Las negociaciones sobre el Valle de los Caídos
Queridos lectores, nuevamente, la actualidad se impone, a la hora de escribir mi siguiente post. Todos ustedes, sin duda, conocen ya la noticia sobre la filtración de las nuevas negociaciones sobre el futuro del Valle de los Caídos, ya saben: Esa maravilla arquitectónica y religiosa levantada por el Generalísimo Franco y sobre cuya construcción se han dicho multitud de mentiras horrendas (recomiendo, a todo el que quiera conocer la verdad al respecto, la lectura de la obra del profesor D. Alberto Bárcena, titulada “Los presos del Valle de los Caídos”, de la editorial San Román; el profesor Bárcena es el mayor experto que existe sobre este tema).
Tal como expone la noticia, la Archidiócesis (Arquidiócesis, en Hispanoamérica) de Madrid ha confirmado que esas negociaciones están teniendo lugar y ha lamentado su filtración; olvidando, seguramente, la advertencia de Nuestro Señor: “No hay nada oculto que no llegue a descubrirse, ni nada secreto que no llegue a saberse” (Mt 10, 26); sobre todo, en relación a este asunto; pues, en el momento que el Gobierno interviniera en el Valle de los Caídos sin que la Iglesia hiciera, ni dijera nada, sería fácil suponer que han existido negociaciones al respecto y hubiera comenzado a investigarse sobre ello. Por tanto, la verdad no hubiera tardado en salir a la luz, en cualquier caso.
Realmente, la actitud de la Iglesia Católica en torno a este asunto viene de lejos. Ya en vida del Generalísimo Franco, durante el Pontificado de San Pablo VI y tras el Concilio Vaticano II, la Iglesia comenzó a distanciarse del régimen creado por el Caudillo. Un régimen confesionalmente católico, que reconocía el Reinado Social de Cristo y que procuró siempre legislar conforme a los valores del Evangelio, en bien de todos los españoles. Bien dijo San Juan XXIII sobre Franco, en 1960, lo siguiente: “Promulga leyes católicas, ayuda a la Iglesia, es un buen católico… ¿Qué más quieren?”. Dicho Papa, además, fue el que elevó la iglesia del Valle a la categoría de basílica menor, en ese mismo año. Yo no tengo duda de que el referido distanciamiento de la Iglesia respecto a Franco – a mi modo de ver, gravemente injusto – causó un gran sufrimiento al Caudillo, esto es, al hombre que, liderando el bando nacional durante la guerra civil española, había salvado a la Iglesia en España de su total exterminio físico y que, después, la protegió y apoyó todo lo que pudo durante el resto de su vida.
El hecho es que, en el momento inmediatamente posterior a la muerte de Franco, los Obispos españoles llenaron de elogios su figura, para, poco después y salvo escasas excepciones, apoyar la creación de un nuevo régimen absolutamente enemigo del régimen de Franco y de todo cuanto Franco defendió: Los intereses de Jesucristo y de España. Creación auspiciada y promovida por aquél que Franco, con gravísimo error, había elegido como su sucesor y que, por sus obras, se ha manifestado como un perjuro acérrimo y uno de los mayores traidores de la Historia de España. Viendo los frutos amarguísimos que ha generado el actual régimen español, creo que todo esto es innegable.
Tras esto, la realidad es que la Jerarquía de la Iglesia Católica ha permitido durante décadas, sin despeinarse lo más mínimo, que la memoria del Generalísimo Franco haya sido pisoteada y arrastrada por el fango de la manera más brutal e inmisericorde y que la herencia institucional y social de Franco, en buena medida, haya sido destruida, como si todo este asunto no fuera con ella; esto, ya durante los Pontificados de San Juan Pablo II y Benedicto XVI. Hasta el punto de llegar a autorizar la profanación de la tumba del Caudillo en el año 2019, por decisión del papa Francisco y del cardenal Parolin y con el silencio ominoso de los Obispos españoles.
