Pregunta del secretario de la Conferencia Episcopal Italiana

«¿Con qué autoridad un Estado puede hablar de moralidad si permite y promueve delitos como el aborto?»

Ante un Aula Pablo VI repleta, tuvo lugar en la Universidad Pontificia Lateranense la presentación del Tercer Informe sobre la Doctrina Social de la Iglesia en el mundo. Asistieron numerosas personalidades políticas y religiosas de gran relieve. Mons. Mariano Crociata, secretario de la Conferencia Episcopal Italiana, criticó duramente el reciente debate sobre la licitud del infanticidio, aunque advirtió que no pueden escandalizarse del mismo quienes apoyan el aborto.

El evento que fue promovido por el Movimiento Cristiano  de Trabajadores (MCL) e introducido por su presidente, Carlo Costalli, se concluyó con la intervención del presidente del Observatorio, monseñor Giampaolo Crepaldi.
Tomando la palabra, en primer lugar, monseñor Dal Covolo, resumió el contexto temático y temporal dentro del cual nace el Informe, indicando en el análisis el debate internacional generado por la Caritas in Veritate, una oportunidad escogida más que nunca como orientación.
El año pasado fue un año marcado por la “gran crisis económica y financiera” que llevó a consecuencias extremas, sobre todo en algunas áreas del planeta, los comportamientos perjudiciales ya estigmatizados por la encíclica pontificia, por tener a la base una concepción exclusivamente materialista del desarrollo y de la persona en general.
La brújula última del actuar humano debe – o mejor,– en cambio, debería ser siempre la caridad que sola promueve la virtud e incentiva la dimensión decisiva de la gratuidad, necesaria en las relaciones, sin la cual ninguna sociedad llega a estar en pie. Sin embargo está bien ser consciente, como emerge del Informe de este año, que la Doctrina Social de la Iglesia 'tiene' así varios enemigos, internos y externos.
Se trata de las “cadenas” denunciadas por el Pontífice en su viaje apostólico a Portugal y que constriñen masivamente, en la sociedad civil como en los organismos eclesiales, a la secularización progresiva de la Doctrina social.
Para contrastar estos obstáculos --según Dal Covolo– es necesaria más consciencia y una mayor preparación: el estudio del Ieporte representa una ocasión valiosa de formación y de crecimiento para todos los que hoy están sinceramente empeñados en la construcción de una sociedad política y económica más justa.
El presidente del Observatorio dijo que la misión primera del Observatorio es la de generar  “un servicio continuo en fidelidad al Magisterio del Santo Padre” donde el acento cae en la dimensión del servicio, esto es la recepción, el estudio y en consecuencia la difusión –divulgativa y especialista– de todo lo que el pontífice transmite en sus pronunciamientos y en sus documentos.
El secretario de la Conferencia Episcopal monseñor Crociata, por su parte, retomó los contenidos del Informe, recordando en particular lo pernicioso de las nuevas ideologías de la sociedad relativista, como las conducidas frecuentemente por agencias de la ONU en materia de “salud reproductiva y filosofía del género”.
Crociata recordó el molesto debate internacional de las últimas semanas sobre la posible licitud del infanticidio (generado por un artículo de dos investigadores italianos en una notable revista 'científica'). ¿Qué sentido tiene escandalizarse por tales afirmaciones si, desde decenios hasta hoy, la mayor parte de los estados occidentales legalizaron otros “abominables delitos” (para usar las palabras del Concilio Vaticano II, en la Gaudium et Spes) como el aborto? ¿Con qué autoridad un Estado puede pararse a hablar de moralidad si por años ha sido entre los primeros vectores de la inmoralidad permitiéndola abiertamente, si no incluso promoviéndola, con sus mismas leyes?
El profesor Ornaghi, por su parte, habló sobre la elaboración del concepto de 'cultura' y sobre las consecuencias públicas que ello puede tener, en el bien como en el mal.
La Doctrina Social de la Iglesia –explicó el neoministro– cuando vuelve a llamar con insistencia la urgencia de una adecuada reflexión sobre el desarrollo, quiere propiamente ampliar los horizontes de la cultura que las clases dirigentes de  nuestros países frecuentemente restringen en la óptica de una radical positivización científica, si no cientista, del saber entendido comúnmente. Todavía, el desarrollo no fue dado solamente por lo que se puede medir: como enseñaba ya Aristóteles (un pagano), el ser humano es constitutivamente social, esto es hecho --por su naturaleza- para estar con los otros y para relacionarse con los otros. De aquí, por ejemplo, el nacimiento de la familia como primer cuerpo social.
¿Pero hoy la familia como es considerada para los fines del desarrollo? El Papa Juan Pablo II en el célebre discurso a la UNESCO en París, el 2 de julio de 1980, hablaba de la necesidad de reconocer un “primado de la familia” explicando como esta es “un ambiente creador fundamental de cultura”. Agregaba que cada Nación en realidad trae su soberanía más profunda no de los confines geopolíticos que todos vemos, sino de su cultura histórica y del primado de la familia en la obra de educación, que frecuentemente no vemos.
Para los cristianos la esperanza no es una idea sino una certeza concreta porque se funda en la Revelación misma. En nombre de esta esperanza --recordó monseñor Crepaldi en conclusión- el cardenal Van Thuân ofreció su vida, desgastándose por el bien de la Doctrina Social de la Iglesia, tras una vida de auténtico martirio, su personal sacrificio.

