(RIES/InfoCatólica*) “Una de las características de las sectas es lo que se conoce como proselitismo engañoso. Es decir la captación de adeptos de manera engañosa y no revelando sus verdaderos objetivos, prácticas o creencias. Si bien cada movimiento posee una estrategia particular, desde hace ya años se registra con cierta asiduidad, la de intentar penetrar en ámbitos católicos bajo diversas excusas”. Estas palabras las escribió el experto en sectas José María Baamonde, uno de los fundadores de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), ya fallecido.
Y lo hizo poco antes de la fundación de esta red de investigadores católicos, en noviembre de 2005, cuando en el boletín que publicaba la Fundación Spes (Argentina), se hacía eco de lo que denominaba “Intentos de utilización de ámbitos católicos por parte de una secta orientalista” en su título. Según señalaba Baamonde, los objetivos que persiguen las sectas al desarrollar actividades en dependencias de la Iglesia católica son los siguientes:
a. Ganar respetabilidad: al desarrollar actividades en ámbitos católicos, ya que el común de la feligresía le adjudicará per se categoría de seriedad.
b. Desalentar posibles sospechas: cualquier sospecha de que tal o cual grupo pudiera revestir características sectarias, queda rápidamente desechada porque la feligresía estima que de ser así, nunca se le habrían facilitado dependencias católicas para sus actividades.
c. Facilitación de tareas proselitistas: por lo explicitado en los dos puntos anteriores, la feligresía se encontrará más dispuesta a aceptar ciertos enunciados del grupo en cuestión, como así también la participación en futuras actividades propuestas.
José María Baamonde explicaba todo esto, casualmente, al hilo de una intervención que tuvo que hacer informando a una casa de espiritualidad abulense de que iba a ser utilizada por la Escuela Tántrica Sivaíta de Madrid para dictar un “Curso de Iniciación al Tantra”. Según escribía el experto, “afortunadamente se pudo advertir a tiempo a las religiosas de las particulares características del ‘Tantra Yoga’, por lo que suspendieron la actividad, no sin antes aclarar que tal grupo al momento de realizar la reserva, se habrían cuidado muy bien de revelar las verdaderas prácticas que promueven y que se habrían presentado, además, como un grupo cristiano”.
El Tantra
El "Tantra Yoga" es una variedad de yoga sexual –señalaba Baamonde– y entre las prácticas promocionadas en el curso se encuentran, además de la "meditación y la catarsis", otras tales como el "masaje por parejas y en grupo" y la técnica de "abrazo tántrico". Según la antigua web del grupo, “Tantra significa literalmente "culto a la Diosa", sus orígenes se pierden en la noche de los tiempos. Tantra es el culto a lo femenino, a la mujer, es el desarrollo de la sensibilidad, de la vivencia del amor intensamente sin miedo a perderlo, es trascender lo superficial y lo aparente. Tantra es una revolución interna, es despojarse de todas las creencias, moralidades, condicionamientos y prejuicios para crear un espacio interno que uno precisa para concebir la verdad infinita y atemporal”.
¿Es esto compatible con el cristianismo? La antigua web del movimiento tantra madrileño parecía señalar lo contrario al decir que “el Tantra desafía los tabúes, credos y dogmas impuestos por cualquier religión”. Su concepción de la sexualidad también es peculiar: “cuando haces el amor, estás haciendo el amor con tu propia existencia. La mujer es solamente una puerta, el hombre es solamente una puerta. El otro es solamente una puerta al todo”.
Desde entonces, la Escuela Tántrica Sivaíta ha seguido organizando cursos en toda España, y en estos tres años varias casas de espiritualidad y conventos católicos se han convertido en las sedes de muchas sus actividades, lo que les otorga respetabilidad –además de un lugar ideal y una comunidad de acogida de calidad, como suele suceder en estos locales regentados por congregaciones religiosas. Sin embargo, los responsables de algunas de estas casas, al conocer por la información de la RIES lo que iban a acoger, suspendieron la actividad sectaria.
Testimonio de un ex-adepto
La RIES ha podido recabar el testimonio de un antiguo miembro de la Escuela Tántrica Sivaíta, que prefiere no identificarse, y que ha señalado que “su gurú es un estafador de poca monta, que se dedica a estafar por internet, y tiene montada una empresa, según él sin ánimo de lucro, pero que le genera muchos beneficios”. Además, al referirse al líder sectario, el valenciano ahora autodenominado Swami Kurmarajadasa, afirma que “es un gran manipulador emocional, se aprovecha de gente que está en muy baja forma a nivel moral y emocional, los exprime hasta sacarle el ultimo céntimo de euro y luego desaparece”.
De hecho, según este ex-adepto, el grupo ha cambiado de nombre en diversas ocasiones, pues en cada época aparece en sus páginas de Internet con distintas denominaciones: Shaktismo, la web de Kurmarajadasa, Escuela Tántrica Sivaíta de Madrid, etc. Después de haber pasado cuatro años en la secta, alude con mucha dureza a su funcionamiento económico, basado en la recaudación a través de los cursos y actividades: “ofrece cursos que no llega a impartir, cobrar hasta mil euros por cursos”, y por ello concluye sus declaraciones indicando que el líder del movimiento “en una palabra, va de maestro, y es sólo un hipócrita”.
