Para conseguir lo que más queremos de Dios
En el Evangelio del Miércoles de Ceniza oímos a Jesús decir tres veces: “tu Padre, que ve en lo escondido te recompensará” (Mt. 6, 18). ¿Nos lo creemos de verdad como la Santísima Virgen María , que guardó sin queja alguna todos sus dolores en su Corazón Inmaculado? S. Claudio de Colombiere (1641-1682), en esta conclusión de “¡Confiad en Dios!” [que mandó el lector Joserra a “sarmientosdelavid(arroba)gmail(punto)com”)] nos ayuda con consejos para que nuestra oración sea más eficaz ante Dios.
“¡Confiad en Dios!” (V)
[Los subtítulos han sido añadidos al original]
1) Oración para alcanzar la felicidad
¿Queréis que os dé un buen método para pedir la felicidad incluso temporal, método capaz de forzar a Dios, para que os escuche?
Decidle de todo corazón: Dios mío dame tantas riquezas que mi corazón sea satisfecho o inspírame un desprecio tan grande que no las desee más; líbrame de la pobreza o házmela tan amable que la prefiera a todos los tesoros de la tierra; que cesen estos dolores, o lo que será aún más glorioso para Ti, haz que se cambien en delicias para mí y que lejos de afligirme y de turbar la paz de mi alma lleguen a ser, a su vez, la fuente más dulce de alegría.
Puedes descargarme de la cruz; puedes dejármela, sin que sienta el peso. Puedes extinguir el fuego que me quema; puedes hacer, que en lugar de apagarlo para que no me queme, me sirva de refrigerio, como lo fue para los jóvenes hebreos en el horno de Babilonia. Te pido lo uno o lo otro. ¿Qué importa el modo como yo sea feliz? Si lo soy por la posesión de los bienes terrestres, te daré eternas acciones de gracias; si lo soy por la privación de estos mismos bienes, será un prodigio que dará más la gloria a tu Nombre y yo estaré aún más reconocido.
2) Efectos de esa oración
He aquí una oración digna de ser ofrecida a Dios por un verdadero cristiano. Cuando roguéis de este modo, ¿sabéis cuál es el efecto de vuestros votos? En primer lugar estaréis contentos suceda lo que suceda; ¿acaso desean otra cosa los que están deseosos de bienes temporales que estar contentos? En segundo lugar, no solamente obtendréis infaliblemente una de las dos cosas que habéis pedido, sino que ordinariamente obtendréis las dos. Dios os concederá el disfrute de las riquezas; y para que las poseáis sin apego y sin peligro, os inspirará a la vez un desprecio saludable.
Pondrá fin a vuestros dolores, y además os dejará una sed ardiente que os dará el mérito de la paciencia, sin que sufráis. Pero como una ventaja tan preciosa es digna de ser pedida, acordaos también que merece ser pedida con insistencia. Pues la razón por la que se obtiene tan poco, no es solamente porque se pide poco, es también porque, se pida poco o mucho, no se pide bastante.
3) Para que las oraciones sean eficaces infaliblemente
¿Queréis que todas vuestras oraciones sean eficaces infaliblemente? ¿Queréis forzar a Dios a satisfacer todos vuestros deseos? En primer lugar digo que no hay que cansarse de orar. Los que se cansan después de haber rogado durante un tiempo, carecen de humildad o de confianza; y de este modo no merecen ser escuchados. Parece como si fuera un mandato; ¿no sabéis que Dios resiste a los soberbios y que se complace en los humildes? ¿Acaso vuestro orgullo no os permite sufrir que os haga volver más de una vez para la misma cosa? Es tener muy poca confianza en la bondad de Dios el desesperar tan pronto, el tomar las menores dilaciones por rechazos absolutos.
Cuando se concibe verdaderamente hasta donde llega la bondad de Dios, jamás se cree uno rechazado, jamás se podría creer que desee quitarnos toda esperanza. Pienso, lo confieso, que cuando veo que más me hace insistir Dios en pedir una misma gracia, más siento crecer en mí la esperanza de obtenerla; nunca creo que mi oración haya sido rechazada, hasta que me doy cuenta de que he dejado de orar; cuando tras un año de solicitaciones, me encuentro en tanto fervor como tenía al principio, no dudo del cumplimiento de mis deseos; y lejos de perder valor después de tan larga espera, creo tener motivo para regocijarme, porque estoy persuadido que seré tanto más satisfecho cuanto más largo tiempo se me haya dejado rogar. Si mis primeras instancias hubieran sido totalmente inútiles, jamás hubiera reiterado los mismos votos, mi esperanza no se hubiera sostenido; ya que mi asiduidad no ha cesado, es una razón para mí el creer que seré pagado liberalmente.
