El Arzobispo Óscar Romero y una llamada a la verdadera liberación
En este XXX aniversario del asesinato del Arzobispo Óscar Romero, el Movimiento Juvenil Misionero de las Obras Misioneras Pontificias italianas, le dedica la Jornada de oración y ayuno por los misioneros (celebrada en esta fecha desde 1993). “El Arzobispo Romero que pocos conocen” (21.II.2009) en Temas de historia de la Iglesia” llega a esta conclusión sobre este Siervo de Dios:
“Mito de la ultraizquierda civil y eclesiástica, en el fondo Mons. Romero, en sus tres años como Arzobispo de El Salvador, fue llevado de un lado por otro por los que querían instrumentalizar su figura, cuando en el fondo él sólo quería ser un pastor según el modelo de Cristo.”
En el mismo post se encuentra una cita de Mons. Fernando Sáenz (que llegaría a ser también Arzobispo de El Salvador) sobre el último día del Arzobispo Romero. Ésta es la última parte de la cita:
“Durante aquella tertulia hablamos de cuestiones muy diversas. Entonces era frecuente que las guerrillas urbanas ocuparan los templos, y Mons. Romero nos dijo que estaba preocupado por la custodia de los vasos sagrados y los ornamentos litúrgicos de la catedral, que eran antiguos y de gran valor histórico, Le sugirió a un sacerdote que los custodiara en un lugar seguro mientras durara la situación de desorden. Y seguimos conversando sobre asuntos variados. Recuerdo que le propuso al párroco de San José de Guayabal que cultivara maíz y frijoles en el entorno de su parroquia, para que pudiera servir de aprovisionamiento al seminario. Luego hablamos del Padre Pro, de los cristeros mexicanos, etc. A las tres nos sugirió que acabáramos la reunión, porque debía regresar a la ciudad, donde tenía un compromiso. Y hacia las tres y media lo dejé en el Hospital de la Divina Providencia.”
Pocas horas después sería asesinado mientras preparaba el altar durante la Misa. Muchos recordarían estas palabras de su homilía del día anterior (23.III.1980) en las que pedía a los que le oyeran que obedecieran antes a los Mandamientos de Dios que a las órdenes de los hombres, preguntándose si sellaron la órden de su muerte:
“Yo quisiera hacer un llamamiento, de manera especial, a los hombres del ejército. Y en concreto, a las bases de la Guardia Nacional, de la policía, de los cuarteles… Hermanos, son de nuestro mismo pueblo. Matan a sus mismos hermanos campesinos. Y ante una orden de matar que dé un hombre, debe prevalecer la ley de Dios que dice: “No matar". Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la Ley de Dios. Una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla. Ya es tiempo de que recuperen su conciencia, y que obedezcan antes a su conciencia que a la orden del pecado. La Iglesia, defensora de los derechos de Dios, de la Ley de Dios, de la dignidad humana, de la persona, no puede quedarse callada ante tanta abominación. Queremos que el gobierno tome en serio que de nada sirven las reformas si van teñidas con tanta sangre. En nombre de Dios y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: Cese la represión.”
Los Obispos de El Salvador están pidiendo al Vaticano que se acelere el Proceso de su Beatificación. En este vídeo se oye tanto la voz del Arzobispo Romero y también figura Mons. Fernando Sáenz:
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El Evangelio del V Domingo de Cuaresma dice del Señor: “Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él” (Jn. 8, 2). En este vídeo que recomienda la lectora Isabel, se ve al Arzobispo Romero presentándose a un templo que ha sido convertido en un cuartel para retirar al Señor en la Eucaristía, y cómo el pueblo acudió al Señor con él:
El Arzobispo Romero no se esperaba llegar al cargo de Arzobispo, ni mucho menos que cada domingo todo el país estuviera pendiente de sus homilías, pero aceptó su posición ante los ojos del mundo como voluntad de Dios y hacía lo posible para llevar a todos a la conversión del corazón hacia Dios Padre, sobre todo en la Misa, en la que renueva de forma incruenta la Muerte y la Resurrección del Señor, fuente de toda nuestra esperanza.
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Este fragmento de una homilía de Viernes Santo (13.IV.1979) del Arzobispo Romero sobre las 7 palabras de Cristo en la Cruz es particularmente apropiado para la reflexión cuaresmal. [Fuente: el sitio de la Oficina de la Causa de Canonización del Siervo de Dios Arzobispo Óscar Romero]
“- Las siete palabras, una síntesis de los bienes de la alianza nueva.
“Quisiera fijarme, hermanos, en esa herencia: Se fijó en un testamento que los católicos llamamos las Siete Palabras que Cristo pronunció en la Cruz y que no es hoy el tiempo de analizarlas en toda su profundidad pero, si de recogerlas con el cariño de un heredero que sabe que el testador ha muerto en una agonía tan horrorosa.
