(PpE) Junto a múltiples proyectos asistenciales destinados a diversos colectivos, resultan llamativas algunas ayudas públicas destinadas, por ejemplo a:
- Asociaciones de activistas homosexuales, que en conjunto reciben 330.388 euros, siendo la más favorecida la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales; esta entidad, beneficiada con 159.500 euros, dedicará una parte de la subvención a promover la diversidas en las aulas mediante la creación de una red educativa. Las otras entidades de activistas homosexuales son la Fundación Triángulo (44.000 euros) y la Confederación Española de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales COLEGAS (126.888 euros).
- La conocida entidad pro abortista Federación de Planificación Familiar Estatal, favorecida con 100.000 euros. Esta institución promueve el aborto (encubierto como derecho sexual y reproductivo) en España y en los países en vías de desarrollo.
- CEAPA, la federación de padres de la escuela pública, partidaria de la expulsión de la religión de la escuela pública y firme opositora a la reforma educativa, ha sido agraciada con 111.816 euros para realizar sus actividades.
- Por último, la Liga de Española de la Educación y la Cultura Popular, presidida por el socialista Victorino Mayoral y conocida por su laicismo militante (promoción de Educación para la Ciudadanía, expulsión de la religión) ha recibido 908. 727 euros.
«A estas subvenciones», indica Fabián Fernández de Alarcón, vicepresidente de Profesionales por la Ética, «hay que sumar programas y proyectos de dificil comprensión, como la finanaciación, por 47. 240 euros de un programa de Participación infantil en la política de infancia o los 90.000 euros destinados a realizar talleres de formación para jóvenes sobre conciliación corresponsable en el hogar».
Para Fernández de Alarcón, «España no puede permitirse el lujo de financiar con nuestros impuestos programas y partidas presupuestarias de mantenimiento de entidades, asociaciones y proyectos varios. Pero, si además los beneficiarios tienen un sesgo ideológico tan definido, la indignación es mayor. Bien está que se ayude a grupos sociales desfavorecidos o exluídos pero financiar la entrada de colectivos homosexuales para formar a nuestros niños en los colegios e institutos y promover el aborto en nos parece demasiado. El Gobierno tiene una oportunidad de oro para poner fin a ayudas genéricas de corte ideológico o de mantenimiento de estructuras burocráticas».