IDEOLOGÍA, tal como se manifiesta hoy –y que ha tenido como «padre» al conocido KARL MARX-, independientemente de su origen etimológico –que está superado por la vida, y ya, por tanto, no tiene ninguna relevancia-, es exactamente una TOMA DE POSTURA, un «posicionamiento» a priori, que «pretende transformar el sistema social, político, cultural… existente».
Es decir; que la «ideología» –como muy bien explica Marx- SE ANTEPONE A LA MISMA REALIDAD en función de su OBJETIVO, que, según su «padre legítimo», no es otro que «GENERAR una FALSA CONCIENCIA sobre las condiciones materiales de la existencia del hombre». «ES, por tanto, UNA HERRAMIENTA DE CONTROL SOCIAL PARA DESPOJAR AL HOMBRE DE SU LIBERTAD, TRANSFORMÁNDOLO EN PARTE DE UNA MASA MANIPULABLE» (tomado de la página «Definición de…» en Google).
Los dos párrafos anteriores no tienen desperdicio, sinceramente. Y Marx, por supuesto, no pretende engañar a nadie: en absoluto. Marx «teoriza» –y da la clave- para alzarse con el poder absoluto; cosa que pusieron en práctica LENIN y STALIN, en Rusia, y luego MAO en China. Y, al alimón, Rusia y China lo exportaron por todo el mundo al que pudieron llegar, poner la bota, someter, instalarse y quedarse. Cosa que no ocurrió en su momento en España, por cierto; aunque bien que lo intentaron.
Las ideologías, en contra de lo que podría suponerse y como acabamos de ver, NO SON FRUTO de un acabado «RAZONAMIENTO». No son un «HALLAZGO INTELECTUAL». Para nada. LAS IDEOLOGÍAS ESTÁN REÑIDAS CON LA VERDAD y, por tanto, NO SON DIGNAS DEL HOMBRE, porque NO LE PUEDEN SERVIR.
Por el contrario; algunos hombres –siempre los menos- se sirven de las ideologías, las usan, para someter a los otros: los más, la mayoría. Es, pues, una postura única y exclusivamente en orden al control absoluto de la sociedad; que sólo puede llevarse a cabo ALIENANDO AL HOMBRE: despojándolo de lo que tiene como más propio, exclusivo y específico: su LIBERTAD.
Para esto, necesariamente hay que CORROMPER SU CONCIENCIA: es decir, su capacidad de JUICIO, tanto intelectual como moral. Empezando por éste último, lógicamente. EL HOMBRE SE CONVIERTE EN MASA MANIPULABLE SOLO CUANDO SE LE HA CORROMPIDO MORALMENTE.
De ahí que, como muy bien detectó Marx, con lo primero que hay que arrasar es con LA RELIGIÓN: con todas, pero especialmente con la Católica, pues viene con el marchamo de la VERDAD. Luego, con LOS INTELECTUALES, por si alguno sigue teniendo la valentía de pensar, y comunicarlo. Y para rematar la jugada: MATAR LA VERDAD: secuestrarla, «hacerse» con ella, desvirtuarla y manipularla, CORROMPIENDO EL MISMO LENGUAJE, sustituyendo el significado propio de las palabras –su sentido lógico y natural- por el sentido «ideológico»: el que quiero y necesito imponer.
Es realmente asombroso cómo el marxismo, habiendo costado 120 millones de muertos contabilizados –los no contabilizados no salen en la suma-; habiendo fracasado como IDEOLOGIA ECONÓMICA, POLÍTICA Y SOCIAL por su propio peso: tenía realmente los pies de barro…; a pesar de todo eso, ha fascinado y sigue fascinando al mundo Occidental –precisamente el Occidente que se salvó de la quema marxista- y está ganado las batallas después de muerto.
¿POR QUÉ? ¿Por qué EL MUNDO OCCIDENTAL -supuestamente cultivado y con principios válidos y valederos-, HA SUCUMBIDO ante UN MUERTO EN VIDA? Esto lo dejamos para un próximo artículo, donde ahondaremos en el tema.