“Oír que de sus labios, junto con las gotas de su sangre, van callendo esas palabras que son como el resumen de toda la Alianza de Dios con los hombres: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen".
“Este es el bien más grande de la Redención, el perdón de Dios a nuestros pecados. No hay alegría más grande que la conversión. Por eso, en Semana Santa, todos los cristianos debíamos de saborear la dulzura de esa palabra de Cristo: El perdón de los pecados.
“Segunda Palabra.
“La segunda palabra la dirige Cristo precisamente a un converso. El ladrón que está a su lado, pide a Cristo un recuerdo en su Reino: ¡Acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino! Yo tengo fe que Tú eres Hijo de Dios. Yo creo en tu inocencia. Nosotros, sí morimos culpables, pero Tú no eres culpable. ¡Lo ha defendido! Y Cristo le dice en respuesta: “En verdad te digo, hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso".
“Esta es otra rica herencia de la herencia del testamento de Cristo: La trascendencia de nuestras esperanzas. El esperar un reino aún cuando se muera, como el buen ladrón, víctima de nuestras propias culpas; enredado en nuestras propias miserias, queda siempre un sentido de esperanza: Acuérdate de mí cuando estés en tu Reino. Y tenemos un Cristo que nos tiende los brazos para llevarnos a su Reino si de veras nos convertimos a él.
“Tercera Palabra.
“La tercera dulcísima palabra de Cristo es la herencia de su propia Madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo". Y a todos nosotros en la persona de Juan nos ha dicho: “Ahí tienes a tu Madre”. Y desde entonces, entre María y los cristianos, se establece una relación tan dulce que el nombre de la Virgen, las Ave Marías de nuestros labios, surgen por millones cada hora hacia el trono de la ternura maternal: María.
“Cuarta Palabra.
“Y cuando Cristo siente la soledad, la angustia, la prueba de su obediencia heróica, casi como un abandono del Padre, surge una cuarta palabra: “Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado”. No es un abandono, pero sí siente Cristo todo ese dolor y esa angustia que el corazón del hombre, más de una vez tiene que sufrir. Es la sicología del sufrimiento: sentirse solo, sentir que nadie lo comprende, sentirse abandonado. Y en esa soledad Cristo nos ha dejado esa palabra que servirá como oración, como religión, como fe en el Dios verdadero.
“No nos está fallando Dios cuando no lo sentimos. No digamos: Dios no me hace lo que yo le pido tanto y por eso ya no rezo: Dios existe y existe más, cuando más te sientes lejos de él; y existe Dios más cerca de tí cuando tú crees que está más lejos y que no te oye. Cuando sientes la angustia, el deseo de que Dios se acerque porque no lo sientes, es que Dios está muy cerquita de tu angustia. ¿Cuándo lo vamos a comprender, que Dios no es un Dios que solamente nos da felicidad, sino que prueba nuestra fidelidad en las horas de angustia? Y es entonces cuando la oración, cuando la religión tiene más mérito, cuando se es fiel a pesar de no sentir la presencia del Señor. Ojalá que ante este grito de Cristo, nosotros aprendamos que Dios es siempre nuestro Padre y nunca nos abandona y que nosotros estamos más cerca de él, de lo que nosotros pensamos.
“Quinta Palabra.
“Llega al colmo la angustia de Cristo y se sabe que hay un detalle que todavía no se ha cumplido entre todos los proyectos de la salvación. Aquel de la Escritura que dice: En mi sed me darán vinagre". Y provoca el cumplimiento de esta Escritura con esta quinta palabra: “Tengo sed”, para que un soldado empapando una esponja en vinagre, la estruje aunque sea groseramente sobre los labios del Cristo que muere.
“Y cuando la escritura se ha cumplido también en este detalle, Cristo pronuncia la palabra: “Todo se ha cumplido”. Todos los detalles que mi Padre había proyectado para esta trágica Alianza, en la cual yo soy el precio, el dolor, para que mi Padre bendiga a la humanidad, dice: “Todo se ha cumplido". ¡Quién nos diera, queridos hermanos, que nuestra vida fuera el cumplimiento de la voluntad del Padre!
