Y no se ha enterado. ¡Mecachis, si es que está usted en la Luna de Valencia!
¿Qué hacer si el hombre al que has aceptado como mesías, profeta, rendentor o gurú anuncia el fin del mundo para una fecha concreta y el cataclismo no se produce?
Es lo les ha ocurrido a unos sectarios, miembros de Creciendo en Gracia. Por el excelente blog RIES, dedicado al estudio de las sectas y llevado por el padre Luis Santamaría del Río, me entero de que en Honduras muchos miembros de este culto, cuyos miembros se tatúan el número de la Bestia para señalarse como elegidos, esperaban el fin del mundo y la desaparición del cristianismo para el sábado pasado, y llegaron a dejar sus empleos.
El cataclismo o la buenaventura, según se mire, no se produjo y ahora los sectarios están desorientados y las autoridades hondureñas parece que van a iniciar acciones legales contra Creciendo en Gracia y su fundador y propietario, el puertorriqueño José Luis de Jesús Miranda.
Pese a la televisión, pese a la alfabetización, pese a la escolarización obligatoria, pese a los asistentes sociales, pese a los millones de graduados universitarios, pese a Internet, la gente sigue siendo tan crédula -o más- que en la época del Imperio romano, cuando los cultos egipcios arrasaban en la corte de los césares.
Y eso que ya estábamos avisados:
«Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir» (Mateo 25:13)
Y en la segunda Epístola de San Juan se nos pone en guardia contra los falsos doctores:
«Muchos seductores han salido al mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Ese es el Seductor y el Anticristo. Cuidad de vosotros, para que no perdáis el fruto de nuestro trabajo, sino que recibáis abundante recompensa. Todo el que se excede y no permanece en la doctrina de Cristo, no posee a Dios. El que permanece en la doctrina, ése posee al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros y no es portador de esta doctrina, no le recibáis en casa ni le saludéis, pues el que le saluda se hace solidario de sus malas obras.»
Si no sabemos la hora de la venida de Cristo, menos se sabrá la de cualquier servidor de Satanás.
Pedro Fernández Barbadillo
CODA: Una de las pifias del Diccionario de la RAE es la introducción del término Cienciología, lo que esta (póngase aquí la palabra que se desee) está usando como reconocimiento. ¡Un bravo para los académicos!
Publicado originalmente en Bokabulario