InfoCatólica / In hoc signo vinces / Categoría: General

26.02.25

La extrema bondad de Dios (I)

Queridos lectores, en mi artículo anterior sobre la Filiación Divina de Jesús, afirmaba yo que Cristo tiene derecho a ser amado, adorado y servido por todos los hombres y todas las naciones por ser Quien es y por todo lo que ha hecho por nosotros. Ahora bien, ¿Sabemos de verdad todo lo que Cristo ha hecho por nosotros?

Pues verán, yo soy de la opinión de que sabemos, al menos, parte de lo que el Señor ha hecho por nosotros. No obstante, también creo que no lo sabemos todo; y que lo que conocemos no lo conocemos en toda su profundidad. Siempre podemos aprender aspectos nuevos sobre esta cuestión, ya que el amor de Cristo, como Dios que es, es infinito. Sin duda, será en el Cielo donde – si llegamos allí y tengo esperanza en que así sea – podremos contemplar y gozar el amor de Dios a un nivel que en la Tierra nos resulta imposible. No obstante, ya en esta vida, Cristo quiere que sepamos que nos ama muchísimo, infinitamente; lo cual es lógico, pues a todos nos pasa que, cuando queremos mucho a alguien, queremos que esa persona lo sepa y deseamos correspondencia. Al Señor le sucede lo mismo (no en vano hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios). Por eso, es muy bueno contemplar la vida de Cristo, para profundizar, entre otros, en este aspecto; y, por ende, en el amor infinito de Dios, Uno y Trino.

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24.02.25

Jesucristo, Hijo de Dios

Estimados lectores, como les comentaba en mi anterior post, comenzamos la andadura del blog con mi primer artículo, que, naturalmente, no puede estar dedicado a otro tema que no sea Nuestro Señor Jesucristo. No saben la alegría tan grande que me produce escribir en público, por vez primera, un artículo sobre Nuestro Señor; pues escribir sobre alguien a quien se ama mucho siempre es un gran gozo y Jesucristo, permítanme que se lo diga a ustedes, es toda mi vida. Les aseguro que no será la última vez que lo haga, porque las cosas buenas que se pueden decir sobre Cristo no tienen fin, es para empezar y no parar. Lo iremos haciendo.

Cierto es que podría centrarme en la Santísima Trinidad, pues Dios Padre y el Espíritu Santo reciben la misma adoración y gloria que el Hijo y nuestras almas pertenecen a Dios, Uno y Trino. No obstante, ha sido Voluntad del Padre que la Redención haya tenido lugar por medio del Hijo, a través del cual se nos revela el Padre: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por Mí” (Jn 14, 6), “El que me ha visto a Mí ha visto al Padre” (Jn 14, 9). La culminación de la revelación de Dios al hombre se produce en Jesucristo y una de las misiones del Espíritu Santo es, precisamente, recordarnos todo lo que el Hijo, Verbo de Dios encarnado, nos ha dicho (Jn 14, 26). Permítanme, por tanto, que, en esta ocasión, me centre en la Segunda Persona de la Santísima Trinidad.

Sucede, además que, recientemente, el cardenal Koch, Prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, ha puesto de manifiesto que “en la Iglesia ha vuelto el espíritu de Arrio”.

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21.02.25

Muchas gracias, InfoCatólica

Estimados lectores de InfoCatólica, encantada de saludarles a todos y, de forma especial, a los Colaboradores blogueros de este estupendo medio. Comienza la andadura de este mi blog, que inicio en InfoCatólica con la ilusión y el deseo que manifiesto en mi perfil: Servir a los intereses de Jesucristo. Para ello, lo primero que procede es agradecer a InfoCatólica la oportunidad de escribir en este importante y conocido portal católico, que acoge mi blog a partir de hoy (y Dios quiera que sea por mucho tiempo, pues tal es mi deseo). Muchas gracias, pues, a su Consejo Editorial, a Juanjo Romero, su Director y a Luis Fernando Pérez Bustamante, su Redactor Jefe. Me siento muy honrada por la confianza que todos ellos han depositado en mí y espero que el blog responda a sus expectativas. Y a las mías. Y, sobre todo, a lo que el Señor desee que sea este blog, que lleva el nombre de «In Hoc Signo Vinces», el lema que fue revelado por el Cielo al emperador Constantino antes de la batalla del Puente Milvio, para que empleara la señal de la Cruz como estandarte para afrontar esa batalla, con la promesa de su segura victoria en ella, como, efectivamente, ocurrió. Adopto, pues, dicho lema para el blog en homenaje a la Santa Cruz, señal del cristiano e instrumento de salvación y esperanza en la victoria de Cristo, Señor de la Historia.

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