“Da lástima -repito aquí- pensar cuántas vidas se van construyendo al margen y, quien sabe, si contra la voluntad de Dios. Cuántos van buscando la felicidad por caminos que no son los que Dios señala. Cuántos al morir no pueden decir a Dios, como Cristo decía: “Todo se ha cumplido". Si no, ¡qué horrible tener que decir: Mi vida toda ha sido oposición a la voluntad del Padre; mi vida ha sido una negación al amor que Dios me pedía; mi vida no ha sido más que de crímenes, de violencias, de odios! No gastemos la vida por los caminos por donde Dios no nos quiere. Caminemos ya donde quisiéramos ser encontrados a la hora en que Dios nos pida la cuenta de nuestra existencia. Qué hermoso poder decir como Cristo: “Todo se ha cumplido". En mi vida no he sido más que un poema del proyecto de Dios y de mi propia realización. Me he realizado tal como Dios quería, he seguido la vocación que Dios me dió. He tratado de ser como Dios quería que fuera.
“Séptima Palabra.
“Y viendo que todo está cumplido, la palabra final: “Padre, en tus manos, encomiendo mi espíritu". De nuevo la trascendencia. Hermanos, nuestra vida no se va a quedar en el sepulcro; nuestra vida no se va a quedar en la rama de la historia; nuestra vida no la aprisionan los aplausos de nuestros éxitos; ¡todo ésto vuela con el viento! lo que vale, es poner el alma en las manos de Dios; ser recibido mi espíritu por el Señor que le dará un premio o un castigo. Esta debe ser la meta hacia la cual aspiremos en todos los pasos de nuestra existencia. ¡Qué rica herencia!, qué rica esta Alianza que Dios hace con nosotros y que ha costado tan caro en el dolor de su propio Hijo.”
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“Para el cristiano, la libertad no proviene del mismo hombre: se manifiesta en la obediencia a la voluntad de Dios y en la fidelidad a su amor. Es entonces cuando el discípulo de Cristo encuentra la fuerza de luchar por la libertad en este mundo. Ante las dificultades de esta tarea, no se dejará llevar por la inercia ni el desaliento, ya que pone su esperanza en Dios, que sostiene y hace fructificar lo que se realiza en el espíritu.” (Juan Pablo II, Mensaje para la “Jornada de la Paz” 8-XII-1980, n. 11).
Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Cuál es la verdadera liberación que proclama la Iglesia Católica en el mundo? ¿Cuál de las 7 palabras de Cristo sobre la Cruz le es más pertinente esta Cuaresma?
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18 comentarios
1) “Libertatis Nuntius”
2) “Libertatis Conscientia”
“La liberación es ante todo y principalmente liberación de la esclavitud radical del pecado. Su fin y su término es la libertad de los hijos de Dios, don de la gracia.” (“Libertatis Nuntius”)
Con calificativos como esos él que escribe ya se descalifica a sí mismo.
Saludos
El P. Benedict Groeschel, que tiene un programa en EWTN, se suele describir como "conservative-liberal-traditional-radical confused person" ("una persona confundida conservativa-progresiva-tradicional-radical"). No hay ninguna que le describa perfectamente, como no hay ninguna que nos describa a ninguno perfectamente. ¿Por qué, entonces, tanta sensibilidad?
Nos puede parecer absurdo, o como dice en su comentario: "¿Quién puede ver las cosas así?", pero lo maravilloso es que lo más importante es que podamos ser hijos de Dios, que nos ve y conoce tal y como somos... así se ven los santos en el Cielo. Así quería el Arzobispo Romero que se vieran los que oían sus palabras y todas las etiquetas y calumnias que oyó no le desviaron de su misión como "Arzobispo". Un saludo.
ALguien debería desirle al Vaticano, que no debe temer canonizar a Romero, un Romero santo atraería a aquellos que lo admiran fuera de la iglesia a la Iglesia, mientras que un Romero ignorado, tiene el efecto contrario.
ALgunos no entendemos porque Escriva, si ROmero no. Debería influir mas el testimonio de vida congruente con el Evangelio que los dineros para sostener una causa, cuando se trata de esto. Y sin demeritar al santo del Opus Dei, en definitiva ROmero es un testimonio de Cristo mucho más universal.
El Señor es el que crea santos y la Visión de Dios la recompensa para ellos. Cuando la Iglesia Católica los canoniza simplemente declara que están en el Cielo y lo hace por el bien de los fieles. Confío plenamente en la Sabiduría de la Iglesia para determinar según la voluntad del Señor (que permite los milagros necesarios para las canonizaciones) lo que más conviene a la gente.
Cuando el Papa Benedicto XVI era Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe se publicaron los documentos que menciono en el primer comentario. De camino a Brasil, respondió a una pregunta sobre el tema:
"Pregunta: Santidad, llegamos al continente del Obispo Oscar Romero. Se ha hablado mucho de su proceso de santificación. ¿Nos podría decir, Santidad, gentilmente en que punto nos encontramos, si está por ser santificado y cómo ve usted su figura?
