia copta ortodoxa de Alejandría.
El diálogo se reanudó poco a poco con la llegada de Francisco, con el envío de emisarios mutuos.
En marzo de 2014, un representante de la mezquita, Mahmud Azab, había participado en una iniciativa interconfesional para inaugurar una red de lucha contra todas las formas de esclavitud modernas. «El diálogo nunca fue cortado, solo quedó suspendido», aseguró.