¿Hay que cambiar la Moral Sexual?

He oído muchas veces esta petición. Pero ello me lleva a hacerme dos preguntas: ¿Es posible?, y ¿sería conveniente?

J.M. Vidal publica en «Religión Digital» un artículo en el que afirma lo siguiente:

«El Papa y los expertos coinciden en que la primera medida a adoptar es conseguir que las familias vuelvan a educar en la fe a sus hijos pequeños. Al menos hasta los 10-12 años. La cadena de la transmisión de la fe, sobre todo en los países occidentales se ha roto. Madres y padres ya no educan en la fe. Sus hijos jamás los ven rezar, leer un trozo de evangelio o ir a misa. Si acaso, son las abuelas las que enseñan a sus nietos el ‘Jesusito de mi vida’ o ‘Las cuatro esquinitas’. Pero la impronta de los abuelos no es ni de lejos como la de los padres».

Debo decir que hasta aquí estoy de acuerdo. Pero prosigue:

«Y para recuperar a los padres y que transmitan la fe a sus hijos, la Iglesia tiene que tirar por la borda y cuanto antes su rigorismo y su anacronismo. Y poner al día su moral sexual.¿Como atraer a los jóvenes con la exigencia de que, aunque se quieran y hayan decidido tener un proyecto de vida en común, han de mantenerse vírgenes hasta el matrimonio?. Y que, después de casados no podrán utilizar ni preservativos ni píldora y, por lo tanto, no podrán mantener relaciones sexuales a no ser que estén abiertas a la procreación».

He oído muchas veces esta petición. Pero ello me lleva a hacerme dos preguntas: ¿Es posible?, y ¿sería conveniente? Como la primera pregunta ha sido contestada por Luis Fernando Pérez en su artículo «José Manuel Vidal cree que los jóvenes son cristianos de segunda categoría», con esta frase: «Lo que propone es que la Iglesia se cargue directamente TODA la moral sexual que ha venido enseñando durante sus 20 siglos de existencia». Por ello voy a decir sobre esto sólo un par de cosas.

En la famosa entrevista al Papa en el avión de vuelta de la JMJ, hay las siguientes preguntas y respuestas:

«P.- La sociedad brasileña ha cambiado, los jóvenes han cambiado. Usted no ha hablado sobre el aborto ni sobre el matrimonio ente personas del mismo sexo. ¿Por qué?

R.- La Iglesia se ha expresado ya perfectamente sobre eso, no era necesario volver sobre eso, tampoco hablé sobre otros temas. No era necesario hablar de eso, sino de las cosas positivas que abren camino a los chicos. Además, los jóvenes saben cuál es la postura de la Iglesia

P.- ¿Pero cuál es su postura en esos temas?

R.- La de la Iglesia, soy hijo de la Iglesia».

Y la segunda cosa es: ¿Suponiendo, que es mucho suponer, y pienso no es posible, pero ahora no es lo que me preocupa, el cambio radical de la Moral Sexual es conveniente o es un solemne disparate? Se nos dice que hay que cambiar la Moral Sexual en una serie de puntos, como pueden ser la masturbación, relaciones prematrimoniales, matrimonio homosexual, sacerdocio con celibato opcional, sacerdocio femenino, los métodos anticonceptivos, divorcio, aborto, pero ante estas afirmaciones hay que recordar que varios de estos puntos no son malos porque los prohíbe la Iglesia, sino que la Iglesia los prohíbe porque son malos, o como mínimo, no resuelven ningún problema. Por cierto, estos días me ha llegado una frase de Garrigou-Lagrange sobre este tema muy acertada:

«La Iglesia es intolerante en los principios porque cree; pero es tolerante en la práctica porque ama. Los enemigos de la Iglesia son tolerantes en los principios porque no creen; pero son intolerantes en la práctica porque no aman».

La Iglesia es dinámica, tiene que actualizarse constantemente, pero esos cambios son cambios de profundización, no de volver las cosas al revés. A mí me ha gustado siempre ilustrar esto con un ejemplo matemático; Hoy sabemos mucho más de Matemáticas, y de cualquier figura, como el triángulo, que en tiempos de los griegos. Pero lo que no será nunca que en las Matemáticas de Euclides (las nuestras habituales) el triángulo tenga cuatro lados Que tiene que haber algunos cambios, es evidente, porque hay cuestiones, como el lugar de la mujer en la Iglesia, que como el propio Papa dice: «hay que explicitar mejor». Algo semejante se puede decir de algunas cuestiones de Pastoral Matrimonial. Pero en esa misma cuestión del lugar de la mujer en la Iglesia, que algunos se empeñan en ver sólo a través del sacerdocio femenino, el Papa nos recuerda que

«en cuanto a su ordenación, la Iglesia ha hablado y dice no. Lo ha dicho Juan Pablo II, con una formulación definitiva. Esa puerta está cerrada».