Visto todo lo anterior, yo tengo claro que, actualmente, el Valle de los Caídos a la Santa Sede le importa un bledo. Y a los Obispos españoles tampoco les importa demasiado, creo yo. Sinceramente, me hubiera extrañado mucho que la Jerarquía de la Iglesia hubiera defendido la integridad del Valle, para qué les voy a mentir. No sé en qué parará, finalmente, la negociación entre la Iglesia y el Gobierno español, pero no espero nada bueno de ella. No en vano, el difunto cardenal Amigo manifestó en el año 2010, con total sinceridad, el que yo creo que es uno de los motivos de la actitud de la Jerarquía de la Iglesia en todos estos años, respecto al asunto que nos ocupa: “En las relaciones Iglesia-Estado, ninguna de las partes quiere complicarse la vida”.
Está claro el asunto, ¿No? La Jerarquía de la Iglesia no quiere complicarse la vida frente al Estado en España. En esto, creo que el Cardenal decía la verdad, visto lo visto. Ahora bien, respecto a la actitud del Estado español, pienso que Su Eminencia se equivocaba gravemente. Porque el Estado sí está muy dispuesto a complicarse la vida para combatir a Jesucristo y a la Iglesia Católica. Lleva haciéndolo desde que el régimen del 78 comenzó su andadura, aunque ha estado maniobrando de manera mucho más astuta que durante la II República; pues ya no busca generar mártires católicos, sino apóstatas. Satanás no es idiota, ¿Saben? Así, el régimen del 78 ha logrado, en buena medida, destruir el alma católica de España, a golpe de promulgar leyes corruptoras y criminales, generar una incesante propaganda anticatólica y procurar hundir en la mentira y la ignominia el régimen de Franco, por cuanto era un régimen católico. Insisto: Porque era un régimen católico; no porque Franco fuera, como afirman incesantemente sus enemigos, un “dictador”. A los enemigos de Franco los dictadores les importan un rábano, siempre que sean de su “cuerda” ideológica. No obstante, han logrado que buena parte del pueblo español piense que ser demócrata es equivalente a ser antifranquista e, incluso, de izquierdas o separatista, lo cual es falso. Verdaderamente, lo que esta gente odia de Franco es que era católico y que les paró los pies en la guerra civil española, manteniéndoles, después, a raya durante lo que le quedó de vida. No se lo perdonan.
¿Debe la Iglesia Católica, a todos los niveles, defender la herencia y la memoria del régimen de Franco y el Valle de los Caídos? La Iglesia Católica debe defender, siempre, la verdad y la justicia y proceder conforme a ellas. Creo que la Iglesia Católica, a nivel de Jerarquía y de muchos laicos españoles, lleva décadas comportándose de forma injustísima e ingratísima respecto a aquél que la salvó de su total exterminio en España, devolviéndole todo y protegiéndola y escuchándola siempre. Se equivoca aquella parte, nada desdeñable, de los católicos españoles, que piensa que los ataques a Franco y su régimen y al bando nacional no van con ella; pues, he de insistir, el odio de los partidos del régimen del 78 hacia Franco se debe a su condición de gobernante católico. Nunca lo han dicho, ni lo dicen abiertamente, aún, porque consideran que no les conviene. Las tinieblas odian la luz, ya lo advirtió Nuestro Señor.
La Iglesia Católica, con todo respeto y amor lo digo, no debe temer a los hombres, sino a Dios. Y debe recordar siempre el mandato de Nuestro Señor Jesucristo: “Buscad, pues, primero, el Reino de Dios y su Justicia y todas estas cosas se os darán por añadidura” (Mt 6, 33). No es lícito sacrificar la verdad y la justicia en pro, por ejemplo, del bienestar material de la Iglesia. Yo comprendo que la persecución que tuvo lugar hace ochenta años fue durísima y muchas formas de martirio, muy crueles y espantosas. Sin embargo, el Señor nos dijo: “No temáis a los que matan el cuerpo, que al alma no pueden matarla; temed, más bien, al que puede perder el alma y el cuerpo en el Infierno” (Mt 10, 28). No debemos olvidarlo.
