(EP/InfoCatólica) El trabajo, presentado este miércoles por su autor, el sociólogo Joffre López, y la responsable de la Comisión Socioeconómica del CJE, Sheyla Suárez, revela asimismo que un joven debería cobrar un 80 por ciento más de su salario actual para poder acceder a la compra de una vivienda, teniendo en cuenta que «sólo el 30 por ciento del sueldo debería ir destinado a este fin».
Además, siguiendo estos criterios, con el salario medio de una persona de 30 a 34 años en España sólo se podría acceder a una vivienda de alquiler en el mercado libre en Extremadura y Castilla-La Mancha. «Acceder a una vivienda es una utopía para la mayoría de los jóvenes», ha destacado Suárez. En cualquier caso, concluye que «la hipoteca supone siempre un endeudamiento mayor que el alquiler».
De esta forma, el texto advierte de que se está dando «una expulsión casi sistemática de los jóvenes del mercado de la vivienda». «En la actualidad, en lugar del riesgo de sobreendeudamiento, el principal escollo con el que se encuentran los jóvenes para comprar o alquilar una vivienda es su extrema fragilidad económica y la brecha que todavía separa su capacidad adquisitiva de los precios que ofrece el mercado», ha apostillado.
Sin embargo, el informe añade que cuando los jóvenes alcanzan la edad de entre 30 y 34 años, «más que un problema generalizado de acceso, padece un problema de mantenimiento en la vivienda que se está ocupando de manera efectiva, ya que, con la salvedad de Andalucía, Asturias, Canarias y Galicia, más del 70 por ciento no convive con sus padres y madres».
Más de la mitad están sobrecualificados
Los problemas de acceso a la vivienda están directamente relacionados a una «alarmante tasa de desempleo juvenil», de hasta el 55 por ciento, y a la situación de precariedad en la que se encuentran los trabajadores más jóvenes, según denuncia Suárez. En este sentido, el informe asegura que más de la mitad de los jóvenes están sobrecualificados para el puesto de trabajo que desempeñan.
En concreto, se encuentran en esta situación el 53,9 por ciento de los jóvenes asalariados de entre 16 a 29 años que ya han dejado de estudiar, un portentaje que aumenta hasta el 56,2 por ciento en el caso de los jóvenes de entre 30 y 34 años. Por su parte, el porcentaje de 'ninis' –considerando que se trata de gente que ni estudia ni busca empleo– «no alcanzaría ni el 3 por ciento», según el autor del estudio.
El Observatorio desglosa también los datos de desempleo en España que, en términos absolutos, afecta a más de 1,8 millones de personas de entre 16 y 29 años, y a más de 895.900 personas entre los 30 y 34 años. Asimismo, el informe detecta que «entre la población joven que tiene empleo, aumenta el esfuerzo destinado a la formación».
Por otro lado, el estudio se ocupa de recoger movimientos migratorios. En 2011 el saldo migratorio –diferencia entre inmigración y emigración– continuó siendo positivo entre la población de 16 a 29 años, pero ya registró valores negativos entre la población de 30 a 34 años. En este punto, la responsable de la Comisión Socioeconómica del CJE ha recordado que «unos 40.000 jóvenes titulados se han ido de España en lo que va de año».
Suárez entiende que «para elaborar políticas efectivas que solucionen el drama del desempleo juvenil son necesarios estudios serios y exhaustivos» y, en este sentido, confía en que el 'Observatorio de Emancipación' «sea de utilidad para administraciones e instituciones».