Tengo que terminar aquí, so pena de hacer un artículo larguísimo. Pero no tengo intención de escaquearme y seguiré hablando más concretamente de estos temas en próximos artículos.

Pedro Trevijano, sacerdote

9 comentarios

vicente
la Iglesia no puede cambiar la ley moral que Dios nos ha dado.
14/08/13 10:39 PM
Juan Mariner
La moral sexual es el pilar de la familia (no el dinero, que da una falsa estabilidad). La crisis de la familia (aborto, demencia y delincuencia infantil y juvenil, marginación a la vejez e invalidez, anticoncepción, homosexualismo,adicciones, divorcio, separación, convencionalismos bastardos...) viene dada por una moral sexual anticatólica o antinatural. No se está en una "familia de verdad" si no se sigue la moral sexual natural y católica, y los hijos lo agradecerán al final, a pesar del ambiente hostil que encuentran antes de adquirir su plena madurez.
15/08/13 1:16 PM
Juan Argento
El parrafo problematico de J. M. Vidal tiene un error conceptual básico, mas alla de que su propuesta esté en contra de la Revelación cristiana.

"¿Como atraer a los jóvenes con la exigencia de que, aunque se quieran y hayan decidido tener un proyecto de vida en común, han de mantenerse vírgenes hasta el matrimonio?"

Es que justamente es en el acto de contraer matrimonio, o sea de expresar el consentimiento matrimonial, cuando los jovenes deciden irrevocablemente "tener un proyecto de vida en comun". Eso es la esencia de ese acto, no el vestido ni las fotos ni la fiesta, que pueden no estar.

Antes de ese acto la decision es provisoria, y estan a tiempo de cambiarla si, por ejemplo, se dan cuenta de que en realidad no son muy compatibles.
15/08/13 5:23 PM
Alf_3
Le quiere hallar la 'cuadratura al círculo': NO se puede.
Ciertamente del quinto al décimo Mandamientos, son negativas. Pero el Decálogo es el MÏNIMO indispensable. Hay que 'abrirse' al Amor. Ver para Arriba, y no tratar de bajar la 'raya' otro poquito.
16/08/13 2:44 AM
Gabriel Marín
La Moral es inmutable pues de Dios procede, y El es el mismo ayer, hoy y eternamente. Le felicito por su apología.

Dejo a su disposición fragmentos de una poesía que aborda el tema.

"Amor verdadero"

Suele ser palabra "AMOR"-en exceso pronunciada-y en su esencia alterada-cual putrefacta flor.

El amor es corazón-plena entrega del alma-es perene y es en calma-Es una sacra pasión.

El amante verdadero-es de fina tesitura-no de falsa galanura-que provoque lo grosero.

En su amada mira un cielo-y respeta su pudor-y no hisopa en sudor-de bajas bestias en celo.

Y como el Creador le observa-y cuentas le ha de pedir-no se atreve a transigir-con la costumbre proterva.

Pues aunque Dios es amor-también es gran justiciero-castigando al que insincero-no se guarde en su temor.

Y ese amor auténtico-que de solo Dios procede-ante el infierno no cede-en su vaivén excéntrico.

Pues no le engaña quimera-ni le seduce el placer-aunque el mismo Lucifer-inducir lujuria quiera.

La decencia de la que ama-fortalecerá su estado-pues su porte calibrado-de moralidad derrama.

Humilde adhiere se a Dios-quien le cuida con desvelo-y constituye su anhelo-el hacer uno de dos.

Pero acorde en plenitud-con los mandatos divinos-que conforman los caminos-del honor y la virtud.

En vitálica unión-que el Hacedor ordenara-y a Sacramento elevara-tan sublime institución.

Benditos son los linajes-gestados en esta trama-pues el Padre les derrama-toda gracia sin ambages.
19/08/13 7:49 PM
José Jacinto Verde Colinas
No es nada conveniente cambiar la moral sexual de la Iglesia católica. Aunque a todos nos resulte muy difícil de cumplir en su integridad y nos dé vergüenza confesarnos si pecamos, la moral sexual debe tener como objetivo la consecución de la castidad plena, cada uno en su estado.

