Podría parecer que les estoy contando una pesadilla

Estoy escribiendo (un poco sin ganas), como un acto de cariño para todas aquellas personas que han rezado por mí y que han estado preguntando por mi salud. Pido una disculpa por no escribir antes, pero estaba demasiado traqueteada y amolada para hacerlo.

Estoy escribiendo (un poco sin ganas), como un acto de cariño para todas aquellas personas que han rezado por mi y que han estado preguntando por mi salud. Pido una disculpa por no escribir antes, pero estaba demasiado traqueteada y amolada para hacerlo.

Les cuento: El domingo 7 de diciembre tuve una cirugía (la quinta en cuatro meses) que duró más de diez horas. Una cirugía larga, delicada y difícil, porque sabrán que así es como los cirujanos oncólogos hacen sus intentos para curar el cáncer: Primero, rebanan el pedazo de carne en donde están alojadas las células cancerosas, lo retiran y luego cortan carne sana de otro lugar del cuerpo, para con ella, rellenar el hueco que dejaron anteriormente.

Suena horrible y es más horrible de lo que suena. ¿Para qué decirles que no?

La operación fue aparentemente exitosa. Sin embargo, pasadas 36 horas, mi cuerpo rechazó el implante (que era de mi misma carne) el cual se puso morado, casi negro, totalmente muerto, necrosado y putrefacto y el cirujano tuvo que retirarlo de emergencia el martes 9, en una nueva cirugía en la que rebanaron más carne de otro sitio, y ya se imaginarán… pérdida de sangre… debilidad acumulada y la necesidad de un par de transfusiones.

Ahora estoy literalmente tasajeada en el pecho, en el vientre y en la espalda, como si me hubiera batido en duelo contra los tres Mosqueteros. Además, tengo varios agujeros profundos (muy profundos) en los lugares donde estaban las sondas y el catéter. Y también ampollas y moretones en brazos y piernas por las curaciones e inyecciones.

Con una descripción tan tétrica… podría parecer que les estoy contando una pesadilla.

Pero no. No fue tan malo, gracias a cuatro circunstancias:

1. Mi familia. Fue bien consolador tener a Emilio conmigo en todo momento y a mis hijos, que generosamente estuvieron sacrificando su tiempo y sus deberes para quedarse por ratos conmigo en el hospital en lo que pasaban los momentos de gravedad.

2. Ustedes. Me dieron suficientes motivos para ofrecer estas molestias y muchas más. En las noches de insomnio que pasé en el hospital, los nombres y rostros de las personas que pusieron a mi cuidado pasaron por mi mente una y mil veces y pedí por ellas ante Dios: Paquito, María, Andrés, Eduardo, Francisco, Pedro, Juan, Joaquín, Sara, Luisa, Ana Paula... los matrimonios en problemas, los hijos que han perdido la fe, los hermanos que se han peleado, las mamás que están solas, los cristianos perseguidos, el Papa, los Franciscanos de la Inmaculada, el Regnum Christi, los obispos infieles… Todas sus intenciones me hicieron estar muy entretenida y tranquila. Mientras rezaba mucho y dormía poco en aquellas noches largas, me preguntaba qué sería de los enfermos que no saben rezar… ¡ha de ser espantoso! De verdad, el recurso del rezo fue super pacificador y consolador. Gracias por los motivos que me dieron!

3. Sacerdotes santos y buenos amigos que me fortalecieron espiritual y corporalmente llevándome la gracia de los sacramentos (Confesión, Unción y Eucaristía) y con su donación de sangre. ¡Gracias, P. Carlos, P. Juan, José Luis, Armando, Diego, Viri, Mariana, Rodrigo...!

4. Un librito que me regaló mi tío Agustín Agustin Rego Espinosa y que se llama «El Abandono de sí mismo en la Providencia Divina, mirado como el medio más fácil para santificarse». Estuve meditando en su contenido desde unos días antes de la operación, durante los días de hospital y aún continúo saboreándolo. Es delicioso recordar que estamos en las manos de un Padre Bueno y Todopoderoso y que todo lo que Él permite es, simple y sencillamente, lo mejor. Recordar que los tiempos de Dios son perfectos, que sus estilos son perfectos, que sus modos son perfectos. Con esos recuerdos, ya no queda momento para quejas o reclamos, sino sólo agradecimiento en medio de un abandono tranquilo y sereno en sus manos amorosas.

Bueno… no vayan a pensar que soy super santa y que ha sido fácil todo. ¡No! También he tenido mis momentos de quejumbres (¡pobre marido mío!), pero el librito también me ha ayudado a darme cuenta de que muchas veces creemos que a Dios no le va gustar lo que le ofrecemos porque no se lo estamos ofreciendo de manera perfecta. Y es al revés: Dios permite esas imperfecciones en la entrega para que nos hagamos humildes y nuestra entrega pueda ser perfecta. Parece trabalenguas, pero es tema de meditación.