4) El ejemplo de Santa Mónica
En efecto, la conversión de San Agustín no fue concedida a Santa Mónica hasta después de dieciséis años de lágrimas; pero también fue una conversión incomparablemente más perfecta que la que había pedido. Todos sus deseos se limitaban a ver reducida la incontinencia de este joven en los límites del matrimonio, y tuvo el placer de verlo abrazar los más elevados consejos de castidad evangélica. Había deseado solamente que se bautizara, que fuera cristiano, y ella lo vio elevado al sacerdocio, a la dignidad episcopal.
En fin, ella sólo pedía a Dios verlo salir de la herejía y Dios hizo de él columna de la Iglesia y el azote de los herejes de su tiempo. Si después de un año o dos de oraciones, esta piadosa madre se hubiera desanimado, si después de diez o doce años, viendo que el mal crecía cada día, que el hijo desgraciado se comprometía cada día en nuevos errores, en nuevos excesos, que a la impureza había añadido la avaricia y la ambición; si lo hubiera abandonado todo entonces por desesperación, ¡cuál hubiera sido su ilusión! ¿Qué agravio no hubiera hecho a su hijo? ¿De qué consolación no se hubiera privado ella misma? ¡De qué tesoro no hubiera frustrado a su siglo y a todos los siglos venideros!.
5) Dios siempre nos escucha
Para terminar, me dirijo a aquellas personas que veo inclinadas a los pies del altar, para obtener estas preciosas gracias que Dios tiene tanta complacencia en vernos pedir. Almas dichosas, a quienes Dios da a conocer la vanidad de las cosas mundanas, almas que gemís bajo el yugo de vuestras pasiones y que rogáis para ser librados de ellas, almas fervientes que estáis inflamadas del deseo de amar a Dios y de servirle como los santos le han servido y que solicitáis la conversión de este ser querido, o de esta otra persona, no os canséis de rogar, sed constantes, sed infatigables en vuestras peticiones.
Si se os rechaza hoy, mañana lo obtendréis todo; si no obtenéis nada este año, el año próximo os será más favorable, sin embargo, no penséis que vuestros afanes son inútiles. Se lleva la cuenta de todo vuestros suspiros, recibiréis en proporción al tiempo que hayáis empleado en rogar; se os está amasando un tesoro que os colmará de una sola vez, que excederá a todos vuestros deseos.
Es necesario descubriros hasta el fin los resortes secretos de la Providencia: la negativa que recibís ahora no es más que un fingimiento del que Dios se sirve para inflamar vuestro fervor. Ved cómo obra respecto a la cananea, como rehúsa verla y oírla, cómo la trata de extranjera y más duramente aún. ¿No diréis que la importunidad de esta mujer le irrita más y más?. Sin embargo dentro de El, la admira y está encantado de su confianza y de su humildad; y por esto la rechaza. ¡Oh clemencia disfrazada, que toma la máscara de la crueldad, con qué ternura rechazas a los que más quieres escuchar! Guardaos de dejaros sorprender; al contrario, urgid tanto más cuanto más os parezca que sois rechazados.
6) Hace falta ser humildes para perseverar
Haced como la cananea y servíos contra Dios mismo de las razones que pueda tener para rechazaros. Es cierto, debéis decir, que favorecerme sería dar a los perros el pan de los hijos, no merezco la gracia que pido, pero tampoco pretendo que se me conceda por mis méritos, es por los méritos de mi amable Redentor. Sí, Señor, debes temer que haya más consideración a mi indignidad que a tu promesa, y que queriendo hacerme justicia te engañes a Ti mismo. Si fuera más digno de tus beneficios, te sería menos glorioso el hacerme partícipe de ellos. No es justo hacer favores a un ingrato; ¡oh, Señor!, no es tu justicia lo que yo imploro, sino tu misericordia.
¡Mantén tu ánimo! dichoso de ti que has comenzado a luchar tan bien contra Dios; no le dejes tranquilo. Le agrada la violencia que le hacéis, quiere ser vencido. Haceos notar por vuestra importunidad, haced ver en vosotros un milagro de constancia; forzad a Dios a dejar el disfraz y a deciros con admiración: Grande es tu fe; confieso que no puedo resistirte más; vete, tendrás lo que deseas, tanto en esta vida como en la otra.
Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: San Claudio de Colombiere no menciona en esta parte del texto a la Virgen María como modelo de oración, pero ella es indudablemente una gran maestra en este campo. ¿Cómo le inspira la Virgen María en su oración?
Mañana: S. Gabriel de la Dolorosa - “cuando ayunéis, no andéis cabizbajos” (Mt. 6, 16)
17 comentarios
"Señor, que los demás sean más santos que yo, con tal que yo sea todo lo santo que pueda llegar a ser."
Y es que, hasta para pedir la santidad, hay que ser humilde.
Desde que leí esa oración, procuro seguir su filosofía en todos los aspectos de mi vida.
ADVENIAT REGNVM TVVM
La encontré en español en www.corazones.org por si acaso le interesa a alguien:
Letanías de la Humildad
del Cardenal Merry del Val
-Jesús manso y humilde de Corazón, ...Óyeme.
