Hablemos en cristiano
Stephen McFadden en Unplash

Hablemos en cristiano

Por la boca muere el pez. Tengamos cuidado de que por la boca no muera también nuestra fe: hablemos en cristiano.

Las palabras tienen una gran importancia. Por eso la Iglesia se ha preocupado siempre de que los términos que utiliza reflejen fielmente la Revelación de Dios y sean en lo posible los consagrados por la Escritura y la Tradición.

Por desgracia, de forma paralela al proceso de secularización, se ha ido introduciendo entre los católicos el gusto por usar cada vez más términos profanos y modernos para hablar de realidades de fe. Como niños inseguros y acomplejados que imitan a los más populares del colegio hasta en la forma de hablar, intentamos comprar la aprobación del mundo pareciéndonos lo más posible a él.

Así, hablamos amor cuando muchas veces deberíamos hablar de caridad, decimos opinión en lugar de decir fe y deseamos el optimismo cuando deberíamos pedir la esperanza. No se nos cae de la boca el diálogo cuando habría que hablar de evangelización y pensamos con categorías de progresismo o conservadurismo cuando las correctas serían ortodoxia y heterodoxia. Decimos valores en lugar de virtudes, salir con alguien como un pobre sustituto de noviazgo, ecologismo en vez de creación, acompañamiento en lugar de conversión o situaciones irregulares para no tener que decir adulterio. De forma muy especial, hablamos de cualquier cosa con tal de no hablar del pecado, de la muerte, del Juicio, del infierno y, sobre todo, de la Cruz de nuestro Señor Jesucristo, escándalo para los judíos y necedad para los gentiles.

El problema es que, con las palabras paganas que salen de nuestra boca, se ha ido introduciendo en nuestra mente la visión pagana del mundo sin que nos diéramos cuenta. De tanto hablar de diálogo, perdemos la urgencia por evangelizar; evitamos la incomodidad de decir adulterio porque así es más fácil pensar que en realidad todo da igual; si no hablamos nunca de la Cruz, el sufrimiento se nos convierte en un sinsentido que hay que evitar a toda costa. Nos hemos paganizado.

El mismo Cristo ya nos lo advirtió: quien se avergonzare de mí y de mis palabras, de él se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria. Por la boca muere el pez. Tengamos cuidado de que por la boca no muera también nuestra fe: hablemos en cristiano.

 

6 comentarios

JSP
1. Pues, me parece que habría que reeditar algunos términos en los documentos del CV II.
2. Por ej. : "hermanos separados" en lugar de herejes; Pueblo de Dios en vez de Cuerpo de Cristo = "Iglesia como Pueblo de Dios": la Constitución Lumen Gentium define a la Iglesia como el Pueblo de Dios, lo que puede interpretarse como un concepto unitario o como una diversidad de comunidades locales; "Iglesia en el mundo actual": la Constitución Gaudium et Spes aborda el papel de la Iglesia en la sociedad, lo que puede interpretarse como un compromiso con los cambios sociales o como una postura de neutralidad; "Ecumenismo" el Decreto Unitatis Redintegratio promueve el ecumenismo, pero no define claramente la naturaleza de este proceso ni las metas a alcanzar; "Libertad religiosa": la Declaración Dignitatis Humanae declara la libertad religiosa, pero no define claramente los límites de esta libertad; "Comunión": la Constitución Lumen Gentium utiliza el término "comunión", lo que puede interpretarse como una unidad espiritual o como una autoridad jerárquica; "colectividad de los obispos" en la Constitución Lumen Gentium que puede interpretarse como una autoridad conjunta o como una autoridad individual de cada obispo.
3. Otros: "iglesia conciliar" en vez de Iglesia Católica; "iglesia sinodal" en vez de Iglesia Apostólica; etc.
11/06/25 4:34 PM
M. Angels
Así es. Diagnóstico certero.
11/06/25 8:18 PM
John
No hay más que decir, todo está claro.
11/06/25 9:12 PM
Juan Argento
El tema con el uso de la palabra "amor" es que ya en la Vulgata el término griego "agape", que es de lo que estamos hablando (*), no es traducido consistentemente sino que algunas veces es traducido como "dilectione" (por ej. Jn 15,10) y otras como "caritas" (por ej. I Cor 13,4). Por lo que parece legítimo que las traducciones de la Biblia al español usen también dos términos, "amor" y "caridad". Concretamente, en todas las traducciones de la Biblia que he visto las dos instancias de "agape" en Jn 15,10 son traducidas como "amor".

(*) En griego hay 4 palabras distintas para los distintos tipos de amor:
- agape = caridad (antes del cristianismo: deseo del bien de una persona por sí mismo, no motivado por una expectativa de reciprocidad),
- eros = amor de pareja,
- philía = amistad,
- storge = amor de familia (consanguínea).
11/06/25 11:23 PM
Agape
Gracias Infocatólica por este artículo.
Somos de Cristo, hablemos en cristiano.
12/06/25 9:13 AM
Anónimo toledano
Bravo por JSP!!!Lo has clavado!!
12/06/25 6:53 PM

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