De reformas y otras hierbas (Chile)

En la cultura católica se requiere de la Iglesia y del magisterio. Cuando ella y éste pierden la influencia en la sociedad no desaparecen por completo, sino que quedan sus malos remedos: un estado fuera del cual no se encuentra salvación, por supuesto, ahora, puramente mundana; y un poder ideológico que se hace del estado para salvar al pueblo y enseñarle qué ha de hacer sí quiere ser salvado.

Pareciera que, aunque algunos estén obligados a decir lo contrario –de la boca para afuera–, no hay en Chile alguien que piense que las grandes reformas que por estos días se debaten hayan estado bien pensadas. Con toda seguridad, aunque los males que estas reformas van a producir sean grandes y por mucho que se vayan a pagar caro, el gobierno no dará su brazo a torcer en sus aspectos centrales. Ni en educación ni en materia tributaria hay que esperar, entonces, el milagro de que las reformas se echen para atrás. Sin embargo, no creo que se trate de que la soberbia se haya instalado entre quienes gobiernan, de Bachelet para abajo, pasando, por supuesto, por Arenas y Eyzaguirre. Se trata, más bien –creo– de que los chilenos somos socialistas de cabeza: obviamente los que gobiernan, pero fundamentalmente los gobernados.

Somos muchos los que tantas veces nos hemos preguntado porqué diablos Chile es tan inclinado hacia la izquierda. De mentalidad socialista, al fin y al cabo. No falta quienes piensan que los chilenos somos socialistas porque en el fondo somos flojos. Queremos que el estado nos enseñe a hablar, nos de comer, y nos saqué los flatosos. No se sí esto será cierto o no. Yo encontré alguna luz para responder a esta pregunta leyendo un texto de Bertrand Russell. Se trataba de un libro suyo que reúne artículos o conferencias de distintas épocas. Sí mal no recuerdo, fue editado póstumamente. Es un libro al que el editor le puso por título «¿Por qué no soy cristiano?». En general, lo que leí hubiese sido mejor que permaneciera en la privacidad de las audiencias donde fue pronunciado o que simplemente no fuera hecho público, porque son demasiados los prejuicios infundados a partir de los cuales Russell expone sus ideas. Pero esto es otro cuento.

En el libro había una idea interesante. Russell comparaba los librepensadores de raíz protestante y los librepensadores de raíz católica. A diferencia de los primeros, los segundos, sostenía, tienen un sentido de vida en comunidad y de que no hay bien fuera del colectivo, porque como enseña nuestro señor Jesucristo, fuera de la Iglesia no hay salvación. Entre los primeros, consonantemente con las grandes premisas del protestantismo, la concepción de bien es, básicamente, individual. De allí que no sea raro que la cultura secularizada en los países anglosajones tienda más al individualismo. En cambio, en los países católicos tiende más al socialismo.

En la cultura católica se requiere de la Iglesia y del magisterio. Cuando ella y éste pierden la influencia en la sociedad no desaparecen por completo, sino que quedan sus malos remedos: un estado fuera del cual no se encuentra salvación, por supuesto, ahora, puramente mundana; y un poder ideológico que se hace del estado para salvar al pueblo y enseñarle qué ha de hacer sí quiere ser salvado.

Es la mentalidad de quienes nos gobiernan. Han ideado gigantescas reformas cuyo fin es hacer de Chile, de una vez y para siempre, la «copia feliz del Edén». O por qué no, el nuevo Edén en la tierra. La injusticia, la desigualdad, el abuso de los poderosos, la incultura, todo desaparecerá. Ahora sí podremos ser felices. Pero es la idea, también y lamentablemente, de la mayoría de los gobernados, quienes por tanto no reaccionarán frente a los males que se avecinan. Piensan realmente que serán redimidos. Su pertenencia a la iglesia-estado y el fiel seguimiento de la papisa Michelle así lo garantizan.

En otro tiempo, cuando otro gobierno socialista quiso imponernos una educación unificada y una economía en la que el estado es el dios a quién se le debe dar tributo, la sociedad reaccionó y no lo permitió. Probablemente porque todavía era católica y tenía esperanzas en la Iglesia y en el Dios-Hombre verdaderos. Hoy queda poco de esa fe como parte esencial del bien común político. La que queda ha sido empujada a la reclusión en los ámbitos privados. La fe pública hoy día es laica y en su ámbito se encuentran las esperanzas. Lástima que ello nos conducirá antes o después, cuando constatemos la vacuidad de las promesas salvíficas de la diosa Michelle y del estado-iglesia, a la desesperación.

