Burlas de un masón, densas tinieblas, fe heróica
En el Evangelio del XXVI Domingo de Tiempo Ordinario Jesús recuerda el castigo reservado para los que causan escándalo a: “uno de estos pequeñuelos que creen” (Mc. 9, 42). ¡Tan cerca de sí guarda el Señor a estos “pequeñuelos”! Entre ellos se encuentra Sta. Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz (1873-1897) con su “caminito de infancia espiritual”.
El lector Norberto comparte este enlace (donde se pueden descargar las obras completas de esta Doctora de la Iglesia), al igual que esta bella reflexión de la santa:
“Hay en la tierra un árbol maravilloso, cuya raíz, ¡oh misterio!, se encuentra en el cielo… Acogido a su sombra, nada ni nadie te podrá alcanzar; sin miedo a la tormenta, bajo él puedes descansar. El árbol inefable lleva por nombre «amor». Su fruto deleitable se llama «el abandono». Ya en esta misma vida este fruto me da felicidad, mi alma se recrea con su divino aroma. Al tocarlo mi mano, me parece un tesoro. Al llevarlo a la boca, me parece más dulce todavía. Un mar de paz me da ya en este mundo, y en esta paz profunda descanso para siempre… Sólo el abandono me entrega a tus brazos, ¡oh Jesús mío!, y es el que me hace vivir la vida de tus elegidos.” (Poesía 52)
Pero, la misma santa confía a la Madre María de Gonzaga, su superiora pocos meses antes de morir:
“Pues, a juzgar por las apariencias, ¿existe acaso un alma menos probada que la mía? Pero ¡qué extrañada se quedaría mucha gente si la prueba que desde hace un año vengo sufriendo apareciese ante sus ojos…! […]Esta prueba no debía durar sólo unos días, o unas semanas: no se extinguirá hasta la hora marcada por Dios…, y esa hora no ha sonado todavía…”
También conmueve leer de esta santa:
“…debo de parecerle un alma llena de consuelos, para quien casi se ha rasgado ya el velo de la fe. Y sin embargo, no es ya un velo para mí, es un muro que se alza hasta los cielos y que cubre el firmamento estrellado… Cuando canto la felicidad del cielo y la eterna posesión de Dios, no experimento la menor alegría, pues canto simplemente lo que quiero creer.”
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El lector Joserra comparte aquí un fragmento de “Maurice y Teresa. La salvación por la confianza” de Patrick Ahern [libro comentado en un artículo de Zenit], Voz de Papel, pág. 84-86, en la que se narra una humillación pública de Sta. Teresita causada por un masón, que probó la fe de la santa y de muchos otros católicos franceses:
“Teresita debió de sentirse especialmente contenta por su entusiasta reacción (la del misionero Maurice) ante su poema dedicado a Juana de Arco. Su carta llegó el día siguiente de un suceso que causó sensación en la prensa y que, por su rara combinación, la llevó a tener relevancia publica. Un suceso que la humilló profundamente. Sucedió como consecuencia de una obra que ella había escrito acerca de la famosa heroína de Francia.
“Por entonces, se libraba en Francia una dura batalla entre la Iglesia Católica y la masonería, un movimiento laicista con tonos religiosos que era abiertamente hostil a la Iglesia. En el combate se encontraba una mujer americana llamada Diana Vaughan. Saltó a la atención pública a través de los artículos periodísticos que firmaba un tal Leo Taxil (pseudónimo de Gabirel Jogand-Pages, periodista anticlerical marsellés 1854-1907), quien describía sus actividades en defensa de la francmasonería en los Estados Unidos. Su descripción era sensacional. Escribió que tenía un pacto con Satanás, quien le proporcionaba diabólicas astucias para perjudicar a la Iglesia. Los artículos de Taxil atraían gran atención.
“En la mitad de su carrera anticatólica, Diana se había convertido espectacularmente y, deseosa de rectificar los daños causados a la Iglesia, quiso hacerse religiosa y pasar el resto de sus días en penitencia y oración. Ella atribuía su conversión a la influencia y a la oración de Juana de Arco, quien aún no había sido canonizada pero era ampliamente venerada por los católicos franceses. Como es natural, la conversión de Diana bajo el influjo de Juana de Arco causó sensación. Teresita, gran devota de Juana, había escrito su primera obra sobre ella y fue representada por la comunidad en el Carmelo. Su hermana Céline participó en la obra y la propia Teresita representó la parte de Juana. Las dos se tomaron una foto disfrazadas para la representación. Pauline sugirió que Teresita le escribiese a Diana y que le enviase una copia de la fotografía. Diana envió una cortés carta de agradecimiento como respuesta.