En el caso de los matrimonios, la castidad implica que las relaciones sexuales deben estar orientadas a la unión conyugal entre los cónyuges y a la procreación. En el caso de los solteros o los consagrados a Dios, la castidad implica la continencia sexual, incluyendo la autoexcitación sexual (masturbación). Y en ambos casos, por supuesto, es fundamental tratar de controlar los pensamientos impuros y de vestir decorosamente.

Ceder en alguno de los puntos de la moral sexual sería deficultar la consecución de la castidad plena. Y todos estamos llamados a ser perfectos, como lo es nuestro Padre celestial.

Además, no debemos olvidar que dos de los Mandamientos de la Ley de Dios se refieren al sexo, a las relaciones sexuales y a la castidad (el sexto y el noveno), así como que la lujuria (el vicio opuesto a la virtud de la castidad) es el tercer pecado capital en importancia, aunque hoy en día mucha gente no le dé ninguna importancia.

Pienso que sería bueno que la Iglesia hablase más clara y abiertamente sobre las cuestiones relativas a la moral sexual, aprovechando diversas conferencias, charlas, homilías, etc., aunque a algunos les parezca que va contra corriente.
21/08/13 11:41 PM
JA
Sr. Trevijano, con su articulo que Vd. teme sea largisimo, que no llega ni a corto, Vd. no se moja, Vd. no dice nada.
Las cosas que hoy se quieren cambiar de la noche a la noche, ni siquiera a la mañana, son muy graves, pero merecen la reflexión de la Iglesia y aunque sea reiterativo digo que el matrimonio es el más duro de los sacramentos, pues si hasta el Papa puede dejar de ser Papa, el casado, si se equivoca y no tiene dinero, se aguanta y si resuelve su vida por lo civil se le cierran las puertas en la Iglesia ¿esto es así? Sería un contratodo y sobre todo en contra de la misericordia, la compasión, pues lo de acompañamiento, estar al lado de....... nada de nada.
Lo de la mujer sacerdote, ¿porqué no? si ya en el Nuevo testamento se le nombra Diaconisa o ¿esto es un cuento y no es lo que dice los H de los A?
Lo más acertado que he oido respecto de los homosexuales es lo dicho por el Papa en el viaje de vuelta; no lleguemos al matrimonio, pero por Dios dejemos de condenar.
Porque no se habla claro de los procesos matrimoniales, pues sé cuanto cuestan las tasas judiciales del Tribunal, hablando en pesetas unas 150.000 de las antiguas pesetas o nada si va por pobre, lo demás es de los Abogados, peritos, y demás profesionales, ¿porqué no se dice claro y alto?
22/08/13 6:49 PM
Teófilo
Sr./a JA:

El Papa puede dejar de ser Papa, porque ser Papa no es ningún sacramento; el matrimonio sí lo es. Y de momento las puertas de las iglesias están abiertas a todos, y si no pásese por cualquier boda, o por unas primeras Comuniones: verá que, como dice el Señor, el trigo y la cizaña hay que dejarlos crecer juntos.
Y en cuanto a su alusión al pasaje de Rm 16,1 (que menciona una diaconisa. No sé cuál es el de los "H de los A"); mire, por no entretenernos: O es interpretado por la Iglesia, y ya está todo dicho, o somos protestantes (que las tienen) y tenemos que hablar en otro lado.

Un saludo
26/08/13 6:44 PM
ManuelP
La maravilla de la sexualidad humana sólo es vivida en plenitud desde el amor, y el amor pleno sólo puede alcanzarse en comunión con la Iglesia. Si la Iglesia no es necesaria para vivir en plenitud, ¿para qué ha venido Jesucristo? Se trata de vivir en la Tierra el anticipo de la plenitud del Cielo. Hasta tal punto el hombre es incapaz para, por sí solo, vivir en una felicidad que aspira a ser eterna, que Dios ha tenido que encarnarse y redimirnos.

Y todo este rollo es para manifestar que la Iglesia enseña lo malo de las relaciones prematrimoniales no para limitar a las parejas, sino para ayudarlas a vivir felices. Las relaciones prematrimoniales son intrínsecamente egoístas. Aquellos que, practicándolas, las defienden, tienen un serio problema de orgullo que les impide reconocer a la Iglesia como Madre y Maestra. Es más, se creen superiores a la Iglesia. En lugar de admitir su debilidad y abrirse a la conversión, adoptan una actitud peligrosa, con la que sólo pueden provocar daño, tanto a sí mismos como a la pareja y a todo su entorno familiar y social.

Por eso, tengamos fe. Pero no una fe inventada a la medida de cada uno, sino la fe de la Iglesia. La del Credo, que dice "creo en la la Santa Iglesia Católica". Sin eso, no hay fe.
23/12/14 10:58 AM

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