Todas las razones de Dios. Un resumen

Guía en el evento internacional sobre «Dios hoy. Con Él o sin Él cambia todo». El cardenal Ruini se ha redescubierto como filósofo. Y con él han debatido Spaemann, Scruton, Van Inwagen. Y los científicos del cosmos, como Nowak y Coyne. Y expertos de música, de arte, de cine…

El objetivo era "aminorar esa penumbra que torna precaria y temerosa para el hombre de nuestro tiempo la apertura hacia Dios".

Éste es el mensaje con el que Benedicto XVI ha inaugurado el 10 de diciembre, en Roma, el evento internacional sobre "Dio oggi. Con lui o senza di lui cambia tutto" [Dios hoy. Con Él o sin Él cambia todo], pensado y organizado por el Comité para el Proyecto Cultural de la Iglesia italiana, presidido por el cardenal Camillo Ruini.

Dos días después, en la finalización del evento, Ruini estaba radiante. El tema era duro, escuchar exigía un esfuerzo, para hablar había filósofos y científicos de arduo lenguaje. Sin embargo, la sala estuvo siempre llena, impregnada de un silencio atentísimo. Se reunieron dos mil quinientas personas, en el gran auditorio de Via della Conciliazione, a pocos pasos de la plaza San Pedro, para sentir hablar de Dios. Se trataba de un público en buena parte nuevo y joven, visiblemente orgulloso de la riqueza y de la seriedad de las cosas que se dijeron, en un mundo desorientado que justamente tiene sed de esto.

Este público no quería sentir hablar de otra cosa que no fuera Dios. Por cierto, no de las diatribas internas de la Iglesia, más acá y más allá del Tiber. Los profetas de la desventura, que habían predicho (y auspiciado por lo bajo) el fracaso del evento, y con ello el adiós a esa "ave fénix" que según ellos era el proyecto cultural y la definitiva jubilación de su inventor Ruini, han quedado enmudecidos por los hechos. El cardenal ya ha anunciado que a este primer evento le seguirá inmediatamente un segundo, siempre "sobre temas sustanciales, duros, no fáciles, no de moda".

¿Pero qué ha sucedido en los tres días del evento? El programa, el informe, los textos, los videos de todo el encuentro, con los perfiles de los relatores, están a disposición en la página web dedicada al mismo:

"Dio oggi. Con lui o senza di lui cambia tutto, Roma, 10-12 dicembre 2009

A continuación se señalan algunos momentos destacados.

LAS TRES PRUEBAS DEL CARDENAL RUINI

Como expositores iniciales, el jueves 10 de diciembre, han hablado el cardenal Ruini y el alemán Robert Spaemann, ambos para los filósofos.

Ruini ha trazado tres vías de acceso a Dios, es decir, tres pruebas de su existencia, pruebas no teológicas sino racionales, por eso mismo posibles de ser propuestas a todos, no sólo a los creyentes.

La primera vía parte del hecho evidente "que existe algo más bien que nada". La segunda parte de la constatación que el universo es cognoscible por parte del hombre. La tercera se funda en la experiencia que el hombre tiene en sí una ley moral.

Las tres vías se refieren entonces a los "trascendentales" de la filosofía clásica: al ser, a lo verdadero y al bien. Al argumentar, Ruini ha intentado superar las objeciones radicales que ellas han sufrido en los últimos dos siglos, a partir de Kant. Pero ha reconocido que de ninguna manera tales vías tienen la fuerza de una demostración apodíctica, la cual no hace surgir nuevas dudas. ¿Y entonces? La propuesta final del cardenal es que la existencia de Dios es recibida como "la mejor hipótesis", con una fórmula retomada por Joseph Ratzinger.