“Mientras, a pesar de toda la atención prestada a Diana Vaughan, ella nunca había aparecido en público. Cuando se le preguntaba a Leo Taxil sobre el asunto contestaba que no podía aparecer en público por temor a la venganza que los francmasones querían tomarse por el daño que su conversión había traído sobre su institución. En cualquier caso, como se le seguía presionando sobre el tema, Taxil convocó una rueda de prensa en París, en la que tanto él como Diana tomarían la palabra.
“Fijada la fecha para el 19 de abril de 1897, la conferencia suscitó una atención enorme, y un gran número de reporteros franceses estaba presente para cubrir la noticia. Se eligió un gran salón para el acto y uno de los elementos que se utilizó para decorar la habitación fue la foto de Teresita vestida de Juana de Arco, convenientemente ampliada.
“A la hora fijada, Leo Taxil apareció pero no iba acompañado de Diana Vaughan. La razón, explicó triunfante, era que tal persona no existía. Alegremente anunció que se trataba de una criatura de su imaginación, inventada para poner al descubierto la credulidad de la Iglesia católica. Prácticamente todos los católicos, incluso el Papa León XIII, habían sido engañados con aquella trampa. Si se les podía hacer creer una ridícula invención de la imaginación, ¿qué podríamos decir de las enseñanzas de la Iglesia que los católicos se tragaban sin hacer preguntas?
“Era a Leo Taxil y no a Diana Vaughan a quien Teresita había escrito, y la carta de Diana que ella todavía conservaba en su celda era obra de aquel impostor. También había sido él quien había organizado la exposición de su fotografía ampliada en la conferencia de prensa para que todo el mundo la viera.
“Para las víctimas de tan ridículo engaño resultó humillante, pero esto no era lo que profundamente atribulaba a Teresita. Era una experta en afrontar tribulaciones y sabía del beneficio que podía hacer a su alma. Lo que le angustiaba hasta el extremo era el asalto que el episodio había causado a su fe, ya bajo una pesada carga de duda por entonces. A la voz interior que la torturaba con la amenaza de la no existencia tras la muerte se sumaba la voz burlona de Leo Taxil. Si, después de todo, él había conseguido perpetrar tal fraude, ¿no había desenmascarado la credulidad de su fe en la vida eterna?
“La oscuridad que ensombrecía su mente se hizo más negra aún, pero cuanto más negra se volvía, con mayor fiereza se aferraba a la fe que nunca había flaqueado en su corazón, una fe que era ciega y que no ofrecía ni un gramo de consuelo. “He aquí una persona- dijo Kart Rahner acerca de Teresita- que probó la tentación mortal de la vacía incredulidad, hasta las raíces de su ser, y que, en esa condición, creyó. Creyó, además cuando la asfixiaba la tisis”.
“Por lo que sabemos, Teresita no volvió a mencionar el nombre de Leo Taxil, excepto en las oraciones que amorosamente ofreció por él. Soportó su dolor en un silencio que era elocuente. En silencio caminó hasta un montón de basura, en la parte trasera del convento, rompió la odiosa carta de Diana Vaughan, y abandonó los pedazos para que fuesen quemados”.
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En junio del mismo año 1897, un mes y medio después de ese incidente, Sta. Teresa de Lisieux escribiría estas palabras, al igual que las otras citadas de su autobiografía al comienzo del post:
“Durante los días tan gozosos del tiempo pascual, Jesús me hizo conocer por experiencia que realmente hay almas que no tienen fe, y otras que, por abusar de la gracia, pierden ese precioso tesoro, fuente de las únicas alegrías puras y verdaderas. Permitió que mi alma se viese invadida por las más densas tinieblas, y que el pensamiento del cielo, tan dulce para mí, sólo fuese en adelante motivo de lucha y de tormento…
“Me parece que las tinieblas, adoptando la voz de los pecadores, me dicen burlándose de mí: «Sueñas con la luz, con una patria aromada con los más suaves perfumes; sueñas con la posesión eterna del Creador de todas esas maravillas; crees que un día saldrás de las nieblas que te rodean. ¡Adelante, adelante! Alégrate de la muerte, que te dará, no lo que tú esperas, sino una noche más profunda todavía, la noche de la nada».