 

(Zenit/InfoCatólica) El evento que fue promovido por el Movimiento Cristiano de Trabajadores (MCL) e introducido por su presidente, Carlo Costalli, se concluyó con la intervención del presidente del Observatorio, monseñor Giampaolo Crepaldi.

Tomando la palabra, en primer lugar, monseñor Dal Covolo, resumió el contexto temático y temporal dentro del cual nace el Informe, indicando en el análisis el debate internacional generado por la Caritas in Veritate, una oportunidad escogida más que nunca como orientación.

El año pasado fue un año marcado por la “gran crisis económica y financiera” que llevó a consecuencias extremas, sobre todo en algunas áreas del planeta, los comportamientos perjudiciales ya estigmatizados por la encíclica pontificia, por tener a la base una concepción exclusivamente materialista del desarrollo y de la persona en general.

Enemigos internos y externos de la DSI

La brújula última del actuar humano debe – o mejor,– en cambio, debería ser siempre la caridad que promueve la virtud e incentiva la dimensión decisiva de la gratuidad, necesaria en las relaciones, sin la cual ninguna sociedad llega a estar en pie. Sin embargo está bien ser consciente, como emerge del informe de este año, que la Doctrina Social de la Iglesia 'tiene' así varios enemigos, internos y externos.

Se trata de las “cadenas” denunciadas por el Pontífice en su viaje apostólico a Portugal y que constriñen masivamente, en la sociedad civil como en los organismos eclesiales, a la secularización progresiva de la Doctrina social.

Para contrastar estos obstáculos --según Dal Covolo– es necesaria más consciencia y una mayor preparación: el estudio del informe representa una ocasión valiosa de formación y de crecimiento para todos los que hoy están sinceramente empeñados en la construcción de una sociedad política y económica más justa.

El presidente del Observatorio dijo que la misión primera del Observatorio es la de generar  “un servicio continuo en fidelidad al Magisterio del Santo Padre” donde el acento cae en la dimensión del servicio, esto es la recepción, el estudio y en consecuencia la difusión –divulgativa y especialista– de todo lo que el pontífice transmite en sus pronunciamientos y en sus documentos.

Inmoralidad permitida y alentada por los estados

Por su parte, el secretario de la Conferencia Episcopal Italiana, Mons. Mariano Crociata, retomó los contenidos del informe, recordando en particular lo pernicioso de las nuevas ideologías de la sociedad relativista, como las conducidas frecuentemente por agencias de la ONU en materia de “salud reproductiva y filosofía del género”.

Mons. Crociata recordó el molesto debate internacional de las últimas semanas sobre la posible licitud del infanticidio (generado por un artículo de dos investigadores italianos en una notable revista 'científica'). ¿Qué sentido tiene escandalizarse por tales afirmaciones si, desde decenios hasta hoy, la mayor parte de los estados occidentales legalizaron otros “abominables delitos” (para usar las palabras del Concilio Vaticano II, en la Gaudium et Spes) como el aborto? ¿Con qué autoridad un Estado puede pararse a hablar de moralidad si por años la inmoralidad ha estado a la cabeza de su actuación, permitiéndola abiertamente y incluso promoviéndola con sus mismas leyes?

La familia, el primer cuerpo social

El profesor Ornaghi, por su parte, habló sobre la elaboración del concepto de 'cultura' y sobre las consecuencias públicas que ello puede tener, en el bien como en el mal.

La Doctrina Social de la Iglesia –explicó el neoministro– cuando vuelve a llamar con insistencia la urgencia de una adecuada reflexión sobre el desarrollo, quiere propiamente ampliar los horizontes de la cultura que las clases dirigentes de  nuestros países frecuentemente restringen en la óptica de una radical positivización científica, si no cientista, del saber entendido comúnmente. Todavía, el desarrollo no fue dado solamente por lo que se puede medir: como enseñaba ya Aristóteles (un pagano), el ser humano es constitutivamente social, esto es hecho --por su naturaleza- para estar con los otros y para relacionarse con los otros. De aquí, por ejemplo, el nacimiento de la familia como primer cuerpo social.

¿Pero hoy la familia como es considerada para los fines del desarrollo? El Papa Juan Pablo II en el célebre discurso a la UNESCO en París, el 2 de julio de 1980, hablaba de la necesidad de reconocer un “primado de la familia” explicando como esta es “un ambiente creador fundamental de cultura”. Agregaba que cada nación en realidad trae su soberanía más profunda no de los confines geopolíticos que todos vemos, sino de su cultura histórica y del primado de la familia en la obra de educación, que frecuentemente no vemos.

Para los cristianos la esperanza no es una idea sino una certeza concreta porque se funda en la Revelación misma. En nombre de esta esperanza --recordó monseñor Crepaldi en conclusión- el cardenal Van Thuân ofreció su vida, desgastándose por el bien de la Doctrina Social de la Iglesia, tras una vida de auténtico martirio, su personal sacrificio.