Aquí los dos párrafos finales del discurso de Ruini:

"Las dificultades de la aproximación metafísica en el contexto cultural contemporáneo, junto a la aporía que deriva de la existencia del mal en el mundo, son las razones de fondo de esa 'extraña penumbra que pesa en la cuestión de las realidades eternas'. Por eso la existencia del Dios personal, además de ser sólidamente argumentable como hemos buscado hacer, no es objeto de una demostración apodíctica, sino que permanece como 'la hipótesis mejor que exige de nosotros renunciar a una posición de dominio y arriesgar la actitud de la escucha humilde'. Son grandes las implicancias de un reconocimiento similar, tanto por las relaciones entre creyentes y no creyentes - que en virtud de esta razón de fondo, estarían marcados por un sincero y convencido respeto recíproco - como por la actitud personal de cada uno de los creyentes, y en particular por el rol fundamental que debe ocupar la oración en nuestra relación con Dios, para poder impetrar así de él el don de la fe, la cual nos da esa certeza absoluta, y al mismo tiempo libre, respecto a Dios que, como explica santo Tomás [de Aquino], no excluye de ninguna manera el espacio para ulteriores indagaciones, sino que sostiene nuestra fidelidad a él, hasta el don de nosotros mismos.

"Termino con una constatación que me parece muy significativa de las condiciones en las que estamos viviendo. Existe un profundo paralelismo entre la aproximación a Dios y la aproximación a nosotros mismos, en cuanto sujetos inteligentes y libres. En ambos casos estamos sometidos actualmente a la presión de un fuerte e invasivo cientificismo epistemológico y de un naturalismo, con frecuencia inconscientemente metafísico, que querría declarar a Dios como inexistente, o cuanto menos no cognoscible racionalmente, y con ello reducir al hombre a un objeto entre otros de la naturaleza. Hoy, como quizás nunca jamás anteriormente, parece claro entonces que la afirmación del hombre como sujeto y la afirmación de Dios 'simul stant et simul cadunt', está en pie juntas o caen juntas. Lo que resta es profundamente lógico, porque por una parte es bien difícil fundar un verdadero e irreductible emerger del hombre respecto al resto de la naturaleza, si la naturaleza misma es el todo de la realidad, y por otra parte es igualmente difícil dejar racionalmente abierta la vía al Dios personal, inteligente y libre – en modo verdadero aunque para nosotros inefable – si no se reconoce al sujeto humano esta irreductible especificidad suya. Dar testimonio del Dios verdadero y al mismo tiempo de la verdad del hombre es entonces la tarea quizás más exultante que se nos da para llevar a cabo".

SPAEMANN Y LA GRAMÁTICA DE DIOS

Robert Spaemann dedicó la parte inicial de su reflexión a la identidad – más que a la contraposición – entre los dos predicados de Dios, "poderoso" y "bueno":

"Quien cree en Dios, cree que el poder absoluto y el bien absoluto se refieren a lo mismo: la santidad de Dios. Los gnósticos de los primeros siglos cristianos negaban esta identidad. Atribuían los dos predicados a dos divinidades, un poder malo, el 'deus universi' [dios del universo], dios y creador de este mundo, y un dios que es luz, que aparece desde lejos en la oscuridad de este mundo. [...] Es importante subrayar esto hoy, donde hasta los sacerdotes, antes que invocar sobre nosotros la bendición del Dios omnipotente, hablan solamente de un 'Dios bueno'. El discurso sobre la bondad de Dios, sobre un Dios que es amor, pierde su punto conmovedor si silencia que es Aquél de quien se dice que es amor, si silencia que Él es el poder que guía nuestra existencia y el mundo. [...] Si el bien no perteneciera al ser, el ser no sería todo, no sería entonces la totalidad. [...] Pero también es válido lo contrario: si el bien fuese impotencia, entonces no sería el bien a secas, porque la impotencia del bien no es buena. La fe en el poder del bien es lo que nos permite abandonarnos activamente a la realidad, sin tener que temer que en un mundo absurdo también toda buena intención se juzgue como algo absurdo".

En la parte final, Spaemann ha derribado la visión contraria de Nietzsche, el filósofo de la "muerte de Dios", según el cual "la verdadera cuestión es solamente con qué mentira se vive mejor". Propuso una demostración de Dios "que sea, por así decir, resistente a Nietzsche": una demostración de Dios "a partir de la gramática, más precisamente del llamado 'futurum exactum', el futuro anterior". A continuación tenemos sus palabras:

"Para nosotros, el 'futurum exactum' está necesariamente conectado al presente. Decir de algo que es ahora, equivale a decir en el futuro que esa cosa ha sido. En este sentido, toda verdad es eterna. El hecho que el 10 de diciembre numerosas personas se han reunido en Roma para una conferencia de Robert Spaemann sobre 'Racionalidad y fe en Dios' no es verdad sólo el 10 de diciembre, sino que es verdad para siempre. Si hoy nosotros estamos aquí, mañana 'habremos estado' aquí. Como pasado, como 'haber sido' del futuro anterior, el presente permanece como algo siempre real. ¿De qué tipo es esta realidad? Se podría decir: en las huellas que ella deja. [...]