“Madre querida, la imagen que he querido darle de las tinieblas que oscurecen mi alma es tan imperfecta como un boceto comparado con el modelo. Sin embargo, no quiero escribir más, por temor a blasfemar… Hasta tengo miedo de haber dicho demasiado…
“Que Jesús me perdone si le he disgustado. Pero él sabe muy bien que, aunque yo no goce de la alegría de la fe, al menos trato de realizar sus obras. Creo que he hecho más actos de fe de un año a esta parte que durante toda mi vida. Cada vez que se presenta el combate, cuando los enemigos vienen a provocarme, me porto valientemente: sabiendo que batirse en duelo es una cobardía, vuelvo la espalda a mis adversarios sin dignarme siquiera mirarlos a la cara, corro hacia mi Jesús y le digo que estoy dispuesta a derramar hasta la última gota de mi sangre por confesar que existe un cielo; le digo que me alegro de no gozar de ese hermoso cielo aquí en la tierra para que él lo abra a los pobres incrédulos por toda la eternidad.
“Así, a pesar de esta prueba que me roba todo goce, aún puedo exclamar: «Tus acciones, Señor, son mi alegría» (Sal XCI). Porque ¿existe alegría mayor que la de sufrir por tu amor…? Cuanto más íntimo es el sufrimiento, tanto menos aparece a los ojos de las criaturas y más te alegra a ti, Dios mío. Pero si, por un imposible, ni tú mismo llegases a conocer mi sufrimiento, yo aún me sentiría feliz de padecerlo si con él pudiese impedir o reparar un solo pecado contra la fe…
“[…]Nunca, Madre, he experimentado tan bien como ahora cuán compasivo y misericordioso es el Señor: él no me ha enviado esta prueba hasta el momento en que tenía fuerzas para soportarla; antes, creo que me hubiese hundido en el desánimo… Ahora hace que desaparezca todo lo que pudiera haber de satisfacción natural en el deseo que yo tenía del cielo… Madre querida, ahora me parece que nada me impide ya volar, pues no tengo ya grandes deseos, a no ser el de amar hasta morir de amor…” [Pocos meses después entraría en la gloria celestial.]
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“Que todos los que no viven iluminados por la antorcha luminosa de la fe la vean, por fin, brillar… ¡Oh, Jesús!, si es necesario que un alma que te ama purifique la mesa que ellos han manchado, yo acepto comer sola en ella el pan de la tribulación hasta que tengas a bien introducirme en tu reino luminoso… La única gracia que te pido es la de no ofenderte jamás…”(Sta. Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz)
[Todas las citas de la santa excepto “Poesía 52″ son de “Historia de un alma", Manuscrito “C", Cap. X]
Preguntas del día [Puede dejar su respuesta en los comentarios]: ¿Qué diferencia hay entre la duda de fe de Sta. Teresita y la de Leo Taxil? ¿Le sorprende algo de las palabras de Sta. Teresita, tan conocida como “la florecita”?
Mañana: Ss. Ángeles Custodios – “el que no está contra nosotros está a favor nuestro” (Mc. 9, 40)
16 comentarios
Hay muchas reflexiones que brotan de este episodio espeluznante. Hay una primera que salta a la vista: Tenía razón cuando Jesús dijo “Los hijos de las tinieblas son más astutos que los hijos de la luz”. Sin embargo Jesús mantuvo aquello de “Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios”. La verdad es que yo prefiero ser confiado a riesgo de ingenuidad que tan enrevesado como Taxil.
Aparentemente Taxil demostró la ingenuidad de la fe, pero que haya mentiras no significa que no haya verdades. También quiso mostrar indirectamente cómo era mentira eso del pacto con Satanás de los masones. En realidad su actuación tan perversa más bien demuestra lo contrario.
Hay una cosa que a mí me llama la atención. ¡Qué casualidad lo de la carta y la foto de Teresita! Seguramente Taxil desconocía quien era Teresita . Casi nadie supo de su altura espiritual, ni siquiera muchas de las que vivieron con ella, hasta después de muerta. ¿Cómo Taxil pudo haber dado en la diana con una humillación y una tentación tan precisa como la que sufrió Teresita? Desde luego Taxil no lo sabía, pero el tentador, que usó a Taxil, sí que lo sabía y estaba bien cabreado con el bien que preveía que podía hacer Teresita. Por cierto le salió mal la jugada con Teresita. Esta batalla la perdió y Teresita salió fortalecida.Pero además ¿No es este episodio una demostración evidente de la actuación del diablo que el masón quería esconder?
