(Aleteia/InfoCatólica) Jesús enseña a los apóstoles a ser como los niños, recordó el Papa. «Los discípulos peleaban sobre quién era el más grande entre ellos: había una lucha interna… el arribismo ¿eh?».
«Estos que son los primeros obispos, tenían esta tentación del arribismo. ‘Quiero ser más importante que tú…’. No es un buen ejemplo que los primeros obispos hicieran esto, pero es la realidad. Y Jesús les enseña la verdadera actitud, la de los niños», explicó.
«La docilidad, la necesidad de consejo, la necesidad de ayuda, , porque el niño es el símbolo de la necesidad de ayuda, de docilidad para seguir adelante… este es el camino. No quién es más grande», advirtió Francisco.
«Los que están más cerca de la actitud de un niño, están más cerca de la contemplación del Padre», añadió. Escuchan con el corazón abierto y dócil al ángel de la guarda.
Todos contamos con un ángel con nosotros
«Todos nosotros, según la tradición de la Iglesia, tenemos un ángel con nosotros, que nos cuida, que nos hace sentir las cosas –prosiguió-. ¡Cuántas veces hemos sentido: ‘Debería hacer esto, esto no funciona, hay que estar atento…’ ¡Muchas veces! Es la voz de nuestro compañero de viaje».
«Estad seguros de que él nos llevará al final de nuestra vida con sus consejos, para esto hay que escuchar sus consejos, no rebelarnos… Porque la rebelión, el deseo de ser independiente, es algo que todos tenemos; es la soberbia, la que tuvo nuestro padre Adán en el Paraíso terrestre: la misma. No te rebeles, sigue sus consejos», invitó.
«Nadie camina solo y ninguno de nosotros puede pensar que está solo», prosiguió el Papa, porque siempre está «nuestro compañero».
Nadie puede aconsejarse a sí mismo
«Y cuando nosotros no queremos escuchar su consejo, escuchar su voz, es como decirle: ‘¡Vete, fuera!’. Abandonar al compañero de viaje es peligroso, porque ningún hombre, o mujer puede aconsejarse a sí mismo», indicó.
«Yo puedo aconsejar a otro pero no a mí mismo –aseguró-. Está el Espíritu Santo que me aconseja, el ángel de la guarda que me aconseja. Por esto, tenemos necesidad».
«Esta no es una doctrina sobre los ángeles un poco fantasiosa: no, es la realidad –afirmó el Papa-. Es lo que Jesús, lo que Dios ha dicho: ‘Yo mando un ángel que te precede para cuidarte, para acompañarte en el camino y que no te equivoques’».
Francisco concluyó así la homilía: «Yo, hoy, quiero preguntaros: ¿Cómo es la relación con mi ángel custodio? ¿Lo escucho? ¿le digo buenos días por la mañana? Le digo: ‘¿Cuídame mientras duermo?' ¿Hablo con él? ¿Le pido consejo?»
«Está a mi lado –aseguró-. Esta pregunta podemos responderla hoy, cada uno de nosotros: ¿Cómo es la relación con este ángel que el Señor ha enviado para custodiarme y acompañarme en el camino, y que ve siempre el rostro del Padre que está en los cielos?».