"Pero antes o después el recuerdo se desvanece. Y antes o después ya no habrá ningún hombre sobre la tierra. Al final, inclusive desaparecerá la tierra. Puesto que al pasado le pertenece siempre un presente, del cual el pasado es pasado, deberíamos decir entonces que con el presente que recordamos desaparece también el pasado, y el futuro anterior pierde su significado. Pero es precisamente esto lo que no podemos pensar. La proposición 'en el futuro más lejano ya no será verdad que esta noche habíamos estado reunidos aquí' es insensata. No se la puede pensar. Si un día nosotros no estaremos más, entonces de hecho no somos reales ni siquiera ahora, tal como el budismo afirma en forma consecuente. Si la realidad presente un día no ya no estará más presente, entonces no es real en absoluto. Quien elimina el futuro anterior elimina el presente.

"Pero una vez más: ¿de qué tipo es esta realidad del pasado, el eterno ser verdadero de toda verdad? La única respuesta posible es ésta: estamos obligados a pensar una conciencia que custodia todo lo que sucede, una conciencia absoluta. Ninguna palabra pronunciada un día será un día no pronunciada, ningún dolor no sufrido, ninguna alegría no experimentada. El pasado puede diluirse, pero no puede hacerlo en una forma que no haya sido. Si la realidad existe, entonces el futuro anterior es inevitable y, con el ello, el postulado del Dios real. 'Yo temo – así afirma Nietzsche – que no nos libraremos de Dios hasta que continuemos creyendo en la gramática'. El problema es que no podemos hacer menos que creer en la gramática. También Nietzsche ha podido escribir lo que escribió sólo porque ha confiado a la gramática lo que él ha querido decir".

EL "DIOS ABREVIADO" DEL CARDENAL SCOLA

La mañana del viernes 11 de diciembre, en un pasaje de su bien elaborada exposición sobre "eclipses y retorno de Dios", el cardenal Angelo Scola retomó la crítica de Spaemann a la contraposición entre la bondad y la omnipotencia de Dios.

Al preguntarse "si el problema de la transmisión del cristianismo no reside, sobre todo hoy, en el asumir el lenguaje evangélico en su esencialidad [...] e identidad más auténtica", Scola criticó a los que identifican tal esencialidad con la "kénosis", con el vaciamiento de sí, también del propio "poder" divino, hecho por Dios en Cristo crucificado:

"Aquí es necesario denunciar un uso impropio, no teológico y no respetuoso del dato escriturístico, de la 'kénosis' de Dios en el interior del llamado 'pensamiento débil'. Se pierde de tal forma la unidad de los misterios cristianos y se justifica, mediante la 'kénosis' separada de la resurrección, la renuncia a la consideración de la verdad y trascendencia de Dios y a su ser personal".

En efecto:

"Es sólo en el Dios que es Logos-Amor que adquiere sentido el tema decisivo de la 'kénosis' divina como modalidad con la que Dios-Verdad-Bien se ofrece a los hombres. El Dios kenótico no es un Dios débil, sino un Dios que ama y como tal se ofrece a la libertad del hombre".

Poco más adelante, Scola citó este pasaje de la homilía de Benedicto XVI, de la Navidad del 2006, sobre el verdadero sentido de la "kénosis" de Dios, es decir, sobre un Dios que habla al hombre "abreviándose en el Verbo encarnado":

"Dios ha hecho breve su Palabra, la ha abreviado (Is 10, 23; Rom 9, 28). El Hijo mismo es la Palabra, el Logos. La Palabra eterna se ha hecho pequeña, se ha hecho niño, para que nosotros podamos aferrarnos a la Palabra".

