(Crónica) Sin embargo, agregó, la finalidad del Santo Padre de visitar México "no tiene ninguna intención de influir en la política interna del país, por el contrario, se trata de una visita pastoral, con la intención de traer un mensaje de paz y armonía, ya que el Papa sabe que nuestro país atraviesa por momentos muy difíciles, por graves problemas, que el pueblo está temeroso y lo que él quiere es reforzar la fe del pueblo católico", dijo.
Darle otra interpretación, añadió, no tiene ningún sentido, "él (Benedicto XVI) no pretende influir en la vida política del país, eso no va a suceder, como no ha ocurrido en otros países en los que el Santo Padre visita y que en algunos momentos cierto países atraviesan por situaciones difíciles".
El programa de las actividades en ningún momento se presta para que se pudiera mezclar la acción de la Iglesia con el Estado, que tiene una relación en el sentido de cooperación pero con pleno respeto a la independencia de cada una de estas instituciones, "y el encuentro del Papa Benedicto XVI con el presidente Calderón será estrictamente como jefe del Estado Vaticano, y así es como lo reciben en otros países, y eso es, nada más".
Por su parte, Mons. José Guadalupe Martín Rábago, arzobispo de la Arquidiócesis de León, Guanajuato, rechazó que la visita del Papa Benedicto XVI responda al apoyo a algún partido político o candidato.
Sin embargó, señaló que tal interpretación pudiera darse en estos momentos porque "estamos entrando en un contexto de mucha percepción política y hasta cierto punto es comprensible que haya quienes lo quieran conectar con una orientación de carácter política, pero esto es totalmente ajeno a los intereses del Papa".
Cuando se planeó la visita del Papa a México, explicó el prelado, nunca se pensó que eso pudiera tener una finalidad de carácter político y mucho menos dedicarse a apoyar a un partido político o a un candidato, "esto queda totalmente al margen de las pretensiones del Papa, que son netamente de carácter evangelizador".