-Del deseo de ser estimado*,...Líbrame Jesús (se repite)
-Del deseo de ser alabado,
-Del deseo de ser honrado,
-Del deseo de ser aplaudido,
-Del deseo de ser preferido a otros,
-Del deseo de ser consultado,
-Del deseo de ser aceptado,
-Del temor de ser humillado,
-Del temor de ser despreciado,
-Del temor de ser reprendido,
-Del temor de ser calumniado,
-Del temor de ser olvidado,
-Del temor de ser puesto en ridículo,
-Del temor de ser injuriado,
-Del temor de ser juzgado con malicia,
-Que otros sean más estimados que yo,...Jesús dame la gracia de desearlo (se repite)
-Que otros crezcan en la opinión del mundo y yo me eclipse,
-Que otros sean alabados y de mí no se haga caso,
-Que otros sean empleados en cargos y a mí se me juzgue inútil,
-Que otros sean preferidos a mí en todo,
-Que los demás sean más santos que yo con tal que yo sea todo lo santo que pueda,
Oración:
Oh, Jesús, que, siendo Dios, te humillaste hasta la muerte, y muerte de cruz, para ser ejemplo perenne que confunda nuestro orgullo y amor propio. Concédenos la gracia de aprender y practicar tu ejemplo, para que humillándonos como corresponde a nuestra miseria aquí en la tierra, podamos ser ensalzados hasta gozar eternamente de ti en el cielo. Amén.
*lisonjeado: El original: "Del deseo de ser lisonjeado....". Lisonja = alabanza para ganar la voluntad de una persona.
"Haced lo que Él os diga"
I wish you to live, and live all of us, a Holy Lent
Te deseo que vivas, y vivamos todos,una Santa Cuarema
Gracias también por sus buenos deseos. Acuérdese por favor de todos nosotros en sus oraciones. "May you and all of us live a holy and blessed Lent, filled with grace and God's Peace and Love." (Que usted y todos nosotros vivamos una santa y bendita Cuaresma, llena de gracia y la Paz y el Amor de Dios.)
Me gusta más algo así: ¡Padre derrama tu Misericordia sobre nosotros!
Me parece que las letanías suelen tener todas un toque de humildad porque por definición ruegan una y otra vez, pero no entiendo por qué piensa que S. Claudio no hubiera rezado algo como la letanía de la humildad. Claro que más allá de pedir la humildad, por lo que he leído de su vida, también tuvo la gracia de practicarla de forma heróica.
Bueno, me gustaría que aclarara un poco más lo que no comprendo porque me parece interesante su comentario. Un saludo.
Como sabes, me defiendo muy mal con el teclado. Así que por economizar te pondre un ejemplo, y si tienes interés en examinar la cuestión, percibiras enseguida lo que quiero señalar.
¡Líbrame Señor de la soberbia¡ es más bien incorrecto para una letanía. Al contrario:¡ Señor, dame humildad, que sea yo poquita cosa o, mejor nada, y sólo te ame!
No se debe mirar atrás, pues en la vida no hay marcha atrás. Mirar y afirmar adonde queremos ir Y la fuerza encantadora de la humildad: todo lo bueno lo referimos a nuestro Señor, pues si tenemos algo bueno es porque se nos ha dado.
Creo que nuestros amigos del blog comprenderán lo que quiero decir; en cualquier caso, no será culpa suya sino mia. Y otros días, poco a poco, entre todos iremos afinando los conceptos.
En mi caso, prefiero poder mirar atrás en el sentido de que cuando me acuerdo de cosas del pasado (algo irremediable), que sea sin rencor, resentimiento, temor, etc. en vez de intentar cerrar los ojos por completo, que no se me da muy bien. Eso sí, no es para volverme hacia atrás, sino para aprender y así poder tomar mejores decisiones en el futuro.
Entiendo que "líbranos del mal" tiene su lugar en el Padrenuestro, por ejemplo, pero que no le parece tan apropiado en forma de letanía. Me parece que la letanía de la humildad está algo relacionada con la recomendación de S. Claudio de Colombiere de pensar en las dificultades que podríamos experimentar para así prepararnos mejor cada mañana, pidiendo ayuda al Señor. Pero, también me gusta mucho cómo lo expresa con otras palabras.
Un saludo.
Las oraciones que se hacen para el papel y que no son el resultado de un estado emocional, cuando se dicen no producen un estado emocional fuente y potente; En cambio, las oraciones que primero han sido "vividas" si se llevan al papel el que las repita fácilmente se emociona. Las oraciones eficaces despiertan la energía en quien las dice, las oraciones que han nacido en un papel más bien apocan el ánimo de quien las dice y lo llenan de dudas y confusión.
La oración es un diálogo (muy particular) y las letanías una serie de alabanzas.
Enfín, Creo...... Afirmar lo positivo Y (de lo otro ni acordarme) Amar a Nuestro Salvador es positivo acordarse del maligno , de cualquier manera es negativo.
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