El móvil puede esperar

El móvil puede esperar

Es un auténtico drama que los regalos de la primera comunión sean la puerta por la que la pornografía se hace presente en la vida de los niños. Cada vez son más los profesionales que aconsejan retrasar hasta los 16 años la compra de un móvil a nuestros hijos.

Parecería acaso más propio de un obispo de la Iglesia Católica que se limitase a afirmar que el problema no está en la tecnología, sino en el uso que se haga de ella. Sin embargo, me resisto a quedarme en ese posicionamiento neutro porque hoy en día tenemos datos suficientes para afirmar que una buena parte de las aplicaciones informáticas han sido diseñadas intencionalmente con el objetivo de atrapar a sus usuarios. Y, por ello, pienso que, en conciencia, tenemos el deber de unirnos a las iniciativas sociales (#AdolescenciaLibreDeMoviles) que se han posicionado abiertamente contra la práctica generalizada de regalar móviles a los niños y adolescentes de forma indiscriminada.

Si somos mínimamente honestos, tendremos que empezar por reconocer que, más allá de los indudables beneficios, las nuevas tecnologías de la comunicación han generado en quienes somos adultos no pocos efectos nocivos. El reto es general y no simplemente generacional. Escuché decir a un hombre de Dios ya fallecido: “Las nuevas tecnologías son un buen siervo, pero un malísimo señor”.

Ahora bien, si los adultos tenemos problemas en la gestión equilibrada de redes sociales y otras aplicaciones informáticas, ¿qué no estará ocurriendo en los niños y adolescentes que se encuentran en una etapa tan especialmente vulnerable?  Los datos ‘cantan’: Desde 2019 el fenómeno de las autolesiones se ha incrementado en un 592% (Datos fundación ANAR). El 20% de los adolescentes se han autolesionado alguna vez y el 11,5% lo ha hecho con frecuencia (ANAR). En los últimos 10 años se ha producido un 3543% de aumento de pensamientos e intentos de suicidio (ANAR). La violencia filioparental ha aumentado un 400% (Fuentes policiales). Podríamos seguir inundando este artículo de datos alarmantes…

Sin embargo, a pesar de que vivimos en medio de continuas alertas ante la emergencia de salud mental que se está generando, nadie parece responder a la pregunta clave: ¿Quién tiene la responsabilidad ante esta emergencia y de quién se debe esperar que tome las medidas pertinentes? ¿Quién le pone el cascabel al gato?…  La inacción de las autoridades me parece trágica. Baste recordar el vergonzoso fiasco al que se redujo la promesa del Gobierno de España, quien había anunciado para el inicio del curso escolar unas medidas que impedirían el acceso de menores de edad a contenidos pornográficos, violentos y negativos. Todo acabó en nada, quedando patente la falta de voluntad de intervención.

A estas alturas nos debe quedar claro que lo que no haga la propia familia, no lo va a hacer la autoridad pública; y aunque pienso que estamos llegando tarde, es vital que, de forma subsidiaria, la Iglesia se ofrezca a las familias para ayudar en la educación digital. En nuestra Diócesis de Orihuela-Alicante nos disponemos a implementar en nuestros colegios diocesanos un proyecto de responsabilidad digital, con el objetivo de que las familias puedan apoyarse entre ellas, tomando decisiones confluyentes, para concluir plasmándolas en un pacto familiar. Nos jugamos muchísimo en el reto de cómo integrar el uso de la tecnología en la vida familiar.

Sabemos que no es fácil sanar los malos hábitos adquiridos en el uso de las tecnologías, y por ello deberíamos comenzar por erradicar la entrega del móvil en edades tempranas. Por poner un ejemplo, es un auténtico drama que los regalos de la primera comunión sean la puerta por la que la pornografía se hace presente en la vida de los niños. Cada vez son más los profesionales que aconsejan retrasar hasta los 16 años la compra de un móvil a nuestros hijos.

Se aproximan fechas en las que la propaganda consumista nos impulsa a realizar muchas compras sin el suficiente discernimiento: El 29 de noviembre será el Black Friday; el 2 de diciembre el Cyber Monday; y aunque -ingenuos de nosotros- pudiera parecer que las fiestas de Navidad y de Reyes ponen el punto final, las rebajas de la cuesta de enero se encargarán de sacarnos de este engaño, ya que la incitación al consumismo no tiene fin.

