León XIV: Alegría y esperanza

Queridos lectores, como todos ustedes ya saben, la semana pasada tuvo lugar la elección de nuestro nuevo Papa, León XIV. Ruego me disculpen por no haber escrito antes sobre este estupendo tema, pero circunstancias personales me lo han impedido. No obstante, el hecho de que hayan pasado unos días también me ha permitido pensar, contemplar, escuchar y leer cosas varias y muy interesantes sobre el nuevo Papa. Ahora deseo pronunciarme yo al respecto.
Lo primero que debo decir es que comparto, plenamente, la alegría y esperanza generadas, en muchos católicos, por la elección del papa León XIV y por sus primeros gestos y palabras. Resulta claro que la Iglesia necesita al Romano Pontífice, por lo que siempre es una gran alegría que la Sede de San Pedro deje de estar vacante y los católicos tengamos nuevo Papa. Asimismo, también a mí me agradó mucho ver al nuevo Papa aparecer en el balcón de San Pedro revestido con muceta y estola, así como saber que ha tomado la decisión de residir en el Palacio Apostólico. Decisiones y gestos, todos ellos, que, para mí, tienen importancia y que me han parecido muy inteligentes. No es falta de humildad, sino todo lo contrario, que un Papa se revista adecuadamente como Papa y resida donde era ya tradición que residieran los Papas. El cargo es que el que es y, en mi opinión, conlleva todo ello y lo merece.

Queridos lectores, como ustedes bien saben, el deseo de ser feliz es algo que se encuentra impreso en la naturaleza humana. No creo que exista un solo ser humano que, en el fondo de su corazón, no aspire a ser plenamente feliz. Y esto, con independencia de que la persona sea mejor o peor. Siendo, pues, esta nuestra naturaleza, la cuestión sobre cómo ser felices no es, para nada, baladí. ¿Cómo lograrlo, pues? Veámoslo.
Queridos lectores, la primera vez que, hace muchos años, leí las palabras del Evangelio de San Mateo que encabezan este post, recuerdo que me causaron una impresión profundísima. No es para menos… Por lo que significan y por Quién las dijo. Reproduzcamos íntegro el versículo que las contiene:
Queridos lectores, espero me disculpen por abordar, en este artículo, un tema seriamente desagradable, al igual que ha sucedido en los dos posts anteriores. Sin embargo, estos son nuestros tiempos… Tras