Impresionante documento, no conocía el episodio con tanto detalle,y me ha dado pena por Theresita,pero me reafirmado es que se trata de una campeonísima de la fe cristiana.
No es el discípulo de distinta condición que el maestro, viene a mi mente, si el Maestro fue ridiculizado por salvarnos,hemos de estar dispuestos a sufrir el oprobio como Él lo sufrió,no por masoquismo,sino por la salvación de los hombres.
A Theresita le pilló a contrapié,pero es una lección para todo cristiano que quiera llegar al encuentro del Señor,que nuestra fe es don gratuito,que no descanse en nuestra disposición,voluntad,sino en el deseo,como ella repetía de creer,para que así la fe sea de Dios,no de mis sentimientos:es fácil de decir,hasta yo lo acabo de hacer,pero en el momento de la prueba...
También pienso que no hay coincidencias en nuestra vida, que todo lo que nos pasa en este mundo lo permite el Señor providencialmente, que siempre nos busca y habla el Señor (como en la lectura espiritual, por ejemplo).
En el mundo artístico se sabe que el negro aparece más negro junto al blanco y viceversa. ¡Qué contraste entre Leo Taxil y Sta. Teresa de Lisieux, uno esforzándose en público por apartar a la gente de la Iglesia Católica y la otra atrayendo a innumerables almas desde su clausura! La santa comprendía mejor la alegría de la fe tras verla nublada por sus dudas. A pesar de eso, siguió creyendo. Muchas gracias de nuevo por sus contribuciones al blog. Un saludo.
¿Cuántos al sufrir una prueba de fe estarían dispuestos "a derramar hasta la última gota de mi sangre por confesar que existe un cielo"? ¿Cuántos escribirían para fortalecer la fe de otros, al contrario de lo que hizo Leo Taxil? Voy a cambiar el título a "fe heróica". Un saludo.
Él quiso hacer una burla que yo no veo; el mismo estilo de burla que él fraguó se puede aplicar a todo lo que se nos da como ciencia pero que nadie ha visto sino que se conjetura, sin embargo se cree en ello.
Sí debió herir a la Santa por el cariño con el que se dirigió a la supuesta conversa.
Las dudas de fe de Sta Teresita no creo que fueran tales ya que ella continuamente se refería a Dios, yo le advierto un miedo a la muerte. Me sorprende en sus palabras precisamente la expresión de sus dudas que me cuesta entender que tengan personas muy unidas a Dios.
Sobre lo que dice acerca de la fe de Theresita,pues es muy común en los santos,y en muchos más,lo que S.Juan de la Cruz llama la "noche oscura",parece una redundancia, pues la noche no va a ser clara,pero puede estar iluminada ¿qué pasa cuando la noche es cerrada y la luna no ilumina lo más mínimo?,¿qué pasa cuando lo sentidos del alma no ven a Dios,y,además,se sufre una dura prueba?,solo cabe,para el verdadero creyente,el abandono radical y el despojo de uno mismo,no con miedo, sino con el abatimiento que proporciona el encontrarse sin fuerzas: así estaba Theresita,como Jesús en Getsemaní,rota,desvencijada por dentro,pero firme,porque Dios era su sustento,pero eso no se palpa;se sabe, pero no se puede mostrar porque no se nota nada,nada.
Tiene usted razón, tal como usted explica yo creo que ellos tenían una gran fe, como usted dice "Dios era su sustento" por eso no comprendo que se hable de dudas, que yo las entiendo como tendentes a negar la existencia de Dios.
No toda duda de fe es pecado, sino que puede ser un medio por el cual uno crece en fe si la rechaza o busca superarla, sin dejar de creer lo que enseña la Iglesia Católica. No es de extrañar que pase, ya que nuestro entendimiento humano es limitado. Sta. Teresita nunca tuvo visiones celestiales, ni las necesitaba.
En el post que menciono incluyo "¿Cuándo es la duda de fe un pecado?" y "Tipos de duda y qué hacer en cada situación". Sta. Teresa de Lisieux hizo lo correcto en su caso de rezar y seguir una conducta intachable. Pero, como ella misma se dió cuenta, el Señor sólo permitió que fuera tentada de esa forma cuando vió que era bastante fuerte para esa prueba, que no se iba a alejar de Él. Me parece maravilloso los caminos por los que el Señor nos lleva hacia Él. Un saludo.
