(Efe) El presidente del sindicato del sector público Verdi, Frank Bsirske, había argumentado que la prohibición de la huelga era una «vulneración flagrante del derecho fundamental de todo trabajador» y calificó de propia de una «predemocracia» la situación actual de los empleados de ese sector.
Por parte de la iglesia evangélica –luterana– y de las principales instituciones de caridad eclesiásticas del país se defendía el denominado estatus especial, por el cual quedaban prohibidas tanto las huelgas como las manifestaciones en ese sector.
La sentencia de la Magistratura pone fin a un largo litigio que afecta a un colectivo de 1,3 millones de empleados de las dos grandes confesiones religiosas de Alemania, la católica y la evangélica, cada una de las cuales tiene cerca de 24 millones de fieles. El conflicto laboral del sector eclesiástico estalló en 2009, al decretar el Consejo de la Iglesia Evangélica que a su personal no le asiste el derecho a la huelga, en respuesta a una convocatoria de paros de Verdi que implicaba a las instituciones eclesiásticas.
La magistratura del «Land» de Baja Sajonia respondió meses después a favor de los argumentos de la entiddad religiosa protestante, a lo que siguieron varios recursos sindicales en sucesivas instancias regionales. Algunas de esas instancias fallaron a favor de los argumentos sindicales, al menos parcialmente, pero faltaba aún el dictamen de la Magistratura Suprema, de alcance nacional.