Educación sexual en una Ley de Horror

Con esta Ley, y dada la mentalidad que hay detrás, en la que lo único importante es poner la sexualidad al servicio del placer, mucho nos tememos que como ya ha sucedido en diversos lugares, se trate en la educación sexual de pervertir a nuestros chavales mostrándoles cómo practicar los diversos tipos de sexo.

            Ante la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo, quiero hacer referencia a los problemas que plantea esta ley en torno a la educación sexual. Veamos lo que dice la Ley:

            “Artículo 5. Objetivos de la actuación de los poderes públicos.

1. Los poderes públicos en el desarrollo de sus políticas sanitarias, educativas y sociales garantizarán:

a) La información y la educación afectivo sexual y reproductiva en los contenidos formales del sistema educativo…

e) La educación sanitaria integral y con perspectiva de género sobre salud sexual y salud reproductiva.

f) La información sanitaria sobre anticoncepción y sexo seguro que prevenga, tanto las enfermedades e infecciones de transmisión sexual, como los embarazos no deseados”.

            Aquí nos encontramos ya con varios problemas: ¿corresponde al Estado dar la educación sexual? Y ¿qué significa en concreto lo de la perspectiva de género?

            La primera pregunta tiene fácil contestación. Según la Declaración de Derechos Humanos de la ONU art. 26.3: “Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos”, y la Constitución española dice en su art. 27.3: “Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”. Es decir corresponde a los padres, no al Estado, decidir qué tipo de convicciones morales han de inculcarse a sus hijos. Con esta Ley el Estado se arroga funciones propias de los padres y al quebrantar los derechos humanos, incide en el totalitarismo.

            En cuanto a la segunda pregunta, la perspectiva de género, tiende a cancelar la diferencia entre ambos sexos, considerándola como un simple efecto de un condicionamiento histórico-cultural. En esta línea, la diferencia entre los “géneros” humanos, no es natural, sino que aparece en el curso de la historia, es creada por la sociedad y es, por tanto, cultural. La diferencia corpórea, llamada sexo, se minimiza, mientras la dimensión estrictamente cultural, llamada género, se subraya al máximo y se considera primaria, hasta el punto de que cada individuo escoge el sexo y el modo de vida que más le atrae, no admitiéndose que la naturaleza y sus presupuestos biológicos tengan algo que decir. Para esta antropología, que pretende favorecer perspectivas igualitarias para la mujer, liberándola de todo determinismo biológico e incluso de la distinción de sexos misma; homo, hetero y bisexualidad son igualmente válidas y tan solo una cuestión de preferencia. Esta concepción considera a la castidad como algo obsoleto e inspira ideologías que promueven, por ejemplo, liberar a los adolescentes y jóvenes de la supervisión familiar, facilitándoles el acceso a cualquier método de control de la fertilidad incluido el aborto, a fin que puedan disfrutar de una sexualidad satisfactoria y segura, libre de la amenaza de un hijo no deseado; así como cuestiona a la familia a causa de su índole natural biparental, esto es compuesta de padre y madre, y defiende el modelo de sexualidad polimorfa. Bajo la máscara del igualitarismo, se esconde la asimilación total y se prohíbe a la mujer su derecho a serlo y en consecuencia el de ser ella misma. Para un cristiano y para cualquier persona con sentido común, existe la dualidad de lo “masculino” y lo “femenino”, y gracias a esa dualidad,  lo “humano” se realiza plenamente. Estamos en una sociedad enferma, donde hay que demostrar hasta lo obvio y evidente, como es que soy varón o mujer y en la que el relativismo nos quita el sentido común.

            No nos extrañe por ello que los artículos 8 y 9 de la Ley recen así, aunque desde luego esta Ley hace cualquier cosa menos rezar:

            “Artículo 8. Formación de profesionales de la salud.

La formación de profesionales de la salud se abordará con perspectiva de género e incluirá:

a) La incorporación de la salud sexual y reproductiva en los programas curriculares de las carreras relacionadas con la medicina y las ciencias de la salud, incluyendo la investigación y formación en la práctica clínica de la interrupción voluntaria del embarazo.

b) La formación de profesionales en salud sexual y salud reproductiva, incluida la práctica de la interrupción del embarazo.

c) La salud sexual y reproductiva en los programas de formación continuada a lo largo del desempeño de la carrera profesional.

d) En los aspectos formativos de profesionales de la salud se tendrán en cuenta la realidad y las necesidades de los grupos o sectores sociales más vulnerables, como el de las personas con discapacidad”.