"Ahora Jesús me hace saber que no tema el amplio estado espiritual por la crisis actual que atraviesa, ya que todo resultará a gloria suya y al perfeccionamiento de Ud. El quiere que deje y abandone todos esos temores que tiene acerca de la salvación eterna, que no aumente esas sombras que el demonio va haciendo cada vez más densas para atormentarla y separarla de Dios si eso le fuera posible. Su desolación actual no es que Dios la abandone, ya que su divina misericordia la va haciendo cada vez más acepta: El permite todo esto para asemejarla a su Hijo divino en las angustias del desierto, del huerto y de la cruz. Lo mejor que puede hacer es aceptar con alegría y serenidad la prueba presente sin desear verse liberada. Humíllese bajo la poderosa y paternal mano de Dios, aceptando con sumisión y paciencia las tribulaciones que le envía para que pueda exaltarla dándole su gracia cuando El la visite.Me recuerda a la cita que compartió de Sta. Teresita. Un saludo.
Que toda su solicitud en medio de las tribulaciones, que la invaden totalmente, se centre en un abandono total en los brazos del Padre celeste, ya que El tiene sumo cuidado para que su alma, tan predilecta, no sea sometida al poder de Satanás."
Las dudas hay que entenderlas en el sentido Dios mío ¿porqué me has abandonado? de Jesús en Getsemaní,¿de dónde vienen esas dudas?.Pondré un ejemplo:
-Supongamos que un día el ciudadano X se dirige a su trabajo y se encuentra que su empresa no está y que nadie conoce el edificio por el que pregunta.Abrumado decide volver a su casa pero su domicilio no existe;a punto de perder el jucio va a casa de sus padres,esta vez sí,el edificio y el piso están en sus sitio.
Toca el timbre y abre su madre,amablemente le dice:
-"Buenas días señor,¿qué desea?.Aterrorizado le contesta.
-"Mamá,¡que soy yo!".
-"Perdone-responde-debe confundirme con otra persona.La puerta se cierra.
El ciudadano X ha perdido sus referencias personales,familiares,profesionales es otro ser;sin embargo,a punto de perder la cabeza, sabe que algo inexplicable le sucede,que debe seguir buscando sus referencias,a ciegas,entre tinieblas,sin apenas datos que tener en cuenta.Abandonado decide emprender una vida nueva,continuar trabajando,en otro sitio,esperando que todo se aclare:no tiene en qué apoyarse para confiar,y se dice a sí mismo:
-"Dios mío no sé qué me está pasando,no sé por qué no intervienes,¿a qué esperas?,estoy roto,destrozado"
Coge con fuerza el crucifijo que cuelga de su cuello,y sigue adelante:apuesta por Dios a cambio de nada...aparentemente.
Espero no haberle aburrido.
En el caso que describe, sería como si la madre reconoce a su hijo, pero él no entiende lo que le dice su madre y no se acuerda de ella, pero a pesar de eso confía bastante como para entrar en esa casa y actuar como hijo de esa persona, esperando algún día llegar a reconocer a su madre en ella. Un saludo.
Curiosamente, la Bta. Madre Teresa de Calcuta, que tomó su nombre de esta joven santa, tuvo una experiencia parecida de "Noche Oscura". Hace falta gran madurez espiritual para poder recorrer la pequeña vía de Sta. Teresita. Un saludo.
La traducción,,al español, del original "petit voi",más ajustada es caminito.
La percepción de Dios desasida de cualquier apoyo humano,no ya de los sentidos,incluso de afecto,sensación,sentimiento,es decir el alma despojada,por completo, de cualquier huella "sensible"
y sin embargo "Dios es y está".
¡Feliz regreso!
Gracias por la preciosa reflexión que dejó. También me alegro mucho de estar "de vuelta". Un saludo.
¿Cómo sino, pudo ser capaz Abraham de levantar el cuchillo contra su propio hijo, el hijo de la promesa?
¿Por qué Jesus, desde lo más alto del dolor humano, después de sentirse abandonado por Dios, le encomendó su Espíritu?
Cuando amamos de verdad, nuestra fuerza no es nuestra. Es el mismo Dios quien nos alienta a amar y quién hace posible que seamos capaces de creer y de perdonar.
Ni el mismo Dios se resiste a la humildad que desprende el Amor que viene de El. Es la humildad la que nos proteje de nosotros mismos, de nuestro propio cuerpo, de nuestra nada y de la oscuridad más absoluta. No tengais miedo. Amad siempre hacia adelante. Con eso basta. Tirad de los demás con vuestro amor y los salvareis.
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