LA "VIA PULCHRITUDINIS" DE ROGER SCRUTON

También en la mañana del viernes 9 de diciembre, el filósofo anglo-americano Roger Scruton desarrolló el cuarto de los "trascendentales" de la filosofía clásica, el de lo bello, también como vía de acceso a Dios.

Dijo que "al crear belleza, el artista rinde gloria a la creación de Dios". Así ha sido en el arco de toda la historia del hombre, también allí donde – como en los abismos del siglo XX – domina el reino del sufrimiento y de la desolación.

También "el culto de la brutalidad y de la profanación se afirma hoy, en una época de prosperidad sin precedentes. [...] La profanación es una especie de defensa de lo sacro, un intento de destruir las pretensiones. Frente a las cosas sagradas se juzgan nuestras vidas; y para escapar a ese juicio, destruimos lo que parece acusarnos. Así como la belleza nos recuerda lo sagrado – más bien una forma especial de ello –, también la belleza debe ser profanada".

La "via positiva" a la belleza está de todos modos inserta en el corazón del hombre. "¿Por qué entonces tantos artistas se rehúsan hoy a caminar a lo largo de este sendero? Quizás porque saben que conduce a Dios".

Terminada la intervención de Scruton, al arzobispo Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, y el profesor Antonio Paolucci, director de los Museos Vaticanos, han ilustrado el aparecer de Dios en el arte figurativo de ayer y de hoy. También con ejemplos concretos, entre los cuales se cuentan los frescos de Rafael en las salas vaticanas, y en particular esa "Escuela de Atenas" que www.chiesa, en la presentación del evento sobre "Dio oggi", había propuesto como emblemática del mismo evento.

En otros momentos del encuentro, se ilustró el aparecer de Dios en la música, en la narrativa, en la poesía, en el cine, en la televisión, con ejecuciones, lecturas y proyecciones sugerentes, comentadas por artistas y especialistas.

EL "SUPER-DISNEY" DE PETER VAN INWAGEN

La última sesión del evento, la mañana del sábado 12 de diciembre, fue dedicada a "Dios y las ciencias". George Coyne, astrónomo jesuita director del Observatory's Research Group [Grupo de Investigación del Observatorio] de la Universidad de Arizona, y Martin Nowak, biólogo y matemático, profesor en Harvard, hablaron de la relación entre Dios creador y la evolución del cosmos, en dos centelleantes exposiciones que atraparon la atención del auditorio.

Por su parte, el tercer relator, Peter Van Iwagen de la Universidad de Notre Dame, habló como filósofo, y desarrolló en forma original y cautivante esa "via cosmologica" a Dios que el mismo Benedicto XVI ha propuesto en diversas formas y en varias ocasiones.

Van Inwagen ha partido de una analogía. Imaginemos, ha dicho, que "Dios está en el mundo físico como Walt Disney está en el mundo representado en la pantalla por Blancanieves y los siete enanitos". Además, imaginemos que "las aventuras de los dibujos animados son realmente la historia del mundo entero" y llamemos "Super-Disney" a su creador.

Ahora bien, desde el punto de vista de los habitantes del mundo este Super-Disney no existe en ninguna parte, pero en otro sentido está presente en todas partes.

Lo mismo ocurre con el Dios de nuestro mundo real: "Si jamás existe, no se puede encontrar en su interior más de lo que el Super-Disney pueda encontrar en su mundo; pero sin embargo, no está lejos de sus habitantes". Además, se puede hacer una hipótesis respecto a que los habitantes del mundo llegan a creer que ese mundo es fruto de la creación por parte de un ser inteligente y omnipresente.

Luego, Van Inwagen continuó de este modo:

"Hay más bien algunos – entre ellos también científicos – que han sostenido que hay buenas argumentaciones científicas a favor de la existencia de una inteligencia responsable de la existencia del universo físico. Y hay otros – entre ellos también científicos – que han sostenido que hay buenas argumentaciones científicas para sostener la no-existencia de un diseñador".

Estas dos tesis "son no científicas y erradas". Pero la segunda, la que niega a un Dios creador basándose en la teoría darwiniana de la evolución, se ha convertido en una opinión difundida.