 

José Luis Widow

Publicado originalmente en Viva Chile

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11 comentarios

Marcos
Orgulloso de ser latinoamericano, orgulloso de las reformas en Chile. Orgulloso de ser socialista. ¿Dónde dijo Jesús que hay que ser de derechas o izquierdas?
15/05/14 5:05 PM
Gloria
¿Sabes? Dios aborrece los orgullosos...
16/05/14 6:01 AM
Horacio
Marcos, eso mismo decían los nazis de sí mismos.
16/05/14 8:41 AM
José María Iraburu
Excelente diagnóstico.
Dios se lo pague.
17/05/14 9:41 AM
Renato
"Somos muchos los que tantas veces nos hemos preguntado porqué diablos Chile es tan inclinado hacia la izquierda"

Porque nunca la clase alta fue suficientemente católica (y hoy, ni hablar),y la falta de caridad de la derecha o clase alta (en Chile ambos grupos se identifican en general), causa de muchos abusos y de toda clase de injusticias, ha generado resentimientos fundados en las otras dos clases.

Faltó y falta caridad en Chile, y por eso la inclinación hacia la izquierda.

Un chileno (que ha vivido otros países hispanoamericanos).
18/05/14 8:01 PM
Nicolás
Ser de derechas o izquierdas es una clasificación que muchas veces es forzada. No todos los derechistas están contra el aborto ni todos los izquierdistas están a favor, por dar un ejemplo muy simple. Lo que critica el autor del texto, para los otros comentaristas, es el hecho que un gobierno propuesto a hacer ley muchas cosas que van contra las enseñanzas de la Iglesia consiga llegar al poder en un país que "se dice" aun católico.

Frente a la gente que algún día usará nuestra alta valoración de la comunidad para criticar el catolicismo digo de antemano: Nadie se bautiza solo. La salvación es algo tan personal como comunitario. Nadie consigue salvarse preocupándose solo de sí, ni nadie puede ayudar a otros sin preocuparse por sí mismo. Debe ser complementario, convertir la salvación de otros en la propia y la salvación propia en la de otros.

Y para el que usara esto como argumento para defender el protestantismo, posiblemente algún liberal (no sé porque me tinca), le diré que lo sucedido en los países de la mal llamada Reforma fue la atomización del cristianismo como fuerza social, llevando a dos opciones: absolutismo, donde la religión quedaba bajo el poder del Estado; o secularismo, donde la religión quedaba exclusivamente en lo privado. Es decir, en ambos casos en la plena independencia del poder secular de cualquier orden moral.
18/05/14 11:06 PM
Tomás
El socialismo no ha hecho más que crear miseria donde no la ha habido y aumentarla donde existía. El caso más patente en la actualidad es Venezuela.Vean los chilenos la ruina que dejó el edén que quiso crear Zapatero en España.
Bachelet quiere repartir mejor el pastel sin preocuparse de aumentarlo, pues se acabó la bonanza económica para Chile porque los chinos ya no van necesitar tanto de su cobre.

Todo goberante que ha querido crear un nuevo Edén ha dejado su país en la ruina.
19/05/14 6:15 PM
Légolas
En Chile no existe la "derecha", con todo lo equívoco que sea esta palabra.... son todos liberales e igualitaristas...unos más radicales que otros....
21/05/14 10:03 PM
ALEJANDRO JARA
¿Por qué Chile vota por la izquierda?

Soy chileno y mi opinión es esta: porque en Chile ha habido históricamente mucha injusticia social, a pesar de los logros de las últimas décadas persiste la pobreza, la desigualdad de oportunidades. En Chile todo depende del mercado, del dinero, si lo tienes podrás acceder a buena educación y salud, de lo contrario no. El modelo económico instaurado a la fuerza por la dictadura militar y corregido levemente por los gobiernos posteriores ha traído crecimiento económico, pero no equidad social. En Santiago 600.000 personas viven en verdaderos guetos de miseria, criminalidad, donde a veces ni siquiera la policía se atreve a entrar. Las viviendas sociales para los pobres (de 40 metros cuadrados o incluso menos) se construyen en las periferias de las ciudades, sin servicios educacionales y hospitalarios.
23/05/14 4:14 PM
ALEJANDRO JARA
Por último: creo que las teorías del liberalismo económico de Friedmann y otros de la Escuela de Chicago, por su trasfondo filosófico, son incompatibles con el cristianismo católico. Las teorías de chorreo o derrame también (éstas fueron condenadas por Juan Pablo II en su visita a Chile -discurso ante la CEPAL- y por SS Francisco en Evangelium Gaudium) ¿Qué ha pasado en Chile?: Durante la dictadura militar y hasta ahora la derecha, y muchísimos católicos de alta posición social han abrazado como dogma de fe esas doctrinas económicas (materialismo práctico)sin ningún cuestionamiento !!!!!!!!!!
23/05/14 4:26 PM
Légolas
¿Acaso no es materialista la visión de que todo depende de los factores económicos, incluso los resultados electorales?
24/05/14 10:30 PM

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