¿Qué se gana obedeciendo al confesor?
En el Evangelio del XXVII Domingo de Tiempo Ordinario una vez en privado con el Señor: “los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo” (Mc. 10, 10) que los fariseos plantearon en público sobre el matrimonio. ¡A cuántos nos encantaría poder consultar directamente con el Señor!
Sta. Faustina Kowalska (1905-1938), llamada Apóstol de la Divina Misericordia, fue un alma privilegiada por las frecuentes visitas que recibió del Señor. Estas palabras de Jesús a ella, conservadas en su diario [descargable en .zip – fuente del resto de las citas del post], son para nosotros también: “Tú sabes lo que mas Me agrada y si tienes alguna duda sobre Mis palabras, sabes a quién debes preguntar.” (895) Se refiere al confesor. Revela la santa:
“Durante muchos años me educó Él Mismo, hasta el momento en que me dio un director espiritual. Antes Él Mismo me daba a conocer lo que no entendia, y ahora me hace preguntar [por] todo al confesor y a menudo me dice asi: ‘Y Yo te contestaré por su boca, quédate tranquila’.”
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“Y deseo nuevamente decir tres palabras al alma que desea decididamente tender hacia la santidad y obtener frutos, es decir, provechos de la confesión.