(Gaudium Press) Según informó CBCP News, órgano informativo de los Obispos filipinos, la jerarquía eclesiástica podría retirar la afiliación católica de una institución educativa si contradice la doctrina de la Iglesia en dichas materias: «si somos una escuela católica, no debemos enseñar nada contrario a la doctrina oficial de la Iglesia», explicó el Arzobispo José Palma, Presidente de la CBCP.
Uno de los componentes nocivos del proyecto de ley de Salud Reproductiva en Filipinas es la introducción obligatoria de la educación sexual --de enfoque antinatalista y contrario a la moral católica-- para niños desde los cinco años de edad. La Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas (CBCP) continúa su férrea oposición a la iniciativa y ha anticipado que se exigirá a las instituciones educativas católicas que sus contenidos estén acordes a las enseñanzas de la Iglesia.
En medio de la controversia y de las acciones legales y religiosas en resistencia al proyecto de ley de Salud Reproductiva, la Iglesia lleva a cabo una tarea pastoral con los educadores, señaló Mons. Palma. «En algunos lugares, hablamos primero con los profesores, ya que algunos pueden tener un malentendido sobre lo que piensan que es la libertad académica». El Arzobispo recordó la importancia de respetar la identidad de las instituciones: «Les decimos que si desean enseñar esas ideas, no lo hagan en una escuela católica, porque están confundiendo a los estudiantes».
El prelado también explicó que las instituciones educativas católicas son seleccionadas por los padres de familia para garantizar que los contenidos recibidos por sus hijos no contradicen sus principios y valores. «Ellos esperan que sus niños aprendan la doctrina católica y reciban también formación católica», afirmó Mons. Palma. «Sería una contradicción si los bombardeamos con ideas que son contrarias a la doctrina oficial de la fe».
Este mismo enfoque se ha empleado en las universidades católicas, en las cuales algunos grupos de docentes han manifestado su apoyo a la ley de Salud Reproductiva. El Arzobispo Palma aseguró que ellos tienen libertad de defender estas ideas, pero que «lo hagan en otras universidades». Ninguna institución universitaria católica ha apoyado institucionalmente el controvertido proyecto de ley.