Papa: Después de las últimas informaciones sobre el trabajo de la Congregación competente, hay muchos casos en curso que sé que están yendo adelante. Su Excelencia Mons. Paglia me ha enviado una biografía importante que aclara muchos puntos de la cuestión. Mons. Romero ha sido ciertamente un gran testimonio de la fe, un hombre de gran virtud cristiana, que se comprometió con la paz y contra la dictadura y que fue asesinado durante la celebración de la Misa. Por lo tanto una muerte verdaderamente “creíble”, de testimonio de la fe. Estaba el problema de que una parte política quería tomarlo para si como bandera, como figura emblemática, injustamente. ¿Cómo iluminar de la manera justa su figura, amparándola de estos intentos de instrumentalización? Éste es el problema. Se está examinando y yo espero con confianza lo que dirá al respecto la Congregación para la Causa de los Santos." (entrevista completa en multimedios.org)
Un saludo y gracias por compartir su opinión.
Ahora bien, lo que sí es cierto es que ultraizquierda más salvaje (anticristiana, abortera, proetarra, etc.) venera a Monseñor Romero a parecido nivel que el Che Guevara. Como ejemplo, pongo enlace a tres artículos aparecidos en los últimos días en una conocida web ultraizquierdista con las referidas características: [...]
Y esto me resulta muy sospechoso. Porque esta clase de izquierda no da puntada sin hilo.
Correctamente señala que la prosperidad en este mundo no es nuestra meta, sino el Cielo, que hacía falta una conversión de corazón y no sólo ser pobre, sino ofrecer esa pobreza y sufrimiento al Señor. Hablaba contra el comunismo, el ateísmo... ¿Será posible que se esté tergiversando su mensaje o soy demasiada ingenua? ¿No pasa eso con el mensaje de Cristo y de la Iglesia hoy en día, que hay quienes toman sólo la parte de su mensaje que les parece conveniente para sus fines?
Por cierto, prefiero no dejar enlaces en este blog a sitios con la característica "anticristiana" que menciona, pero creo que se entiende muy bien su comentario de todas formas. Un saludo.
Sí, sin dudarlo ese hombre era un santo y murió mártir. Luchar contra la injusticia desde los parámetros cristianos -lejos del partidismo político y de las teologías desviadas-, y morir por ello es suficiente causa para ser un mártir de la fe. La ortodoxia no se comprende plenamente sin la ortopráxis, y menos en un país desgarrado por la violencia como El Salvador. Este hombre siempre dijo e hizo lo que se espera de un buen sacerdote de Cristo. Que su memoria -limpia de la escoria política con la que le han ensuciado- sea siempre una referencia para los cristianos en tiempos duros.
De la muerte del Arzobispo Romero junto el altar podemos aprender a asistir a Misa siempre como si fuera la última de nuestras vidas. Gracias por compartir su reflexión.
A estas alturas no nos debiera extrañar que se manipule la memoria de ciertas personas para defender ciertos intereses. Estas mismas personas serían las primeras sorprendidas al ver que se les utiliza como bandera de causas que, ni mucho menos, defendieron en vida. Por ejemplo, mi paisano Miguel Delibes escribía que el progresismo nunca había tenido entre sus "causas" la del aborto. Entonces, ¿qué autoridad moral tiene el progresismo actual (al menos el de países como España) para utilizar como bandera a ciertos personajes que nunca defendieron el aborto?
http://www.youtube.com/watchv=ZvpUxM46zrI
Por lo visto era un hombre callado y tímido a quien le afectó mucho ver a la gente sufrir, ver a sacerdotes asesinados y a templos ocupados por las fuerzas militares. Fue una sorpresa para todos que fuera elegido Arzobispo y que denunciara en sus homilías la matanza en su país.
Hoy en día una matanza lamentablemente extendida por el mundo es el aborto y gracias a Dios hay Arzobispos para denunciarlo también como pastores de la Iglesia. Gracias de nuevo.
Juan Pablo II en su momento puso el ejemplo de San Francisco, admirado por personas de creencias e ideologías distintas. Lo que dice Luis Lopez es muy cierto sería suficiente con leer lo que dice Santo Tomás de Aquino sobre el Martirio en su Suma Teologica, para demostrar el Martirio (caso similar el de Maximiliano Kolbe)
Algo más, Romero en nada se diferencio en la pastoral de su predecesor Chavez, y de su sucesor Rivera, lo que lo hace universal es su martirio
Esteban, veo que es gran admirador de Romero también, le envío un link que quizá le interese http://www.romerotrust.org.uk/
Luis López, como usted, deseo que Romero sea una referencia para los cristianos en tiempos duros. Ciertamente hoy nos hace falta santos como él para imitar su valor y su amor a Dios y a los más necesitados.
Gracias otra vez María Lourdes.
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