Sería lamentable que nos dejásemos arrastrar por esta vorágine optando por un regalo envenenado…  ¡El móvil puede esperar!

+ José Ignacio Munilla, obispo de Orihuela-Alicante

17 comentarios

Masivo
El tema es que en muchas casas ya no hay teléfono fijo. Y que con el móvil, se puede geolocalizar a los hijos en todo momento también, y enviar y recibir mensajes de emergencia.
13/11/24 5:48 PM
jandro
Tarde llega.
Hace 20 años que ya se le regalaba a los crios el movil para la comunion, 9 años.
13/11/24 5:51 PM
Luis Fernando
En cuanto a lo que dice Masivo, en la inmensa mayoría de las casas ya no existe el teléfono fijo. Y, sobre todo, tampoco existen las cabinas telefónicas en la calle. Pero hay una opción a tener en cuenta. Comprar móviles que solo sirvan para llamar y recibir llamadas.
13/11/24 6:30 PM
Martin Antonio Vissani.
También hay muchas aplicaciones que controlan el contenido que han visto durante el día los niños, eso está bueno para saber que han estado mirando.
Igualmente también soy de pensar que cuanto más tarde le del un móvil a un hijo mucho mejor.
13/11/24 6:43 PM
Guillermo PF
Monseñor no ha descubierto nada. Hace años que desde varias agrupaciones de AMPAs venimos reivindicando la equiparación de tablets y smartphones (el móvil a secas es otra cosa) con el alcohol, el tabaco o el carnet de conducir. El peligro es idéntico.
13/11/24 6:49 PM
Mikel Lonbide
Bien, pero tenemos medios muy eficaces para vencer a todo eso: doctrina, sacramentos...¿Por qué no los utilizamos?
13/11/24 7:29 PM
Juan Mariner
Que tiene que ver que los niños usen un móvil con la Fe. No estoy de acuerdo con que usen el móvil porque el peligro es superior a la seguridad, pero no era de recibo tampoco tías despelotadas en las revistas expuestas en los escaparates de los quioscos ni quinquis pellizcando con tenazas a los escolares para que les dieran el dinero del almuerzo.
13/11/24 9:00 PM
Angel del Pozo Izquierdo
Estoy totalmente de acuerdo pues si los adultos nos dejamos manipular inconscientemente, mas fácil resulta para los niños.
13/11/24 9:23 PM
madre
Estoy totalmente de acuerdo con esto, y es urgente la unión de padres, para tomar estas decisiones, porque al final unos niños les enseñan a otros lo que ven, lo digo por experiencia con nuestros hijos, ya mayores...
13/11/24 10:27 PM
Paco
No hay teléfono fijo… pues que lo haya.

Que el niño no tiene teléfono para comunicarse cuando sale de casa… pues que no lo tenga. ¿O es que ahora hay menos desaparecidos, menos asesinatos, menos peleas y problemas entre los jóvenes que antes? Va a ser que no. La manía de tener controlados a los hijos como si de bebés se tratase es propia de la mentalidad moderna de tantos padres modernos. Cuando el niño no tiene edad de salir a la calle, no sale. Cuando la tiene, sale. Y punto.

A mayor tecnología, más problemas entre jóvenes y de adultos a jóvenes.

Búsquense otra excusa para cuidar su miedo irracional los padres preocupaditos por localizar a sus hijos. Edúquenles en la santidad, buscando el reino de Dios y su justicia… y lo demás se les dará por añadidura. Para eso, una de las mejores herramientas es que no tengan acceso a la tecnología (y que los padres no la usen más que para lo indispensable y nunca delante de ellos). Tengamos claras las prioridades: la única y fundamental: ir al cielo.
13/11/24 11:44 PM
David
Muy bien, Paco. Y que se acuesten a las 9 después de cenar y haber rezado el Rosario, que no jueguen ni se relacionen con otros niños que sí tienen tecnología - es decir, que aprendan a estar solos-, y que vivan en casa como si fueran frailes y monjas de pantalón corto.

