Guardando serenidad en tiempos de crisis
Oímos en el Evangelio del 7o. domingo de tiempo ordinario que los fariseos pensaban que Jesús blasfemaba al perdonar los pecados del paralítico, por lo cual el Señor les preguntó: “¿Por qué pensáis eso?” (Mc. 2, 8) Los fariseos dudaban de Jesús porque no tenían confianza y fe en él. En este mundo pasamos por muchas situaciones que prueban también nuestra fe y confianza en el Amor y la Bondad de Dios por nosotros.
San Policarpo (69-c.155) (obispo de Esmirnia, discípulo de S. Juan Evangelista y maestro de S. Ireneo) se escondió en varios lugares cuando empezó una persecución por miedo de apostar, siendo él anciano. Pero, cuando le encontraron los soldados, no intentó escapar y dijo: “Hágase la voluntad de Dios”. Les dió de comer a los soldados, que le dejaron rezar antes de arrestarle. Se mantuvo firme ante amenazas hasta que le quemaron vivo. Pidió que no le ataran porque “Aquél que me da su gracia para soportar el fuego me la dará también para soportarlo inmóvil”.
Esta segunda parte de “¡Confiad en Dios!” por S. Claudio de Colombiere (1641-1682) [que mandó el lector Joserra a “sarmientosdelavid(arroba)gmail(punto)com”)], nos ofrece unos consejos para mantenernos serenos en medio de las tormentas de este mundo. ¿Las demuestra bien S. Policarpo?