Es contra los que apoyan esta opinión que Van Inwagen formula su tesis conclusiva, en apoyo de la imposibilidad de negar con argumentos científicos la existencia de un Dios creador:

"Ustedes creen que el mundo real es darwiniano, un mundo en el que la teoría de Darwin es verdadera. Pero la realidad implica la posibilidad: todo lo que es verdadero es posible. Y Dios, si existe, es omnipotente por definición. Un ser omnipotente puede crear cualquier objeto posible, aun cuando ese objeto es un universo o un cosmos entero. O bien esta tierra nuestra darwiniana (tal como ustedes creen que es) es un objeto posible, porque existe. Por tanto, un ser omnipotente podría crearla y podría crear el universo entero del cual forma parte. Ahora bien, si un ser omnipotente podría crear un mundo darwiniano, ¿entonces por qué alguno que considera que el mundo real es darwiniano debería considerar que esta característica del mundo real demuestra – o tiene alguna tendencia a demostrar – que el universo no ha sido creado por un ser omnipotente?".

Y EN LA PRÓXIMA ENTREGA: BIBLIA Y LITURGIA

Concluyendo el informe, primero el arzobispo Rino Fisichella y luego el cardenal Ruini han dado indicios sobre ulteriores capítulos de la reflexión sobre Dios, no afrontadas en este primer evento pero no menos importantes.

Dos en particular: ante todo, una reflexión sobre "lo que Dios dice de sí", es decir, sobre la Revelación divina; y luego una reflexion sobre la liturgia, o sea, sobre los ritos, los lugares, los tiempos y los lenguajes con los que el hombre y el cristiano se remiten a Dios.

Sandro Magister

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12 comentarios

Gallizo
Solamente quisiera hacer dos puntualizaciones.
"¿entonces por qué alguno que considera que el mundo real es darwiniano debería considerar que esta característica del mundo real demuestra – o tiene alguna tendencia a demostrar – que el universo no ha sido creado por un ser omnipotente?". Es que no es eso lo que sostienen la mayoría de cientifícos que no apoyan la hipótesis del origen divino. Lo que se dice es que no hay nada en las características que conocemos del Universo, que induzca a pensar en la existencia de un creador, ni que haga necesaria esa hipótesis.
"[...]en apoyo de la imposibilidad de negar con argumentos científicos la existencia de un Dios creador". La frase, da a entender que hay un interés científico por demostrar que Dios no existe, y eso tampoco se corresponde con la realidad. El consenso general es ( entre otras cosas por que demostrar la no existencia de algo, es un absurdo lógico ) que no tiene sentido intentar demostrar científicamente, algo que no es falsable( como indemostrable científicamente es la no existencia del Yeti, o de la tetera de Russell ).
16/12/09 1:26 PM
Ezequiel
y siguen con Magister ¿porqué no buscan los antecedentes de este tipo? Se van a llevar una sorpresa
16/12/09 6:23 PM
Nerea
¿Y qué importan los antecedentes mientras lo que publiquen de él ahora esté bien?
16/12/09 6:39 PM
Ezequiel
Los antecedentes no son de hace 30 o 40 años, son de ahora, revísenlos
16/12/09 11:22 PM
¿Cuáles son esos antecedentes? Dé alguna pista al menos.
17/12/09 11:17 AM
Ezequiel
Apoyo al aborto, a la experimentación con embriones humanos, calumnias a los movimientos y realidades eclesiales así como a distintos obispos, cardenales, etc.
17/12/09 2:05 PM
¿Y cuándo y dónde defendió todo eso? En serio, me interesaría mucho saberlo. En la red no he encontrado nada. ¿Algún libro, entrevista, etc? Saludos.
17/12/09 4:46 PM
Ezequiel
Hay que leer pacientemente todos los artículos
17/12/09 6:21 PM
¿No le gusta lo que sale aquí?

http://chiesa.espresso.repubblica.it/movimenti_cattolici?eng=y
17/12/09 11:24 PM
Ezequiel
no puedo acceder al artículo
18/12/09 12:33 PM
Ezequiel
Entré al link y, por los títulos, me reafirma en mis apreciaciones. Lo único que hace es destilar odio
18/12/09 6:21 PM
Kintín
personalmente, ami, me parece que el titular del artículo roza la herejía; pretender conocer o saber "las razones de Dios" es de una soberbia digna del más necio de los seres pensantes.
20/12/09 11:44 AM

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