Asimismo, me permito recordar que la democracia liberal (en el caso de España, más bien, la partitocracia que padecemos) no es un dogma de fe para los católicos. Jesucristo jamás predicó sobre la democracia y, de hecho, la única manifestación de democracia que figura en los Evangelios acabó con Cristo flagelado, coronado de espinas y crucificado. Destaca, además, el evangelista San Mateo que “los príncipes de los sacerdotes y los ancianos persuadieron a la muchedumbre para que pidieran la libertad de Barrabás e hicieran perecer a Jesús” (Mt 27, 20). Me parece un buen reflejo de lo que es, de verdad, la democracia, ahora que ya conocemos sus frutos. Al fin y al cabo, San Pablo dejó escrito lo siguiente:
“No os unáis en yunta desigual con los infieles. ¿Qué consorcio hay entre la justicia y la iniquidad? ¿Qué comunidad entre la luz y las tinieblas? ¿Qué concordia entre Cristo y Belial? ¿Qué parte del creyente con el infiel? ¿Qué concierto entre el templo de Dios y los ídolos?” (2 Corintios 6, 14-17)
En lo que al Valle de los Caídos se refiere, pues, como bien ha recordado, muy recientemente, el abogado D. Luis Felipe Utrera-Molina, la Iglesia no debe entregar la basílica y el resto de las dependencias del Valle al Estado para éste los profane, poniéndolos al servicio de la mentira y la injusticia y destrozando, si no todo, sí en parte, el precioso patrimonio cultural y religioso que contienen. Sería una infamia horrenda que así se hiciera. Además, sería inútil, como ya ha demostrado la claudicación eclesial ante la profanación de la tumba de Franco (y ante el régimen comunista chino, dicho sea de paso) y como muy bien explicó Bruno Moreno, en un magnífico post. Los enemigos de la Iglesia siempre querrán llegar más y más lejos en su odio y su combate contra Dios. Y no tienen en el punto de mira únicamente el Valle de los Caídos; también desean profanar la catedral de Córdoba y no se olvide el reciente episodio respecto a la catedral de Vitoria… Ruego, pues, a la Santa Sede y a los Obispos españoles – con especial mención del Cardenal Arzobispo de Madrid – que se esfuercen en proteger la integridad total del Valle de los Caídos y de todos los templos y tumbas cristianas. Y se lo pido, también, a la Comunidad de Madrid, cuya negativa reiterada a proclamar el Valle de los Caídos como bien de interés cultural me parece, sencillamente, escandalosa.
Finalmente, me dirijo ahora al partido del Gobierno y a sus socios parlamentarios: Todo lo que ustedes pretenden hacer con el Valle de los Caídos, además de ser una manifestación de su odio insidioso contra Dios, es, sobre todo, una manifestación de su patética impotencia. Ustedes siempre estarán en el bando perdedor, ya que contra Cristo no hay victoria posible. Atacan muchísimo la figura de Franco, al que odian terriblemente; sin embargo, Franco fue siervo, no señor. Y en él se cumplen las palabras de Cristo: “No es el siervo mayor que su señor; si a Mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán” (Jn 15, 20). Ustedes pueden hacer sufrir a los católicos durante un tiempo; pero el camino que ustedes están siguiendo solo puede conducirles al Infierno. A ustedes y a los desdichados que les sigan y hagan caso. De Dios nadie se burla y, lo crean ustedes o no, el Señor les juzgará nada más morir, como hace con todos los demás. Deberían recordarlo y apartarse de su camino de impiedad e iniquidad. Aún están a tiempo.
21 comentarios
Gracias por este post que nos deja ver qué no solo nos duele a unos cuantos.
Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe.
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L.V.: Gracias a usted, Julieta. Por muy dolorosa que sea esta situación, aferrémonos a las manos de Jesús y María y no dejemos que nuestra fe se debilite. Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre y Él ya ha vencido al pecado y a la muerte. Tengamos esperanza en Él y recemos por nuestros Pastores y por los políticos, veamos lo que veamos.