 

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7 comentarios

clavel
Así es, chico, así es. Aquí todo es hablar de moralidad, de no meter la mano en la lata, etc, pero la corrupción política está al día. También en España. Y es que si no se reza a la Virgen María, si no se practican sacramentos nadie puede ser bueno. Pues nadie puede ser bueno sin la gracia de dios. Lo demás son... pamplinas y bla,bla,blaba, que ya me tienen hasta las orejas todos estos políticos que tenemos
4/04/12 11:58 AM
Pepito
Es triste que Occidente presuma de progreso y tenga leyes tan bárbaras e inhumanas como la del Aborto. Tal vez llegue un dichoso día en que nos demos cuenta de que el aborto legal es tan contrario a la dignidad humana como la esclavitud que también era legal en su día.

Los políticos que nos aseguran que con tales leyes progresamos o están ciegos o nos mienten descaradamente.

Las leyes del aborto ya han producido mas muertes de inocentes que toda la barbarie del nazismo o del terrorismo etarra yel internacional. ¿Adonde vamos, si no somos capaces de defender la vida del ser humano más débil e inocente?

Pero las sociedades democráticas y su clase política, tan avanzados y progres todos ellos, están ciegos y nos llevan hacia el abismo.
4/04/12 1:03 PM
Juan Mariner
¿Los que apoyan a un Estado inmoral son igual de inmorales? ¿Los patriotas que apoyan un Estado que mantiene leyes inicuas aprobadas "por la mayoría" son unos inmorales? Yo creo que SÍ.
4/04/12 1:26 PM
María de las Nieves
Mientras cientificos, antropólogos, juristas y teólogos no se pongan a debatir en serio lo que es un embrión, desde lo biológico, lo antropológico-filosófico y se sienten las bases éticas, de que es un ser vivo humnano dotado de racionalidad aunque instrumentalmente la desarrolle mas tarde,la autoconciencia y eso se presente a los gobiernos como lo que un ser humano es, se marquen las leyes que lo defiendan con UN ESTATUTO PROPIO estaremos protestando, pidiendo y pasarán muchos años hasta que la población despierte.

Así que es prioritario para el mundo, que los límites éticos estén, para que padres e hijos puedan convivir y no sea tan bochornoso e inmoral para los humanos,como cribar permanentemente embriones y fetos, por la voluntad e insensatez de nosotros los humanos,los argumentos racionales ya no valen a quién no desea ver, así que lo que no es ético para los fetos se debe prohibir, si no se atiende a las razones lógicas de vida y no se puede dejar que los gobiernos vayan con la vida como si de un juego democrático se tratara,esto no es un juego de dados, o de debates si vida si, si aborto terápeútico.

O se toma conciencia o se impone por decreto ley, lo que esta mal cambiarán las conciencias, lo mismo que se adaptan a los recortes ecónomicos, pero es que matar a tantos inocentes clama al cielo, si no nos mandan a todos al infierno, por matarnos ¿en nombre de qué, y de quién y porque?,ya sé los argumento no se escuchan y ¿entonces que hacemos con el mal en el mun
4/04/12 9:46 PM
Pepito
Estoy de acuerdo con Juan Mariner en que los que apoyan un Estado inmoral son igual de inmorales y los patriotas que apoyan un Estado que mantiene leyes inicuas aprobadas "por la mayoria" son unos inmorales.

Sobre todo cuando el ciudadano tiene la posibilidad con el ejercicio de su voto, como sucede en la democracia, de anular las leyes inicuas e inmorales, votando a partidos que están dispuestos a derogarlas, entonces es responsable moralmente de que continúen vigentes tales leyes inicuas.

El que puede y debe hacer un bien, como es votar a partidos políticos que derogarían tales leyes, y no lo hace es responsable moral de que dichas leyes inicuas continúen vigentes.

Pero casi nadie vota teniendo en cuenta en primer lugar los valores y obligaciones morales, lo cual es a mi juicio,otra inmoralidad.
4/04/12 11:24 PM
clavel
Y es que... los cristianos españoles tenenos que entender que durante muchos años, a no ser que se presenten partidos en serio, debemos votar EN BLANCO. De lo contrario nos están ttomando el pelo y encima se nos ríen después o se nos cachondean los partidos a los que les votan los cristianos pues nos consideran "unos pobres tipos".
5/04/12 9:07 AM
cesar alonso
"mayor conciencia y mayor preparacion"Dal Covol, es la necesidad urgente en la Iglesia, la ignorancia y el error crece a pasos agigantados. Excelente la propuesta del Papa del ano de la Fe para reaprender las verdades basicas de nuestra FE. Porque como decia muy bien aquel filosofo "esta mas lejos de la verdad el que esta en el error que el ignorante, porque este ultimo esta abierto al conocimiento el primero tiene el prejuicio de su erros. La cultura de la muerte tendra que seguir creando nueva criaturas,recemos y trabajemospor defender la vida. Felicidades a M. Crociata por el valor de hablar con la verdad, obispos asi (tan escasos) necesita la Iglesia
6/04/12 4:08 AM

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