(Efe) El pleito llega a la última instancia en el largo litigio que afecta a un colectivo de 1,3 millones de empleados de las dos grandes confesiones religiosas de Alemania, la católica y la evangélica, cada una de las cuales con cerca de 24 millones de fieles.
Bsirke reclamó el fin de la prohibición y calificó de propia de una «predemocracia» la situación actual de los empleados de ese sector, ya que no les ampara el derecho a la huelga inherente a todo trabajador. Por parte de la iglesia y de las principales instituciones de caridad eclesiásticas del país se defiende el denominado estatus especial, por el cual en la práctica quedan prohibidas tanto las huelgas como las manifestaciones.
El litigio laboral del sector eclesiástico estalló en 2009, al decretar el Consejo de la Iglesia Evangélica que a su personal no le asiste el derecho a la huelga, en respuesta a una convocatoria de paros lanzada por Verdi que implicaba a las instituciones eclesiásticas.
La magistratura del «Land» de Baja Sajonia respondió meses después a favor de los argumentos de la confesión evangélica, a lo que siguieron varios recursos sindicales en sucesivas instancias regionales. Algunas de esas instancias fallaron a favor de los argumentos sindicales, al menos parcialmente, por lo que se espera el dictamen de la Magistratura Suprema, de alcance nacional.