«Vividores», ese es el llamativo nombre de un proyecto singular que ha sido presentado en el 22º Congreso Católicos y Vida Pública. Un proyecto que resume muy bien la filosofía y contenido nuclear de ese Congreso, celebrado hace sólo unos días en Madrid, y que adoptó el título de ¡El momento de defender la Vida!: Vividores recoge el testimonio y la experiencia de personas que, en virtud de sus circunstancias vitales, podríamos considerar objetivo y justificación de una ley de eutanasia como la que se ha planteado por el Gobierno. Sin embargo, lo que estas personas transmiten en una intensa alegría de vivir, una maravillosa capacidad para vivir la vida que a otros pudiera parecer desgraciada y menguada. No son en absoluto vidas fáciles, sí vidas llenas de sentido y de amor recibido y devuelto con creces.
Este Congreso ha permitido reunir a demógrafos, juristas, historiadores, médicos de distintas especialidades, activistas provida y profamilia, periodistas y comunicadores para tratar sobre la promoción, el cuidado y la defensa de la vida humana en el mundo actual, y más específicamente en España. Las 28 conclusiones que conforman su Manifiesto, ordenados en siete rotundos Síes (a la vida humana del concebido no nacido, a la maternidad, a la familia, a la vida en momentos de vulnerabilidad, al evangelio de la vida, a la vida en los medios de comunicación y a la cultura de la vida), conforman una respuesta de alcance total a los grandes retos que en esta materia acosan a nuestra sociedad: desde el gravísimo problema de la catástrofe demográfica a que estamos abocados, hasta la consideración de la eutanasia como remedio inconfesable al envejecimiento que de ella resulta; desde el acomodamiento ante el aborto a la devaluación de la maternidad, perdida ya su alta estima social, y a la cada vez más profunda crisis de la familia como única institución con capacidad para generar vida y protegerla; de la insensibilidad social hacia estos graves asuntos a la hostilidad de los medios más influyentes a todo lo que signifique lucha y movilización para quebrarla...
El 22º Congreso Católicos y Vida Pública ha sido, pues, un encuentro de «vividores», de gente que, como termina el Manifiesto, «frente a la cultura de la muerte y superándola, nos declaramos apasionados descubridores y defensores de la belleza, del misterio, del significado y del milagro presentes en cada vida humana».
Publicado originalmente en El Diario de Sevilla