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L.V.: Gracias, JLuis. Qué pena, en fin...
Isaías 33,1.
Fue el 17 de julio de 1989, cuando el entonces cardenal Ratzinger quiso hacer una visita de media hora, que era el tiempo que disponía, pero que al final la visita se prolongó hasta casi dos horas.
Era por la tarde y la sombra de la Cruz se extendía hasta casi perderse de vista. Y ante ese momento único, un monje benidictino de la Comunidad le comentó:”Este Valle de los Caídos recostado bajo la silueta de la Cruz, parece esperar como el Valle de Josafat, el día del Juicio Final a la sombra de la Cruz”.
Y el cardenal Ratzinger respondió: “Sería un lugar incomparable”.
Sin duda un lugar incomparable, y si Dios lo permite, para morir defendiéndola, bajo esa Cruz que señala la Resurrección en el Cielo con Dios y su Madre Nuestra Madre.
Y el ejemplo lo tienen en Haití, cuyo país fue consagrado a Satanás hace 200 años a cambio de la independencia y expulsión de los franceses y todo el poder solo para la raza negra: el pacto se cumplió y hace unos años y ha sido renovado por otros 200 años más
Para los otros como Isabelita: “Los españoles no están a estas cosas”, minuto 27 y 30 segundos:
https://www.youtube.com/watch?v=eefbTjkgukQ
Pues sí Isabelita, los españoles no están a estas cosas porque ya solo quedan los últimos españoles, menos que los últimos de Filipinas, y es que la mayoría de los españoles murieron unos años antes que Franco.
Adoradores de Lucifer profanaron la tumba de Franco con el rito de la venganza, el 8+1: ahora solo les quedan cumplir lo pactado.
Sería un buen final de los últimos españoles defendiendo la Cruz, no defienden ni un monumento ni rocas, defienden lo que ha representado y representa la Cruz.
El Parlamento rumano pide por carta al embajador español resistir al plan del Gobierno de Sánchez de desacralizar el Valle de los Caídoshttps://gaceta.es/europa/el-parlamento-rumano-pide-por-carta-al-embajador-espanol-resistir-al-plan-del-gobierno-de-sanchez-de-desacralizar-el-valle-de-los-caidos-20250325-1246/
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L.V.: Pues mire, esa información la desconocía yo. No obstante, la expresión es breve y se entiende bien a qué me refiero, ¿No? Pues me vale.
Ruego a nuestros obispos españoles que estén a la altura en este momento histórico. Los obispos africanos, unidos, se hicieron valer sobre Roma respecto de la declaración Fiducia supplicans; nuestros obispos españoles pueden hacer lo mismo respecto de este embate del Gobierno contra el Valle, la oposición de Roma al mismo es clave para neutralizarlo.
¡Gracias, Lina!
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L.V.: Gracias a usted, Mikel. Sí, nos hallamos inmersos, totalmente, en un combate espiritual, que es el gran combate de la Historia humana: La batalla por las almas.
2. De agradecido es ser bien nacido. ¿Cuántos desagradecidos hay en el Reino de España? Millones empezando por el rey. Pues, de no ser por Francisco Franco no hubieran nacido, no estarían aquí hoy vivitos y coleando, porque sus antepasados hubieran sido exterminados por el Frente Popular por el solo hecho de ser católico.
3. El mismo Frente Popular que nos intenta ahora machacar moralmente y religiosamente, a través del ataque a la memoria de los caídos por nuestra Santa Madre y Maestra Iglesia, de nuestros antepasados y de los caídos por España que merecen que los dejen en paz en un lugar santo por la Reconciliación y que no vuelva a pasar más. Sólo por esto, estaría justificado el defender el Valle de los Caídos con el fusil si fuera necesario.
