(InfoCatólica) El cardenal Eijk explica en su entrevista a la revista calvinista que el Concilio de Trento es una prueba de «la capacidad de la Iglesia Católica de auto-reformarse» gracias a la «guía del Espíritu Santo». El concilio, añade, puso fin a los muchos abusos que surgieron en la Iglesia durante la Baja Edad Media, tales como la simonía y una incorrecta comprensión del ministerio pastoral, que contradecían la enseñanza bíblica. También acabó con la falta de disciplina entre el clero y los monasterios. «Cuando se implementaron todos los decretos, el orden fue restaurado en la Iglesia», constata el purpurado holandés.
El Concilio de Trento también reafirmó algunas «verdades de fe», precisamente para refutar los errores de la Reforma protestante. El cardenal sentencia que dichas doctrinas, «como por ejemplo la transubstanciación y la naturaleza del sacramento de la Eucaristía, continuan vigentes».
Imagen falsa de Dios y de la Iglesia Católica
El prelado holandés explica que las condenas y excomuniones se aplican a quienes «voluntariamente y a sabiendas» rechazan las enseñanzas de la Iglesia. «En cierta manera, esta es una cuestión teórica. Mucha gente tiene una imagen falsa de la Iglesia Católica porque es lo que se les ha enseñado. O tiene igualmente una imagen errónea de Dios, pero no puede ser considerada responsable personalmente». Con ello el cardenal hace referencia a la ignorancia invencible. «Solo Dios puede juzgar a cada hombre», ratifica el arzobispo de Utrech.
Finalmente, el cardenal Eijk se refiere a la petición de los luteranos de una rehabilitación de Martín Lutero: «En temas fundamentales él se desvió de la doctrina de la Iglesia. Y esa doctrina permanece tal cual. Por esta razón, las diferencias permanecen sin cambio y la rehabilitación es imposible».
Críticas al cardenal
Las palabras del cardenal han sido criticadas desde ámbitos ecuménicos, tanto protestantes como católicos. Se le ha acusado de fijarse más en las diferencias que en lo que une precisamente en la Semana de Oración por la Unidad de los cristianos.