En fin… para los que han preguntado, eso: Estoy tasajeada; hinchada (muy, muy, muy hinchada por la cortisona); cansada, bastante; calva, por supuesto… Pero voy mejorando cada día.

Ayer ya me quitaron las sondas, drenajes, grapas y puntadas, lo cual me alivianó bastante el peso.

Pronto, si Dios así lo quiere, las heridas cerrarán y empezaré poco a poco a hacer mi vida de costumbre. Confío en que podré celebrar la Navidad como Jesús lo merece (estando alegre, entusiasta, servicial, elegante…), pero si Él opina que es mejor que siga amolada, pues… entonces será eso lo mejor.

Que Dios les llene de bendiciones.

Sigo ofreciendo las pequeñas molestias (que cada día son menos) por las lindas intenciones que me compartieron.

 

Lucrecia Rego de Planas es fundadora, escritora y consultora en Catholic.net Inc

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21 comentarios

voy
"No es don menor la enfermedad que la salud" Lo enseña San José de Calasanz parafraseando a los Sapienciales. De usted , Señora, recuerdo cómo, usted escribía, que su hijo de 6 años entendíó perfectamente lo horrendo del aborto y la eutanasia, según usted le explicaba, y cómo los sesudos políticos y médicos aborteros, no. Me caló mucho esa demostración. Rezo contigo y pide por mí a la Virgen María.
20/12/14 11:49 PM
Alejandro
Lucrecia:

Me conmovió tu testimonio. Voy a rezar por tu pronta recuperación.

¡Que el Señor te bendiga!
21/12/14 12:25 AM
Ricardo de Argentina
Otro que desde hoy rezará por tí.
21/12/14 1:00 AM
Benjamin Saez
Lucrecia: Gracias. La Virgen Inmaculada te asista y de fortaleza en todo momento. Rezamos por tí.
21/12/14 3:55 AM
Mariana
Lucrecia, ni nos conocemos pero rezaré mucho por ti. Aún me da vueltas la cabeza un artículo tuyo que leí hace algún tiempo en catholic net donde platicabas de los métodos naturales para planificar la familia, y que a veces son muy crueles porque cuando ovulas es cuando más ganas te da y de plano hay que hacerse la dormida para no caer...jejeje. Es que yo lo llevo muy convencida (mi pobre marido no tanto, pero no le queda de otra), pero también luego me pregunto si no estaré loca... Que Dios te guarde y te cuide a ti y a tu familia. No cabe duda que a quien más quiere el Señor más le comparte su cruz.
21/12/14 8:38 AM
Silveri Garrell
Lucrecia: te deseo que salgas bien de esta que mucho te lo mereces por tu gran trabajo cristiano y por tu gran familia. Santas Navidades.
21/12/14 9:27 AM
Tomás Bertrán
Lucrecia, un saludo de tu viejo conocido Tomás. Ya ves, sigo adelante.
Entiendo tu proceso. A mí me operaron hace cinco años de un cáncer de colon. Me quitaron el extraterrestre que llevaba dentro y por ahora sigo vivito y coleando. No te preocupes, que somos más duros que los tres mosqueteros.
También tuve momentos en que el hombre viejo afloraba, y eso que todo mi proceso lo ofrezco y lo ofrecí por todos mis seres queridos (desde familia a todos los que he conocido, amigos y enemigos, pasando por mediopensionistas), y es que somos de barro. La ventaja es que tenemos un Padre, un Hermano y un Espíritu, en fin, un Dios, que como nos creó Él sabe de qué material estamos hechos. Sé, porque también me pasó a mí, que tuviste y tienes momentos de abandono casi martirial en Dios, y momentos en que rogabas que pasara de ti este cáliz. Y es que no somos de acero inoxidable. Y como médico que soy, te diré que los médicos, a veces, somos un poco molestosos. Mi padre me decía que si tenía un hijo que me saliera tonto, que no me preocupara, que lo hiciese médico y todo arreglado. Eso es lo que hizo conmigo.
Sabes que rezo por ti, y por todos, todos-toditos (tú ya me entiendes) los que he conocido, conozco y conoceré, aunque a veces, hombre viejo, instintivamente me sale un ¡mecachis! al acordarme de alguno.
Y por tu cuerpo no te importe. Sigue siendo Templo del Espíritu Santo. Y en el cielo tendrás un cuerpo que ríete de la Miss de México. ¡Sursum corda!.
21/12/14 10:34 AM
Gregory
Que el Señor te bendiga y pido por tu curación como por tu familia
21/12/14 1:38 PM
José Miguel Arráiz
Dios la bendiga y la haga recuperarse prontamente. Cuente con mis oraciones.
21/12/14 3:23 PM
Jorge de Argentina
Sra. Lucrecia admiro su fortaleza y valentía en momentos tan difíciles, va mi oración por usted y su pronta recuperación y se que Jesús esta con usted porque la ama, un saludo y que Dios la bendiga y la cuide!!!.
21/12/14 4:38 PM
Beatriz Mercedes Alonso (Córdoba - Argentina)
Hola Lucrecia.