4. Si no he visto a ningún Obispo rezando frente a los abortorios mataderos de inocentes ni en la manifestación pro-vida, si no he visto a la Jerarquía excomulgando públicamente a los gobernantes por las leyes anticristianas en países católicos, ¿qué se puede esperar de ellos para defender como San Ambrosio ante el César su cátedra? Las negociaciones son sólo de cuántos euros para la Iglesia y en cuánto tiempo se dinamita la Cruz más grande del mundo. Por el otro lado, el Estado, ni la cortesía humana de la belleza arquitectónica y artística (los 4 evangelistas son + grandes que la estatua de la libertad), sino el talibanismo cruel del Frente Popular. Lo que siempre ha sido el Socialismo = miseria moral, ruina material y cultural de la muerte en base al odio satánico. Lo característico del violento socialcomunista es su profunda tristeza por estar alejado del Amor de Dios.
La Iglesia de Franco era otro planeta, ni continuidad ni leches, bien que lo sabía él, que pidió que no fueran al
concilio. Una vez hecho éste, la iglesia acepto todas las tesis de la extrema izquierda como propias, así que apoyarían la voladura del valle si fuera necesario, aunque traten de disimular, para engañar a cuatro ingenuos.
Otra cosa sería que allí se hubieran instalado tribus indígenas, entonces la liarían gorda, dejándose la piel, vendría el propio papa a resolver el asunto.
Basta ya de extrañarse por cosas tan lógicas y acordes con la iglesia moderna.
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L.V.: En lo que a mí respecta, yo no me extraño. Pero sí pongo de manifiesto una serie de cosas, porque creo que debo hacerlo. Entre otras razones, porque los enemigos de Franco son, en realidad, los enemigos de Cristo y lo que quieren destruir es la Iglesia Católica. O sea, lo de siempre.
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L.V.: Lamentablemente, el Estado no quiere eso. Si de la mayoría de los políticos del régimen del 78 dependiera enteramente, en el Valle de los Caídos no quedaría piedra sobre piedra. No obstante, es cierto que las restricciones presupuestarias también están dañando la basílica y el resto de dependencias del Valle.
¿Usted en que pais vive? ¿En alguno de Asia? En España desde luego no. Igual en Oceanía.
El problema es que después les sería difícil entrar a muchos diputados, habría espumarajos por la boca, sudores y más al intentar entrar.
Pero bueno...puestos a negociar oye!!
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L.V.: Je, je, je
Y no solo sufre boicot, también es víctima del agravio por parte de esas autoridades, quienes le niegan la financiación a la que tiene derecho
2. Supongo que una gasolinera o una fábrica son más importantes para declararlo BIC que el Valle de los Caídos.
3. Patrimonio, el Estado, tiene la gestión presupuestaria del Valle de los Caídos, pero es privado de una Fundación y de la Iglesia (Basílica pontificia y convento benedictino).
4. De ahí, los eurillos de Se Vende parte de la Basílica por parte de Parolín.
https://m.youtube.com/watch?v=KcZYvZhr-W0&pp=QAFIAQ%3D%3D
Por ello, el sagrado deber de honrar a nuestros héroes y a nuestros mártires ha de ir siempre acompañado del sentimiento de perdón que impone el mensaje Evangélico.
(…) desarrollo de una política guiada por el más elevado sentido de unidad y hermandad entre los españoles. Este ha de ser, en consecuencia, el Monumento a todos los Caídos, sobre cuyo sacrificio triunfen los brazos pacificadores de la Cruz.
(…) resultaba indispensable la colaboración de una Orden religiosa que se obligase a mantener el culto religioso y los sufragios en el Valle de los Caídos…
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Esto está en la Exposición de Motivos del Decreto-Ley de 23 de Agosto de 1957, por el qué se establece la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos.
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L.V.: Muy buen recordatorio, Nuria. Lamentablemente, a nuestros políticos la verdad histórica no solo no les interesa, sino que pretenden ocultarla, cambiando el relato auténtico por otro falso. En eso consiste esa "resignificación" que quieren hacer. Por eso, la Iglesia Católica no debería permitirlo en absoluto.
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L.V.: Muchas gracias, Jose.
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