Hagamos que nuestras familias sean como los amish pero en católico.
13/11/24 11:59 PM
Ronald
“Que aprendan a estar solo”. Desde luego, usted sí está en el mundo… nunca como hoy los niños y jóvenes están mas solos que nunca. Basta verles en el transporte público, en las calles, en las plazas… solos o, estando con otros, aislados y cada uno pegado a su pantalla o comentando las guarradas y subnormalidades varias de instagram. Pero eso sí, no estará solo porque no es un amish en católico. Es un amish en ateo-borrego-inútil. Basta también con ser honestos para saber qué hacen y cómo están en casa: solos y pegados a la pantalla. Su comentario y el de otros pone en evidencia dos cosas: la mentira del “dato mata relato” (ahí están los datos pero se omiten) y la realidad del ¿catolicismo? de hoy: anteponer la supuesta sociabilidad del niño a su bienestar mental y salud espiritual. Pura mascarada barata. Un dios distinto, una diferente meta.
14/11/24 12:09 AM
Doraemon
De acuerdo con Paco. Pero además se olvidó de decir que no deben salir a la calle para nada que no sea indispensable, como ir a misa y nada más, y que si tienen que salir que sea con los ojos vendados, no les vaya a entrar la corrupción. Si sale a la calle y necesita ayuda de sus padres o la policía pues que rece, y se le dará. O puede buscar un teléfono público, pero nunca frente a niños menores para no escandalizarlos.
También podemos abolir la policía, qué obsesión de querer controlar toda la sociedad, ¿o es que han parado los crímenes? Vaya miedo irracional al crimen.
Pues nada, así se resuelven los problemas ajenos
14/11/24 1:43 AM
Pedro de Torrejón
Ésto hoy día ; es cómo pedir peras al olmo. El móvil ,hoy día para los niños ,es lo que antes era la pizarra y el pizarrín. Un móvil para hacer y recibir llamadas ,es imprescindible . Y nada de Wassapp ,ni Internet ,
cómo dice Fernando.
14/11/24 8:29 AM
Mónica
Tengo hijas mayores sin móvil. Bueno, con móvil solo de llamadas. Tienen muchísimas amigas, salen y están felices y sanas. Son las únicas de clase sin móvil y no tienen trauma. Si hay que ir a contracorriente, se va. Sin complejos. Salvo los que nosotros, los padres, les queramos transmitir.
14/11/24 9:56 AM
Carlos
Estoy totalmente de acuerdo con Mons. Munilla. No regalarles celular es lo mejor... los niños y adolescentes no tienen la suficiente madurez psicológica, sería como darles una bomba de tiempo. Existen muchos casos de adultos, niños
y adolescentes con adicción a las redes sociales, juegos, cosas inmorales, etc, junto a ellos muchos han caído en la trata de personas, etc. Que tengan una vida real, compartiendo con sus familiares y amigos, que ellos ocupen su tiempo realizando otras actividades como deporte, arte, lectura, ayudar a los familiares, ancianos, pobres, etc. y si son católicos que vayan a Misa los domingos y días de preceptos, recen el Rosario todos los días etc. Y eso no es ser cucufatos, eso se llama enseñarles a los hijos a amar a Dios y a la prójimo y eso es la mejor herencia: que vivan en la voluntad de Dios,... porque si se les da celular para que vivan en un mundo irreal y llenen sus mentes de basura... Se han realizado también estudios sobre el rendimiento académico y sobre la destrucción de neuronas sobre el mal uso del celular, pero si eso no les importa a los padres de familia, mucho menos les importa el bien de sus hijos... Muchos padres se hacen los rebeldes porque a veces también ellos tienen esos problemas de adicción o hace cosas indebidas. Si es que se quieren comunicar con sus hijos denles celulares que no tengan conexión a Internet. Al final de la vida estará el juicio de Dios, si es que el amor de Dios no les motiva, al menos hay que pensa
14/11/24 4:13 PM
Gerardo
Muy bien David! Y si Ud me permite, completaría su propuesta con la siguiente: los padres que tienen por lo menos dos hijas, la mayor que sea educada para solterona, de tal manera que cuando ellos sean ancianos, tengan quien los cuide.
14/11/24 4:27 PM

Dejar un comentario



Los comentarios están limitados a 1.500 caracteres. Faltan caracteres.

No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.

Los comentarios aparecerán tras una validación manual previa, lo que puede demorar su aparición.