No creo que te acuerdes de mí, pero yo supe comunicarme hace tiempo por e-mail privado, citándote unas palabras de Santa Teresa de Jesús.

Desde ya puedes contar con mis oraciones, para que todo lo que estás pasando lo pases CON MUCHA PAZ Y CONFIANZA EN EL SEÑOR, QUE -lo sabes muy bien- NO FALTA NUNCA.

Te pido que me agregues a tus oraciones porque yo también estoy recorriendo un camino semejante al tuyo, aunque con una sola operación (el 22 de abril) y ya me olvidé de las molestias de la quimio. No va a pasar mucho tiempo para que ni recuerdes todo lo que estás pasando hoy Y CUÁNTAS ALMAS HABRÁN SALIDO FAVORECIDAS CON EL OFRECIMIENTO DE TU SUFRIMIENTO.

Que Dios te bendiga y la Santísima Virgen María y San José te protejan siempre.
21/12/14 5:38 PM
JORGE RODRIGUEZ
No tengo el placer de conocerte, pero te tendré presente en mi oración diaria. Dios es Todopoderoso. Yo mismo espero un milagro de su parte.

Un abrazo del alma.
21/12/14 8:54 PM
Mariano
Que Dios y los que te conocemos por tus escritos, fotos, etc. te mostremos nuestro amor y cariño orando por tu recuperación. Que nos de una vida feliz y larga como Él nos prometió si honramos a nuestros padres.
22/12/14 12:19 AM
Isabel
Que El Señor la fortalezca y le dé paz en estos difíciles momentos por los que está atravesando.

Que pase una feliz Navidad acompañada de todos sus seres queridos, y que el próximo año le traiga mejoría en sus molestias, y salud.

Dios la bendiga.
22/12/14 1:23 AM
Adriana
No te conozco pero agradezco tu testimonio..rezo por ti, porque seas fortalecida en el Señor, reza por mi, un abrazo
22/12/14 3:35 AM
Mariano
La cita (entre otras similares) es Deuteronomio 5,16.
22/12/14 2:58 PM
María de los Ángeles
Dios la bendiga señora Lucrecia.
Rezaré por usted.
22/12/14 7:47 PM
Enrique G. B. A.
El Señor te ampare en el seno de sus llagas de redención, bajo la mirada amorosa de su Madre, la Siempre Virgen María.
23/12/14 3:45 PM
Charo
Yo tampoco te conocía, Lucrecia. Rezaré por tí desde hoy, que Dios te bendiga.
Yo también lo estoy pasando mal por una complicada operación de columna, aunque no tan dura como las tuyas, y tu testimonio me ha dado fuerza. Gracias.
24/12/14 1:30 PM
IRMA
LUCRECIA: Por alguna razón el Señor me permitió entrar a esta página y leer tu testimonio y créeme que me he quedado helada y no creo que sea el frillazo que está haciendo, aveces uno se olvida que tiene hermanos sufriendo tal o cual situación sobre todo en estas fechas que aunque no quieras te vuelves un poco materialista y egoísta pensando en todo menos en lo que Jesús quiere,yo he vivido muchas situaciones angustiosas donde el Señor ha hecho milagros, la sanación del corazón de mi hija después de una intensa oración de sanación frente al Santísimo Sacramento, el volverme de la muerte a otra de mis niñas cuando solo tenía tres años de vida y entre otras bendiciones,y así muchas veces lo olvido y le doy la espalda y esas enfermedades de las que nadie está excento y sobre todo en estos tiempos como por la que tú estas pasando son para que abramos nuestro corazón y elevemos una oración por aquellos que sufren enfermedad, persecución, maltrato, hambre (etc), y no solo los regalos y las fiestas, esto me ha hecho refleccionar no sabes de qué manera, eres el Ángel que hoy me habló para despertarme de ese sueño en el que el enemigo me envolvía, aveces no entendemos el idioma en que Dios nos quiere hablar, y por medio de enfermedades es cuando mas nos acordamos de El y es lo quiere, y nos ama tanto que nos da esos paréntesis en nuestra vida para que refleccionemos si esque le hemos fallado y tengamos tiempo de arrepentimiento, QUE DIOS TE GUARDE Y TE SANE PRONTO, te lo digo de cor
24/12/14 6:57 PM
Santiago Maldonado
Jamas pensaría que eres santa, te conozco y platiqué contigo varias veces, se la poca caridad que tienes (la real caridad, no dientes para fuera y no para apaciguar tu conciencia o sentirte buena), lo demostraste atacando alas víctimas del P. Maciel. Ya deja de autoengañarte, acepta lo que eres. Conócete.
16/04/15 9:05 PM

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