            “Artículo 9. Incorporación de la formación en salud sexual y reproductiva al sistema educativo.

El sistema educativo contemplará la formación en salud sexual y reproductiva, como parte del desarrollo integral de la personalidad y de la formación en valores, incluyendo un enfoque integral que contribuya a:

a) La promoción de una visión de la sexualidad en términos de igualdad y corresponsabilidad entre hombres y mujeres con especial atención a la prevención de la violencia de género, agresiones y abusos sexuales.

b) El reconocimiento y aceptación de la diversidad sexual.

c) El desarrollo armónico de la sexualidad acorde con las características de las personas jóvenes.

d) La prevención de enfermedades e infecciones de transmisión sexual y especialmente la prevención del VIH.

e) La prevención de embarazos no deseados, en el marco de una sexualidad responsable”.

Es indudable que muchos médicos y personal sanitario piensan que el sentido de su profesión, que muchos ven como una auténtica vocación, es ayudar y tratar de sanar a los enfermos, y desde luego, en ningún caso, con una gloriosa tradición que arranca por lo menos con el juramento hipocrático, del siglo V antes de Cristo, matar al paciente. Encontramos en este juramento la siguiente frase: “Tampoco daré un abortivo a ninguna mujer”. No nos extrañe por ello que varias Facultades se hayan declarado objetoras a esta Ley, aunque debo advertir que estoy empleando la palabra Ley en sentido impropio, pues según la conocida definición de Santo Tomás: “Ley es ordenación de la razón al bien común…” y esta Ley, dedicada a favorecer el crimen abominable del aborto, no es verdadera Ley, pues no cumple la definición de Ley.

            Con esta Ley, y dada la mentalidad que hay detrás, en la que lo único importante es poner la sexualidad al servicio del placer, mucho nos tememos que como ya ha sucedido en diversos lugares, se trate en la educación sexual de pervertir a nuestros chavales mostrándoles cómo practicar los diversos tipos de sexo, y sobre cómo enseñar a otros chavales a hacerlo,  pues usar la sexualidad de modo responsable es tan solo para ellos utilizar el preservativo a fin de evitar embarazos y enfermedades sexuales, aunque su eficacia tan solo sea relativa. Es indudable que hay que  advertir a los padres de lo que está sucediendo para que estén atentos y no permitan se destroce la vida de sus hijos.

                                                                                                        Pedro Trevijano, sacerdote

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10 comentarios

Grego
Tema gravísimo y ante el que no cabe ninguna componenda. Quedará clarísima la actitud de muchas almas...

