(PD/InfoCatólica) El Kremlin espera que los Juegos, que se inician el 7 de febrero en la ciudad de Sochi, en el Mar Negro, sean una muestra de la cara moderna de Rusia, a más de dos décadas de la caída de la Unión Soviética. Putin se ha identificado estrechamente con un evento que tiene un costo de 50.000 millones de dólares.
El año pasado, Rusia generó malestar en ciertos sectores de Occidente y activistas de Derechos Humanos al prohibir lo que calificó como la promoción de la homosexualidad entre los menores.
Si bien los llamamientos a realizar un boicot masivo a los Juegos han fallado, la polémica ha ensombrecido los preparativos del evento.
Los críticos dicen que la ley es discriminatoria y que es parte de un retroceso en materia de derechos humanos y libertades democráticas bajo el Gobierno de Putin, quien ha tomado una línea más conservadora en temas sociales desde su regreso a la presidencia a mediados de 2012.
«No hay una prohibición de las formas no tradicionales de interacción sexual entre las personas. Sólo tenemos una prohibición de la publicidad homosexual»
Putin hablaba en una reunión con jóvenes voluntarios que trabajarán durante los Juegos.
«No prohibimos nada, no perseguimos a nadie».
Ha añadido que algunos estados de Estados Unidos tienen leyes que prevén una responsabilidad penal para las relaciones sexuales entre homosexuales.
«Nosotros no tenemos nada de eso, la gente puede sentirse libre y en paz, pero por favor dejen a los niños en paz».
El presidente ruso olvida que el Tribunal Supremo de Estados Unidos invalidó en 2003 las leyes que prohibían las relaciones sexuales entre adultos del mismo sexo.