(Religión Confidencial) Juan José Abad ha recogido los avatares de lo que él considera una persecución en el libro 'Historia de una soberana agresión'. En él intenta denunciar los ataques que dice sufrir por sectores defensores de la objeción de conciencia ante una asignatura que muchos padres tacharon con intento de adoctrinamiento ideológico.
En la obra, se mete con la jerarquía de la Iglesia. Dice que el libro es «fruto de la indignación. Indignación por el desaforado clericalismo derrochado por los obispos, sobre todo por Cañizares, Rouco y Martínez Camino; por las intrigas de los grupos integristas católicos, como los Propagandistas del CEU, los Legionarios de Cristo, El Foro Español de la Familia». Según ha explicado en una entrevista que publica la Fundación Cives -promotora ideológica de la asignatura- el autor decidió escribir la obra porque se sintió «indignado de que tanto obispo, tanto integrista y tanto político se empeñaran en ver brujas donde sólo había panderos».
Además Juan José Abad acuña otro término, «ciudadanófobos» en el que inlcuye una larga lista de medios de comunicación que se han posicionado en favor del artículo 27 de la Constitución que defiende el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos. Menciona expresamente a ABC, ALBA, Gaceta, Alfa y Omega, Ecclesia, La Razón, LibertadDigital, ForumLibertas, InfoCatólica, la COPE.
Continúa sus alegaciones en la entrevista calificando de integristas a una serie de asociaciones a las que llama «viejos grupos integristas junto con los modernos neocons. En este grupo clasifica a ACdP-CEU, CONCAPA; Profesionales por la Ética, el FEF, los Legionarios de Cristo, HazteOir». Una de las asociaciones aludidas directamente en la entrevista, Profesionales por la Ética ve un motivo claro detrás de tanta «animadversión»: el propio autor fue denunciado ante los tribunales por la familia Flores-Cano. Esta familia de Huelva consideraba que obligar a su hijo a estudiar ese manual coartaba su libertad de enseñanza.
Profesionales por la Ética califica un ejercicio de «educación ciudadana» el denominarles como 'ciudadanófobos', un término que les sorprende, puesto que procede de un hombre que apela al pluralismo y el sano debate democrático.
La cuestión de fondo que los grupos objetores de la asignatura, entre los que se incluyen Profesionales por la Ética tienen claro es que es «imprescindible acabar de una vez con la asignatura cuyo objetivo es la educación moral de los alumnos desde el Gobierno de turno».