¿Nos apoyarán muchos (al menos) de nuestros pastores claramente y sin importarles jugarse el tipo? ¿O será tan ambigüo todo como con Educación para la Ciudadanía? Porque si fuera esto último sería para invocar la ayuda del Papa...
12/03/10 11:10 AM
Thomas J. Hennigan
Muy buen artículo que merece ser difundido para que los más posibles conozcan la perversión de esta supuesta ley ideológica. Creo que los obispos han sido muy claros y el hecho de la formación de un movimiento fuerte a favor de la vida en España es algo muy positivo. Esperemos que muchas más personas se despierten y reaccionen ante lo que está sucediendo.
13/03/10 4:43 PM
ricardo
Gracias, espero que sirva para despertar conciencias.
13/03/10 5:58 PM
Emil Blonsky
Aquí nos encontramos ya con varios problemas: ¿corresponde al Estado dar la educación sexual? Y ¿qué significa en concreto lo de la perspectiva de género?
Bien, ante la pregunta anterior, mi pregunta es, ¿corresponde a la iglesia católica ser el faro moral de una sociedad libre?
15/03/10 1:26 PM
Pedro Trevijano
A Emil: En el artículo he intentado contestar a tus dos primeras preguntas.
A la tercera pregunta la respuesta es que la Iglesia es el faro moral de aquéllos que libremente aceptan sus enseñanzas.Un cordial saludo Pedro Trevijano
15/03/10 6:37 PM
Jorge
¿Y qué tendrá que ver si la Iglesia puede o no ser la referencia moral, cuando de lo que se está hablando es de lo que dice la Declaración de Derechos Humanos?
Siempre hay alguien dispuesto a desviar los tiros hacia la Iglesia para no entrar en el debate real...
15/03/10 6:43 PM
Pedro Trevijano
Me he pasado la vida dando educación sexual. El Concilio Vaticano II en su Declaración sobre la educación cristiana dice que a los niños y adolescentes "hay que iniciarlos, conforme avanza su edad, en una positiva y prudente educación sexual"(nº 1). Pero esta educación sexual, aunque también es instrucción, es una educación en valores. Hay que enseñar que la sexualidad está al servicio del amor, que los más indicados para hacer esta educación son los padres, y que los valores cristianos son muy convenientes si queremos formar una familia unida y estable.Creo en el valor de la castidad y pienso que hay que educar a los jóvenes en el valor de la abstinencia. Si uno, a pesar de todo se acuesta la fidelidad le evitará muchos sustos y el condón limita, aunque no siempre, los daños. Como la felicidad viene de Dios, nunca he pensado que lo que es pecado, pueda darla, ni ayude a formar una familia feliz y estable. Pedro Trevijano.
16/03/10 9:17 PM
Ginger
Esa, lamentablemente o no, aunque desde luego no puedo estar de acuerdo con la locura de esta sociedad, no es la educación que se adapta a las necesidades de hoy en día.
La sexualidad hace mucho que se separó del amor, y los padres hace mucho que les da "vergüenza" enseñar a sus hijos. La gente empieza muy pronto, no debemos esperar a que tengan 18 años para enseñar a poner un condón, porque luego nos quejamos de los miles de abortos. Se tiene que adaptar a las necesidades de hoy.
Ahora sí, estoy de acuerdo en que, por otra parte, se deben empezar a cultivar unos valores que se han perdido por el avance tan rápido y tan poco eficaz, especialmente aquí en España. Y si a partir de ahí, la sexualidad comienza a verse como algo diferente, genial, pero hoy en día no es así, y los abortos ocurren hoy.
Un saludo.
16/03/10 10:19 PM
Roi
¿Pero qué ocurre si,como sucede en muchos casos(y la mayoría si hablamos de educación sexual),los padres no se ocupan de la educación de sus hijos?

Entonces debemos dar una educación,lo más consensuada posible,a través de planes de estudio adecuados.

Lamentablemente,cuando la IC tuvo poder,la educación sexual brilló por su ausencia. Las cosas relativas a sexo eran aprendidas de mala manera,a traves de compañeros de clase o colegio,y la mayoría distorsionadas,cuando no equivocadas.Y los padres,no es que enseñasen mucho...
1/06/10 1:05 PM
Me figuro que a los legisladores nadie les explicó que no existe tal cosa como el 'sexo seguro' que ellos entienden, ¿no?

La cosa es así: quien se expone a factores consabidos de riesgo asociados a la adquisición de una enfermedad X, se expone y punto. Pueden intentarlo si gustan, pero yo dudo francamente que los virus y protozoarios causantes de las ETS manifiesten mayor preocupación por lo 'políticamente correcto'.

Hablemos de VIH, aprovechando la especial mención que se le hace en este curioso desastre de política de sanidad: Retrovirus, tamaño que oscila entre 100 a 120 nm. ¿A cuánto suponen que se llegan a dilatar los poros del látex, por acción de los químicos que se le añaden al preservativo y por efecto de calor y fricción durante el coito? Sí, eso mismo: los poros pueden llegar a alcanzar diámetros cercanos a 1 micra. Saquen la cuenta.

Desde luego, no hablemos de aquellas ETS que no necesitan transmitirse a través de los fluidos corporales, como la gonorrea y la sífilis: basta el contacto de piel a piel o con la úlcera (en el caso de la sífilis) y ya es uno acreedor de su cuota de patógenos políticamente incorrectos.

Entiendo que hay gente capaz de mentir a destajo con tal de no quedarse sin su tajada del redituable negocio de la industria de la anticoncepción; pero si vamos a mentir, al menos mintamos bien. Mientras tanto, el SIDA arrasa campante como una pandemia sin precedentes, y la sífilis se afana en seguirle los pasos con cifras cada vez más preocu
29/09/10 12:29 AM

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