(RV/InfoCatólica) ¿Cuál es el nudo de la esperanza? Tener «fija la mirada en Jesús». Francisco desarrolló su homilía del pasaje de la Carta a los Hebreos que se detiene precisamente en la esperanza.
El Papa subrayó que sin escuchar al Señor podemos quizás «tener optimismo, ser positivos», pero la esperanza «se aprende mirando a Jesús». De aquí, centró su reflexión sobre la «oración de contemplación».
Francisco observó que «es bueno rezar el Rosario todos los días», hablar «con el Señor, cuando tengo una dificultad, o con la Virgen o con los Santos». Pero, añadió, es importante hacer la «oración de contemplación» y esta se puede hacer sólo «con el Evangelio en la mano»:
«¿Cómo hago la contemplación con el Evangelio de hoy? Veo que Jesús estaba en medio de la muchedumbre, alrededor de él había mucha gente. Cinco veces dice este pasaje la palabra ‘gente. ¿Pero Jesús no descansaba? Yo puedo pensar: 'Siempre con la gente... La mayor parte de la vida de Jesús la pasó en la calle, con la gente. ¿Pero no descansaba? Sí, una vez, dice el Evangelio, que dormía en la barca, pero vino la tormenta y los discípulos le despertaron. Jesús estaba continuamente entre la gente. Y si miro a Jesús así, contemplo a Jesús así, me imagino a Jesús así. Y digo a Jesús lo que me viene a la mente decirle».
Jesús, dijo volviendo la mirada al Evangelio de hoy, se da cuenta de que una mujer enferma en medio de la gente le ha tocado. Jesús, dijo el Papa, «no sólo comprende a la gente, siente a la gente», «siente el latido del corazón de cada uno de nosotros, de cada uno. Cuida de todos y cada uno, siempre».
Lo mismo, añadió, cuando el jefe de la sinagoga va «a contarle de su hija gravemente enferma: y Él deja todo y se ocupa de esto». Francisco siguió imaginando lo que sucede en esos momentos: Jesús llega a la casa, las mujeres lloran porque la niña ha muerto, pero el Señor les dije que estén tranquilas y la gente se ríe de él.
Aquí, dijo el Papa, se ve «la paciencia de Jesús». Y después de la resurrección de la niña, Jesús en lugar de decir «¡Viva Dios!», les dice: «Por favor dadle de comer». «Jesús – nota el Pontífice – tiene siempre los pequeños detalles ante Él».
«Lo que yo he hecho, con este Evangelio, es precisamente oración de contemplación: tomar el Evangelio, leer e imaginar en la escena, imaginarme qué sucede y hablar con Jesús, como me viene del corazón. Y con esto hacemos crecer la esperanza, porque tenemos fija la mirada en Jesús. Esta es la oración de contemplación.
«‘Pero tengo tanto que hacer’. En tu casa, 15 minutos, toma el Evangelio, un pasaje pequeño, imagina lo que sucedió y habla con Jesús de ello. Así tu mirada estará fija en Jesús y no tanto en las telenovelas, por ejemplo. Tu oído estará fijo en las palabras de Jesús y no tanto en la charla del vecino o l vecina …».
«Y así – reafirmó – la oración de contemplación nos ayuda en la esperanza. Vivir de la sustancia del Evangelio. Rezar siempre». Francisco invitó a «rezar las oraciones, rezar el Rosario, hablar con el Señor, pero también hacer esta oración de contemplación para tener la mirada fija en Jesús». De esta oración, añadió, «viene la esperanza». Y así «nuestra vida cristiana se mueve en ese marco, entre memoria y esperanza»:
«Memoria de todo el camino pasado, memoria de tantas gracias recibidas del Señor. Y esperanza, mirando al Señor, que es el único que puede darme la esperanza. Y para mirar al Señor, para conocer al Señor, tomemos el Evangelio y hagamos esta oración de contemplación».
«Hoy, por ejemplo, buscad 10 minutos – 15, no más – leed el Evangelio, imaginad y decid algo a Jesús. Y nada más. Y así vuestro conocimiento de Jesús será más grande y vuestra esperanza crecerá. No olvidéis, teniendo fija la mirada en Jesús, Para esto la oración de contemplación».