Mons. Demetrio Fernández: 50 años de sacerdote
Monseñor Demetrio Fernández

Mons. Demetrio Fernández: 50 años de sacerdote

Carta del obispo de Córdoba en la que cuenta su ordenación, acción de Gracias y la curación de una enfermedad incurable con 33 años por por intercesión del venerable José María Garcia Lahiguera y la oración de sus hijas Oblatas.

Lo hemos venido anunciando durante todo este año 2024, la ordenación de diácono fue el 5 de mayo (domingo del buen Pastor, IV de Pascua) y la de presbítero fue el 22 de diciembre de 1974. Era cuarto domingo de adviento, como este año. Nos dieron a elegir tres fechas, y elegimos esta. Para mí, era una fecha entrañable y familiar: cumpleaños de mi padre y san Demetrio, su santo y el mío. Y a partir de ese año, aniversario de mi ordenación sacerdotal. Cuando llega esta fecha cada año, doy gracias a Dios y recuerdo el ambiente de mi casa familiar, donde todos confluíamos para anticipar la alegría de la Navidad y felicitarnos por haber sido tan agraciados (es el día de la Lotería nacional, y a mí me tocó el Gordo).

Llegamos este año al 50 aniversario de aquel día feliz, frio con niebla desde la mañana en Toledo y hasta la tarde en Puente del Arzobispo, mi pueblo, donde celebré mi primera Misa el mismo día de la ordenación. Ya estaba destinado en la parroquia de El Buen Pastor, de Toledo. Pasé una semanita de vacaciones con mis padres, y me incorporé rápidamente a mi parroquia. Estaba deseando ejercer como cura, y disfruté mucho en aquella primera parroquia, en la que tenía mil niños de catequesis, doscientos cincuenta adolescentes de confirmación, y más de doscientos catequistas. En el confesonario, tarea interminable, y además ocho colegios, que visitaba todas las semanas. Comunión a enfermos, grupo de jóvenes, la Acción Católica, y todos los días varias Misas de exequias por la cercanía al hospital, cuando todavía no había tanatorios. Qué feliz he sido, ya desde aquellos primeros años de coadjutor con D. Justo Rey mi párroco, un buen párroco.

Quiero pediros que me ayudéis a dar gracias a Dios por este gran regalo para mí y para su Iglesia. Por el sacerdote pasan multitud de gracias a diario para repartir a todos los demás. Uno es consciente de cómo Dios se sirve de mi vida para acercar a muchos, para consolar a otros, para estimular a todos a continuar en el camino de la santidad. Mi vida quedó «expropiada para utilidad pública». Y a pesar de mis pecados, he vivido para los demás.

Alguno puede pensar que todo ha sido de color rosa en mi vida sacerdotal. No ha sido así, gracias a Dios. Enviado a estudiar a Roma por segunda vez en 1981 (la primera fue en 1977), contraje una enfermedad incurable, que me postró en cama durante un año completo. Llevaba ya nueve años de cura, tenía 33 años, y me preparé para la muerte que llegaba inminente. El Dr. Pozuelo Escudero, gran endocrino discípulo del Dr. Marañón, acertó con el tratamiento, y fui recuperándome durante varios años, hasta que, por intercesión del venerable José María Garcia Lahiguera y la oración de sus hijas Oblatas, fui curado milagrosamente de la noche a la mañana. Era el 27 de septiembre, san Vicente de Paúl. Y aquí me tenéis.

La enfermedad fue una fuerte experiencia de impotencia, de postración, de despojamiento de todo proyecto de futuro, de preparación gozosa para la muerte. Aquel año 1982-1983 entendí como nunca y para siempre en medio de la enfermedad que mi vida era toda para el Señor, porque le sentí a él tan cercano y cariñoso como nunca. Fue verdaderamente un desposorio en la Cruz, que me ha marcado definitivamente. Quizá cuando llegue me eche a temblar, pero puedo afirmar que desde aquella experiencia (y han pasado más de 40 años) miro la muerte con deseo sereno, con alegría de encontrarme con el amor de mi vida, Jesucristo mi Señor. Y este deseo sereno relativiza todo cualquier otro sufrimiento, que no han faltado a lo largo de mi vida. Puedo decir por gracia de Dios que me he encontrado con el amor de mi alma precisamente en la Cruz compartida, la suya y la mía para la redención del mundo.

De todo lo realizado, o mejor de lo que Dios ha hecho a través de mí, señalo la ordenación de 75 presbíteros en Córdoba, además de otros 15 en Tarazona, diocesanos y religiosos. Ese es un momento culminante para el obispo. Y con ello los miles y miles de personas, niños, jóvenes, adultos y ancianos, cuyos ojos han brillado al predicarles y hablarles de Jesucristo. Para dar a conocer su amor quisiera vivir toda mi vida. A Él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén

Recibid mi afecto y mi bendición, y rezad por mi:
+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

 

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6 comentarios

javidaba
Muchas felicidades D. Demetrio, y muchas gracias por su Ministerio.

¡Oh, Sumo y Eterno Sacerdote!
Pacto y Paz del cielo con la tierra;
Don Divino Encarnado, Jesucristo
permanente Sacramento, Eterna ofrenda.
Altar de la Liturgia que establece
Memorial Vivo, Viviente Providencia
en la Víctima que el cielo proporciona
a la tierra en Redentora Oblea.
¡Oh, Don que de las manos amorosas
de Jesucristo, Ordenas en la Iglesia
en las manos de humanos sacerdotes
el mismo Sacerdocio, Pascual Cena
que ya Melquisedec ante Abram
anunciara, pactara y prometiera!
Hermano sacerdote, tu persona
es proyecto de Salvación Eterna:
Mil gracias por darte en hostia frágil
en magnánima labor, a la encomienda
que recibes, magnánimo en tu alma,
y no siempre tus fieles te respetan.
Perdona nuestras culpas, nuestras burlas,
perdónanos, mas, no pierdas la senda:
Sea "epíclesis" tu vida ministerio.
Seas víctima y altar que nos elevas
por tu ser sacerdote “in aeternum”,
a ofrenda de alabanza en la Presencia
de Jesús, Sumo Eterno Sacerdote:
La Trinidad por tu mano nos espera.
Mira, Madre que tu Hijo ha querido
en tus hijos sacerdotes que tú seas
fecunda madre de Cristos semejantes
a ti, que a Cristo nos acercas.
19/12/24 6:30 PM
Nova
Doy gracias a Dios y al Venerable José María García Lahiguera por su curación, Sr. Obispo. Está claro que a Usted le quedaba mucho bien por hacer aquí, en la Tierra. Dios le guarde y bendiga siempre.
19/12/24 9:12 PM
Alejandra
Que belleza de experiencia. Mis oraciones para usted Señor obispo, que su vida ayude a llevar a muchos a Jesús
19/12/24 10:00 PM
JLuis
Felicidades M. Demetrio. En mi oración de Vía Crucis de hoy viernes, le dedicaré una estación.
20/12/24 11:40 AM
jose 2 católico español no castellano
Querido D. Demetrio:
Aunque no discuto ni cuestiono nunca las decisiones del Paráclito, incluyendo la elección del Iscariote, me da coraje que no decidiera que haya sido arzobispo de Madrid.
QDLB y siga haciendo todo el bien a los cordobeses que se lo merecen tal vez más que los que vivimos en Madrid.
20/12/24 6:14 PM
Gonzalo
Un buen ejemplo a seguir. Gracias

Salut
21/12/24 11:05 AM

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