(VI) Don Lemański, tanto en la televisión como en los medios locales, había acusado a su obispo de haberle discriminado injustamente debido a sus posturas “abiertas”. La Curia de Varsovia-Praga recuerda que en 2010, cuando la presencia de Lemański en la parroquia comenzó a crear «múltiples conflictos», el obispo propuso al sacerdote un cambio de parroquia, en el decanato de Jadów. Pero él se opuso a esta decisión e incluso se apeló a la Congregación vaticana para el Clero.
Los conflictos continuaron, sobre todo en la escuela en la que Lemański enseñaba. El sacerdote, sin el consenso del obispo, inició una causa civil en contra del director y otros dos profesores de la escuela. Entonces tuvo que intervenir el arzobispo y retiró el permiso para enseñar el catecismo en la escuela, hasta que hubiera concluido el proceso. Y en la Congregación del Clero, después de haber examinado todos los documentos del caso, le dieron razón.
Mientras tanto, cuenta el comunicado, el sacerdote siguió dando conferencias y haciendo declaraciones, no solo en su diócesis sino en todo el país, «sin la necesaria moderación» y sin «saber mantener las proporciones». Lemański habría hecho pasar a la Iglesia como un sitio de violadores, pedófilos, hipócritas, rapaces y borrachos. Ademas se presentaba como el defensor de las víctimas de una Iglesia «que está enferma», sobre todo en su estructura jerárquica.
El P. Lemański recibió una advertencia canónica el 17 de enero de 2012, en el que se le imputaban ciertos comportamientos, decisiones arbitrarias sobre la parroquia, el público desprecio del ministerio de los obispos y de los sacerdotes, diferentes conflictos en la comunidad local, la falta de cooperación con las autoridades locales y con las instituciones educativas.
El párroco recurrió una vez más a la Congregación para el Clero, pero el 2 de junio llegó una respuesta del Vaticano en la que se declaraba como legítima la decisión del obispo y el alejamiento del sacerdote. Lemański, entonces, se dirigió a la Signatura Apostólica, que declaró «nulo» su apelación, debido a «la falta de una base legal».
Y así, llegamos a marzo de este año. El comunicado de la Curia reconstruye cómo Lemański comenzó a protestar en contra de la enseñanza de la Iglesia (tanto en su contenido como en su forma). La ocasión fue la publicación del documento de la Conferencia episcopal polaca, titulado “Los desafíos de la bioética frente al hombre moderno”. Un texto que se basa en el magisterio de Juan Pablo II, en particular en la encíclica “Evangelium vitae” y los cuatro documentos de la Congregación para la Doctrina de la Fe dedicados a los problemas de la bioética y a la actitud de los católicos en la vida política.